62sufrimientos al país, y fue interpretada <strong>por</strong> el Dr Gómez (yo creo que <strong>por</strong>razones más políticas que filosóficas) como una especie <strong>de</strong> claudicación <strong>de</strong>lejército a su misión <strong>de</strong> extirpar el bandolerismo. Para mí y para quienescultivábamos esta forma <strong>de</strong> pensar no se trataba <strong>de</strong> exterminar el bandolerismo,sino <strong>de</strong> suprimir las causas que lo habían generado, y naturalmente don<strong>de</strong> nohubiera otro recurso que hacerle frente a unas fieras <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nadas <strong>por</strong> laviolencia anterior, pues hubiera que recurrir al combate, pero el combate tendríaque ser en este caso el último expediente necesario para un país responsable <strong>de</strong>haber creado unas situaciones que lanzaron a tantos colombianos <strong>por</strong> el camino<strong>de</strong> la barbarie violenta. Eso dio lugar a un <strong>de</strong>bate muy sonado, el Ministro <strong>de</strong>Gobierno era el Doctor <strong>Fernando</strong> Londoño y Londoño, quien sin conocer lacarta que era motivo <strong>de</strong>l ataque, <strong>de</strong>fendió a la persona a quien había conocido enel occi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Caldas pacificando la región con métodos distintos a la acciónviolenta, al combate y la represión, y <strong>por</strong>que él consi<strong>de</strong>ró que sin conocer la cartano se podía valorar o atacar a quien la había escrito. De manera que esto salvóesa primera coyuntura. Pero se volvió a crear el problema cuando el informe queyo redacté sobre el libro La violencia en Colombia, que más que todo quisoexaminar el impacto que ese libro iría a producir en los distintos estamentos <strong>de</strong> lavida colombiana, sirvió <strong>de</strong> base a un segundo <strong>de</strong>bate, que tenía la mismaintención: yo no creo que era tanto que el informe fuera juzgado como se quisopresentar, como un informe político, en que se inculpaba al gobiernoconservador y al partido conservador como exclusivos responsables <strong>de</strong> laviolencia anterior, sino que constituía un arma. Y el arma no iba dirigida tantocontra mí (en ese momento ya era Comandante <strong>de</strong> la Escuela <strong>de</strong> Infantería) sinocontra el general Ruíz Novoa, Ministro <strong>de</strong> Guerra, que en ese momentorepresentaba la posición, llamémosla sociológica, <strong>de</strong>l manejo <strong>de</strong> la violencia,frente a la puramente punitiva y represiva. El informe no estaba <strong>de</strong>stinado a lapublicidad y <strong>por</strong> consiguiente se redactó para conocimiento <strong>de</strong> cerebros militares,mentalida<strong>de</strong>s militares, que saben consi<strong>de</strong>rar un estudio <strong>de</strong> estos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>lsentido puramente objetivo <strong>de</strong> quien busca causas y analiza el problema sininteresarse <strong>por</strong> qué intereses políticos pueda haber <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la discusión. Setrata simplemente <strong>de</strong> una discusión en términos militares científica y no tieneinterés ninguno, máxime cuando la formación <strong>de</strong> los militares colombianos estotalmente ajena al partidismo político. Pero así fue interpretado, así fueutilizado. Tuvo tres etapas este famoso <strong>de</strong>bate : la primera pues “secreta” , asíentre comillas pues fue el propio senador Marín Venegas, quien fue el
63presentador <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate, y quien se las arregló para que se filtrara cuál había laesencia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate, pero <strong>de</strong>formada, para presentar al autor <strong>de</strong>l informe <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>términos <strong>de</strong> política sectaria. Allí en esa primera etapa, hubo casi una concesión,diría yo, <strong>de</strong>l General Ministro <strong>de</strong> Defensa (o como se llamaba en ese momento:<strong>de</strong> Guerra) hacia la postura <strong>de</strong>l adversario. Cosa que en ese momento no entendíy pedí el retiro <strong>de</strong>l ejército, al aparecer la noticia el día siguiente, <strong>de</strong>l segundo<strong>de</strong>bate “secreto” <strong>de</strong> que el caso quedaba “en manos <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>scompetentes” quedaba yo entonces en carácter <strong>de</strong> reo, y eso no lo podía aceptar.Sin embargo el general Ruíz cuando llegué yo con mi retiro hasta su nivel estimónecesario retenerme en la institución, me persuadió que el país estabaatravesando un momento muy difícil: se venía el <strong>de</strong>bate sobre la primera<strong>de</strong>valuación <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte Valencia, y había otras circunstancias, y él no quisoagregarle el condimento <strong>de</strong> un conflicto militar, que se iría a <strong>sus</strong>citarnecesariamente <strong>por</strong>que el informe <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l ejército había recibido una enormeacogida, al ser conocidos aspectos, y sobre todo, tal vez, <strong>por</strong> la persona que enese momento recibía el ataque. Hacia finales <strong>de</strong>l año el informe al que Ud aludía,se publicó, lo publicó EL ESPECTADOR, íntegramente, e inclusive le hizo unextraordinario comentario, un comentario editorial, en que señaló al informecomo el “nuevo pensamiento <strong>de</strong> las generaciones jóvenes <strong>de</strong>l ejército”; la Revistaque en ese momento dirigía Alberto Zalamea, La Nueva Prensa, le hizo una serie<strong>de</strong> comentarios muy valiosos e inclusive resolvió proclamar “Hombre <strong>de</strong>l Año”,<strong>de</strong> ese agitadísimo 1962, al Teniente Coronel, Comandante <strong>de</strong> la Escuela <strong>de</strong>Infantería Álvaro Valencia Tovar. Allí nuevamente, cuando fue publicado elinforme, el senador Marín Vanegas, volvió a la carga, contra el general Ruíz,volvió a tachar al informe <strong>de</strong> sectario, <strong>de</strong> apasionado, en fin, <strong>de</strong> todos los epítetosnecesarios para po<strong>de</strong>r sindicar a quien lo había escrito como un sectario militar.Y en respuesta, el general Ruíz aquí sí asumió la total <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l informe y <strong>de</strong>lautor. Y sacó a relucir unas conexiones que tenía el Senador Marín en Santan<strong>de</strong>r,con miembros <strong>de</strong> cuadrillas en armas. Cuadrillas en armas que en ese momentoya no representaban ni al conservatismo no al liberalismo, sino simplesintereses sectarios. Con esto terminó pues el <strong>de</strong>bate, pero no la posición quehabían asumido quienes participaron en él. El conflicto siguió. Entre quienes<strong>de</strong>cíamos: “Déjennos tratar la violencia <strong>por</strong> métodos no violentos” y quienes <strong>de</strong>cían “Loque hay aquí es una ruptura <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n institucional, un atropello <strong>de</strong> la ley y la justicia y estohay que aplastarlo <strong>por</strong>que ya no hay otro recurso. El Frente Nacional o el gobierno <strong>de</strong>l DrLleras, fracasó, y en cambio el gobierno <strong>de</strong>l Dr Valencia viene extirpando las bandas <strong>de</strong>
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