que envían a sus hijos y de los docentes que están a su cargo; la opinión pública desconfía delas instituciones educativas en general.Los enfoques de tipo sensacionalista o de tono “catástrofe” contribuyen a destruir laconfianza mínima necesaria para poder construir instituciones educativas fuertes.Por cierto confianza no significa ingenuidad. Hay políticas educativas buenas,regulares, malas y pésimas. Hay administraciones buenas, regulares, malas y pésimas. Haydocentes buenos, regulares, malos y pésimos. Hay escuelas buenas, regulares, malas ypésimas.Lo primero y más importante es asumir como punto de partida y presupuestofundamental que la educación es una tarea compleja y de largo aliento, que requiere del aporteconstructivo de múltiples actores y de esfuerzos sostenidos en el tiempo. No hay responsablesúnicos de los malos o buenos resultados, ni debiera esperarse que alguna política, sea del tipoque sea, obtenga logros espectaculares en tiempos reducidos. Por estos motivos, la educaciónno debiera ser parte de las discusiones políticas menores –me refiero a los intercambios dedeclaraciones entre actores políticos que tienen por finalidad principal diferenciarse deladversario para captar votos- y, aún los grandes debates nacionales sobre la educación,debieran darse en un clima de tolerancia y respeto por la diversidad, intentando aprender conhumildad de los datos antes que usarlos para defender posturas preconcebidas o para crearpercepciones apocalípticas.En este último sentido, lo segundo es evitar las descalificaciones generalizadas: ‘todoslos maestros son malos e incumplidores’, ‘la escuela pública es mala y siempre peor que laprivada’, ‘la reforma educativa del gobierno ‘x’ es integralmente un desastre y ninguna de susacciones tiene valor alguno’, ‘el sistema educativo de nuestro país es el peor del continente odel mundo’.Por el contrario, es necesaria una mirada suficientemente amplia como paracomprender que en educación las cosas nunca son blancas o negras, más bien grises y llenasde matices. Los factores que inciden en los resultados son múltiples, por lo cual la actitud másapropiada para analizarlos es la ponderación 8 .Los enfoques que llevan la interpretación de los resultados de las evaluacioneseducativas al plano de lo “catastrófico” como recurso retórico, probablemente le hacen más8 Probablemente lo dicho en estos párrafos se aplica también a otras áreas de la vida social y requiere de otrosmodos de hacer política, más centrados en construir socialmente que en combatir al adversario. Pero bueno, laeducación es suficientemente importante en el mundo contemporáneo como para comenzar a experimentar conella nuevos modos de hacer política.Los resultados de las evaluaciones educativas en la prensaGTEE – GRADE/PREAL21
mal que bien a la educación, independientemente del proyecto que busquen sustentar. Enespecial porque impiden acumular en el tiempo el efecto de las acciones. Cada administracióntiene sus nuevos proyectos que salvarán a la educación del caos, mientras poco cambia en lamayor parte de las escuelas.Por el contrario, lo que se requiere es un enfoque de las noticias y los debateseducativos que contribuya a construir apoyos de la sociedad a las instituciones educativas y alos educadores.Para ello es preciso aprender a utilizar la información de manera apropiada en laformulación de valoraciones matizadas sobre la situación educativa. Es preciso construir lasbases que permitan una mejor comprensión de los problemas y desafíos que es necesarioencarar en el sector educativo.En el capítulo IV se analizan algunos ejemplos de reportes de resultados que secaracterizan justamente por su enfoque ponderado y reflexivo.Los resultados de las evaluaciones educativas en la prensaGTEE – GRADE/PREAL22