El Banquete de Los Idiotas - Documento sin título
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147 <strong>Banquete</strong> <strong>de</strong> los idiotas <strong>de</strong> Rachel CaineAmelie le murmuró algo, pero fue suficientemente suave que no llegó a oídos <strong>de</strong> Claire apesar <strong>de</strong> la excelente acústica <strong>de</strong> la sala.“<strong>El</strong>la es mi responsabilidad” dijo Sam “y si quieres un regalo, toma lo que Morganville teofrece. Libertad”.<strong>El</strong> metió la mano en el bolsillo <strong>de</strong> sus vaqueros azules <strong>de</strong> Huck Finn y sacó una bolsa <strong>de</strong>sangre.Ysandre se levantó <strong>de</strong> su asiento. También François. “¡Cómo te atreves!” gruñó François, yquitó la bolsa <strong>de</strong> sangre <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> Sam. “¡Llévate esa cosa mugrienta lejos!”.Ysandre cogió a la acompañante <strong>de</strong> Sam por el pelo y tiró <strong>de</strong> ella. “<strong>El</strong>la es el tributo” dijoYsandre, “y no tienes <strong>de</strong>recho a negárselo”.“<strong>El</strong> no tiene <strong>de</strong>recho” dijo Amelie. Cada palabra fue clara como el cristal. “Pero yo sí”.<strong>Los</strong> ojos <strong>de</strong> Bishop se clavaron en los <strong>de</strong> ella, y durante un larguísimo momento, nadie semovió.Entonces Bishop sonrió, se sentó <strong>de</strong> nuevo en su silla, y on<strong>de</strong>ó la mano. “Llevátela,Samuel” dijo ella. “Después <strong>de</strong> todo no la encuentro <strong>de</strong> mi gusto”.Sam cogió la mano <strong>de</strong> la chica, se apartó <strong>de</strong>l camino <strong>de</strong> François, y bajó las escaleras hastael vestíbulo <strong>de</strong>l banquete. <strong>Los</strong> murmullos afloraban en la oscuridad mientras el caminaba. <strong>El</strong> sedirigió a la mesa don<strong>de</strong> estaba sentado Michael, inclinado, y no dijo nada. Michael replicó,mirando tenso y algo <strong>de</strong>sesperado. Cual fuera la discusión que estuviera a punto <strong>de</strong> surgir,estaba claro que Michael tomaría el otro lado.Sam tiró a Michael a sus pies, y esta vez Claire oyó lo que <strong>de</strong>cía. “¡Ven conmigo!”.Si Michael podría hacerlo o no, era <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong>, porque John <strong>de</strong> Leeds dijo “MichaelGlass <strong>de</strong> Morganville” y todos esperaron a ver que iba a hacer el vampiro más joven <strong>de</strong> laciudad.Michael tomó la mano <strong>de</strong> Mónica y caminó al estrado. <strong>El</strong> subió los escalones, a<strong>sin</strong>tió haciaAmelie, y a<strong>sin</strong>tió hacia Bishop. No había mucho sentimiento <strong>de</strong> obediencia en cada dirección.“Ah, la chica Morrell” dijo Bishop. “He oído mucho <strong>de</strong> ti, niña”.Mónica, la idiota, parecía encantada con aquello. <strong>El</strong>la arriesgó su alta peluca haciendo unaprofunda cortesía con las amplias faldas <strong>de</strong> Maria Antonieta. “Gracias, señor”.“¿Te dije que hablaras?” preguntó él, y dirigió su atención a Michael <strong>de</strong> nuevo. “Tu parienterechazó jurar lealtad. ¿Qué dices tú, Michael?”.“Estoy aquí” dijo Michael. “Pero no voy a jurar nada”.Hubo un largo y tenso momento, y entonces Bishop impacientemente le <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong>lescenario. Mónica arrastró sus pies, sonriendo con afecto al gran<strong>de</strong> y malo vampiro. “Quéidiota”, murmuró Claire por lo bajo, y Myrnin se rió.Traducido por Belethhttp://geki‐libros.blogspot.com