El Banquete de Los Idiotas - Documento sin título

35 Banquete de los idiotas de Rachel CaineY hasta la fecha, pocos eran los vampiros que sabían acerca de la enfermedad. Una vez quelo supieran, no había nada que les detuviera para echarse las culpas a otros. A humanosinocentes, probablemente. Eso causaría un efecto terrible en la población humana. Una vezsupieran que los vampiros no eran invencibles, ¿Cuántos iban a ayudarles? Amelie sabía queesto podría destruir Morganville, y Claire estaba segura de que era así.“Pero.. quiere ver el laboratorio de Myrnin.” Dijo Claire. Myrnin, su mentor y a vecesincluso su amigo, había llegado a los límites de la locura, y ahora estaba en una de las celdas. Aveces lúcido, a veces…. Peligrosamente loco. “¿Debería llevarle allí?”“No. Dile que vas a traerle lo que necesita al hospital. No quiero que ningún humanoque no seas tú entre en ese laboratorio, Claire. Hay secretos que deben ocultarse, y confío enti para ello. Limita su investigación a la refinación y mejora de la fórmula que ya se ha creado.”Lo que quería decir Amelie, de una forma suave, era que si Claire hablaba demasiado,terminaría muerta. O algo peor.“Sí.” dijo Claire ligeramente. “Entiendo. Acerca de mis padres….”“Ellos están relativamente a salvo.” dijo Amelie. Que no era lo mismo que decir queestaban seguros. “No verás al Sr Bishop por el momento. Si ves a sus dos compañeros, séamable, pero no tengas miedo; están bajo nuestro control.”Tal vez bajo la opinión de Amelie. Claire estaba un poco más preocupada. “Bueno.” dijocon dudas. “Si les ocurre algo…““Háblalo con Oliver.” dijo Amelie. “Curiosamente, me parece que nuestras diferencias handisminuido drásticamente desde que mi padre hizo su visita. Nada como un enemigo comúnpara unir las fuerzas.”Ella se detuvo un momento y, a continuación, dijo, casi torpemente,“¿Tú y tus amigos? ¿Estáis bien?”¿Ahora hablábamos como amigas? Claire se estremeció “Sí, estamos bien. Gracias.”“Bien.”Amelie colgó. Claire murmuró un silencioso Vaaaale. Y guardó el teléfono.Según salía, vio a Eve en la barra, mirando inexpresivamente las palancas, mientras trabajaba.El brillo feliz no había regresado. De hecho, parecía sombría. Y con miedo.Maldita sea. ¿Por qué había arruinado un día como ese? Debería haber pasado de él, elpequeño psicópataClaire comprobó su reloj, enganchado a su mochila, y se fue hacia sus clases de laboratorio.Cuando se reunió con el Dr. Mills más tarde por la tarde, ella fue al hospital, a su oficina. Élera una especie de tipo medio ‐ medio alto, mediana edad, medio bronceado. Tenía una buenasonrisa, que parecía decir que todo estaría bien, a pesar de que Claire sabía que era ficción,ella sonrió de nuevo.“Toma asiento, Claire.” dijo, y le indicó una de las sillas azules que había frente a suescritorio. Detrás de él había estanterías que cubrían la pared entera, llenas de libros médicosy revistas. El Dr Mills tenía papeles y fotocopias en una esquina de su mesa, y un paquete deTraducido por Belethhttp://geki‐libros.blogspot.com