El Banquete de Los Idiotas - Documento sin título

77 Banquete de los idiotas de Rachel CaineCapítulo 7Traducido por LauraMichael pasó dos horas afinando su guitarra, lo cual llegó a ser molesto, y se marchópronto. Eve se fue con él, a pesar de sus protestas de que no era para tanto. Eso dejó a Claire yShane decidir por sí mismos qué hacer.Ella preparó perritos calientes con chili y estaba poniendo una loncha de queso arribacuando Shane, que acababa de conseguir un triunfo con la videoconsola, vino a la cocina.“Hola” dijo él. “Qué rico, gracias.” Metió parte del perrito de chili en su boca, apoyándose en elmostrador de la cocina.“Podrías al menos sentarte” suspiró ella. “Tenemos mesas. Y además tenemos sillas.”“¿Quieres ir?” murmuró él. “¿A eso?”¿Quería ella? Claire comió un poco de su perrito caliente, apenas consciente de que estabarompiendo las reglas de no‐comer‐estando‐de‐pie, y pensó en ello. Por un lado, significabasalir de noche, e ir a Common Grounds por motivos de placer, cosa que no era común en sucasa estos días. Pero…Michael. Ante el público, tocando.“Sí” dijo ella. “Me gustaría, si no te importa. Sé que no te gusta el lugar pero…”“Me gusta más que a Eve, créeme. Además, no quiero dejarla allí sola. Ella necesita aalguien que vigile sus espaldas, mientras él se entretiene con fans y otras cosas.”Ella se rió.“Oh, ¿Piensas que es divertido? Deberías haberle visto en el instituto. Volvía locas a laschicas cada vez que tocaba la guitarra.”“Apostaría a que todavía puede.”“Eso es lo que digo. Come. Normalmente la música en directo empieza a las siete.”Claire devoró su comida y corrió escaleras arriba para darse una ducha rápida y cambiarsede ropa. Después de pensarlo, se decidió por la falda corta, las medias que había llevado porúltima vez al colarse en la desastrosa fiesta de Mónica Morrell, y una camiseta negra, losuficientemente ceñida para marcar pero lo suficientemente floja para no morir si sus padresla veían.Shane parpadeó sorprendido cuando ella bajó las escaleras. El también se había cambiadode ropa, pero llevaba algo más casual. La única señal de que intentaba causar buena impresiónera que quizás se había peinado el pelo. Un poco.“Te ves genial.” dijo él y sonrió. Ella se detuvo en el último escalón, para que estuvieran a lamisma altura, y él la besó. Un beso largo y lento. El sabía a pasta de dientes al principio, peroTraducido por Belethhttp://geki‐libros.blogspot.com