El Banquete de Los Idiotas - Documento sin título

96 Banquete de los idiotas de Rachel Caineaparatos son demasiado caros, demasiado delicados. Los grandes hospitales y lasuniversidades compran los aparatos. Solo los tomamos prestados.”Myrnin pareció sorprendido, y después pensativo. “¿Prestados? ¿Pero cómo se puedehacer eso si no sabes lo que estás buscando o cuánto tiempo te va a llevar?”“Tienes que aprender a regular eso. Y a tener paciencia.”Eso hizo que se riera. “Claire, soy un vampiro. No somos famosos por nuestra paciencia, losabes. Conoces al Dr. Mills – quizás deberíamos visitarle. Me gustaría conocerle.”“A él probablemente también.” Dijo ella lentamente. No estaba segura de lo que iba apensar Amelie del asunto, pero podía ver que Myrnin quería, dijera lo que dijera ella. “Lapróxima vez, ¿Vale?”Ambos miraron el reloj. “Sí.” Dijo Myrnin. “La próxima vez. Ah, quería preguntarte algo.¿Qué sabes del banquete de bienvenida de Bishop?”“No mucho. Creo que Michael y Eve van a ir. Shane… Shane dice que tiene que ir.”“¿Con Ysandre?”Claire asintió. Myrnin se giró dándole la espalda, tiró una pila de libros sin muchoentusiasmo, y luego otra más. Lanzó un grito de placer mientras se agachaba para meter lamano entre los libros del suelo para recoger uno, para Claire, todos parecían iguales.Se lo tiró a Claire. Claire consiguió cogerlo antes de que le golpeara en el pecho. “¡Auch!” sequejó. “No tan fuerte, por favor.”“Lo siento.” No lo sentía, realmente. Había una parte oscura en él hoy.“¿Qué es esto de todas formas?”Myrnin regresó a su lado, cogió el libro, lo abrió y pasó las páginas. Se detuvo hacia la mitady le dio el libro de nuevo.“Ysandre.” Dijo.El libro estaba escrito en inglés, pero era del siglo dieciocho, y no era fácil leerlo,considerando las manchas de las páginas.Ella era de una belleza tan inusual y tan maravillosa que su abuelo estaba fascinado antela deslumbrante vista, y la confundió con un ángel que Dios le había enviado para consolarloen su lecho de muerte. La líneas de su fino perfil, sus grandes ojos negros, su noble frentedescubierta, el pelo brillante como el ala de un cuervo, su delicada boca, el efecto de estehermoso rostro en la mente de los que la veían era de una profunda melancolía y dulzura,impresionante una vez y siempre. Alta y delgada, pero sin la excesiva delgadez de algunasjóvenes, sus movimientos tenían esa flexible gracia que recordaba a una flor agitada por labrisa.“Ah.” dijo Claire, sorprendida. Así era Ysandre; tenía razón. “Era…”Traducido por Belethhttp://geki‐libros.blogspot.com