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dossierMientras que para algunos eldecrecimiento constituye unaquimera, otros lo erigen comoel camino a seguir ante losdesequilibrios, la opulencia y los males vinculadosal capitalismo. Según Carlos Taibo,profesor de Ciencia Política en la UniversidadAutónoma de Madrid (UAM) y defensoraférrimo del decrecimiento, “no tieneningún sentido que aspiremos a seguir creciendoilimitadamente en un planeta derecursos limitados”, un pensamiento ha dejadopatente en libros y conferencias, y quese ha convertido en un emblema esencialpara los defensores de este movimiento.CARLOS TAIBO, profesor de Ciencia Política en la UniversidadAutónoma de Madrid (UAM)“Si en la sociedadno hubiese utopíasque nos guiasencomo faros,mal andaríamos”El decrecimiento está imponiéndose comouna alternativa al sistema y a la mentalidadeconómica vigente.Los teóricos lo tienenclaro: el tren de vida actual no es sostenible.Texto S. OrozEl decrecimiento ofrece un aluvión de propuestasque rompen con el modelo económicoactual. ¿Está la sociedad preparada paraun cambio de estas características?Las dificultades para la aplicación de un programade decrecimiento no son técnicas, yaque es más fácil decrecer que seguir creciendoconforme a las pautas dominantesen nuestra sociedad. Principalmente, necesitamosun cambio de ‘chip’ que nos invitea romper con buena parte de la lógica instaurada.Por mi parte, asumo de buen gradoque esto no es sencillo, aunque mi impresiónes que guardamos dentro de nuestracabeza un espacio razonablemente virgenque, convenientemente estimulado, puedeproducir sorpresas. De él pueden surgir nuevasformas de pensar y actuar aparentementedesterradas.En uno de sus libros dicta que “si no somoscapaces de crecer en virtud de un proyectoconsciente, racional, ecológico, social y solidario,acabaremos por hacerlo de la manodel hundimiento inevitable del frágil edificiodel capitalismo”. ¿Nos encontramos ante elfin del sistema capitalista?Empiezan a manifestarse estudios serios queplantean el fin del capitalismo de aquí a veinteaños, aunque el tiempo es difícil de determinar.Estamos aún a tiempo de frenar tantabarbarie, pero mi impresión es que, si enlos circuitos oficiales no hay una asunciónde la hondura de estos problemas, vamos air a peor.El decrecimiento pone especial énfasis enaspectos como el cambio climático, el agotamientode los recursos o la huella ecológica.¿Hay modo de poner freno a este deterioromedioambiental?En este terreno, el tiempo empieza faltarnosdramáticamente. Está fuera de discusiónque el precio de la mayoría de las materiasprimas que utilizamos se va a dispararpreocupantemente en los añosvenideros, especialmente en el caso delpetróleo. Sin embargo, el problema no essolo eso, sino la ausencia visible de respuestasque reduzcan significativamentelos factores de deterioro. Una minoría dela población se empieza a tomar en serioestas materias, pero mi impresión es quela mayoría de nuestros conciudadanos compartenla perspectiva de aquellos viajerosdel Titanic que, aunque sabían que el barcose iba a pique, prefirieron apurar la últimacopa de champán y seguir bailando alson de un vals.El decrecimiento alude constantemente a lasdiferencias existentes entre el Norte y el Sur.Sin embargo, los ideólogos del decrecimientotransmiten que los países ‘desarrollados’ tienenmucho que aprender de aquellos quepermanecen anclados en el subdesarrollo.¿En qué términos constituyen los países ‘subdesarrollados’un modelo a seguir por losmás avanzados?Creo que una de las paradojas del momentoactual es que una buena parte de losdesheredados del planeta, habitantes antetodo de los países del Sur, se encuentran042 WWW.ARAGONEX.COM