EL PAPADO ES EL ANTICRISTO
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Supondremos que un ateo o un infiel ha sido traído al estrado para responder a la<br />
acusación de ser el Anticristo. Él, [el ateo], ha manifestado una satánica malignidad contra el<br />
Evangelio, y ha trabajado hasta lo máximo de su poder para destruirlo. Él ha blasfemado a<br />
Dios, aborrecido a Cristo, ridiculizado, vilipendiado, y perseguido a todos los que profesan<br />
su nombre, y sobre esa base se ha asumido que él es el Anticristo. El caso no es imaginario.<br />
Los ateos y burladores en anteriores épocas, Voltaire y Paine, en antiguos tiempos,<br />
comunistas y panteístas en nuestro propio día, han sido todos enlistados como el Anticristo.<br />
Bien, supongamos que uno u otro de estos notoriamente malignos personajes o sistemas han<br />
sido traídos al estrado, con la acusación de ser el "Adversario" predicho por Juan, "¿Quién<br />
eres tú?", dice el Juez. "¿Eres tu el Vice-Cristo? ¿Has hecho una profesión de Cristianismo y<br />
bajo este pretexto buscas destruirlo?". "¡No!", replica el acusado, "No soy una falsificación. A<br />
Cristo y su evangelio los odio, pero yo soy un abierto enemigo y no peleo bajo una máscara".<br />
Volviendo a la semejanza trazada por Pablo y Juan acerca del gran rival y oponente de Cristo,<br />
y encontrando la característica sobresaliente y esencial del retrato ausente en el acusado, el<br />
Juez sería constreñido a decir: "Yo no encuentro probada la acusación, vete por tu camino; tú<br />
no eres el Anticristo".<br />
Entre los sistemas opositores, el Mahometismo se acerca más que ningún otro al<br />
Anticristo de la Biblia; sin embargo éste se encuenta muy lejos de él. Mahoma no desaprobó la<br />
misión de Jesús; al contrario, él profesó honrarlo como un profeta. Y muy de la misma<br />
manera lo hacen sus seguidores que todavía sienten un afecto hacia Cristo. Pero el Islam no<br />
profesa ser una imitación del Cristianismo. Cualquier falsificación que pueda ser descubierta<br />
en el Mahometismo es parcial, y es ensombrecida cuando es colocada al lado de la atrevida,<br />
definida, marcada falsificación del Romanismo. Requiere un violento esfuerzo de la<br />
imaginación aceptar al Mahometismo, o, de hecho, cualquier otro Ismo conocido como un<br />
Vice-Cristo. De todos los sistemas que hayan estado sobre la tierra, o que están ahora sobre<br />
ella, sólo el Romanismo cumple con todos los requerimientos de la profecía, y exhibe todas<br />
las características del Vice-Cristo; y esto lo cumple con tal completitud y exactitud que<br />
habilita al hombre que permita ser guiado por las afirmaciones de la Palabra de Dios por un<br />
lado, y por los hechos de la historia por el otro, decir inmediatamente: "Éste es el Anticristo".<br />
Lo que hemos dicho está pensado para mostrar las líneas sobre las cuales proseguirá nuestra<br />
demostración. Deberemos trazar el paralelismo entre sus respectivas cabezas, Cristo y el<br />
Papa, a lo largo de la línea entera de sus carreras. En este paralelismo reposa la esencia de lo<br />
que es el Anticristianismo y desde luego la fortaleza de nuestro argumento. Esta falsificación<br />
es tan exacta y completa, que ha desviado al mundo en la creencia de que ella es el<br />
Cristianismo, y lo ha desviado al desperdicio de no pocas generaciones, a la desestabilización<br />
y al derribo de reinos, a la atrofia del entendimiento humano, y a la pérdida de millones de<br />
almas inmortales.