EL PAPADO ES EL ANTICRISTO
El-papado-es-el-anticristo-j-a-wylie
El-papado-es-el-anticristo-j-a-wylie
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
escritos en el libro de la vida del Cordero, el cual fue muerto desde el principio del mundo",<br />
(Apocalipsis 13:8). Un obvio contraste con la compañía mencionada en la oración intercesora<br />
de nuestro Señor: "los que me diste". Y, luego, en acompañamiento de la adoración ofrecida<br />
por aquellos que han hecho al dragón su dios, está el rugir de blasfemia que se oye levantarse<br />
y dilatarse hasta el cielo. Le es dada al Anticristo una boca, y la apertura de su boca es como<br />
la apertura de las puertas del abismo; de allí salen "grandes cosas y blasfemias". "Abrió su<br />
boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre, y su tabernáculo, y a los que<br />
moran en el cielo". Y la escena encuentra conveniente resultado en la proclamación de<br />
"guerra" contra los santos, la cual continúa siendo llevada adelante a través de todo su<br />
predicho término de poder.<br />
Sí, verdaderamente, la profecía no comete yerros. Y la historia no comete ninguno en<br />
interpretarla. El que "tiene entendimiento" puede interpretar las visiones que fueron vistas en<br />
las orillas del "río Ulai" y en la "Isla de Patmos", en los eventos que han desde entonces<br />
pasado sobre Europa. Abramos el rollo de la Cristiandad. Inspeccionemos sus edades desde<br />
el quinto al decimoquinto siglo. Somos conscientes al principio de contemplar solamente el<br />
caos. La multitud de actores y los conflictos de eventos no hacen sino distraer y dejar perpleja<br />
la mente. Europa es un océano arremolinado en el cual las antiguas naciones se están<br />
hundiendo, y nuevas y bárbaras razas están arribando para tomar su lugar. No podemos<br />
descubrir unidad ni progreso en el drama; todo es tumulto y oscuridad. Cerremos el rollo.<br />
Pero un momento, antes de ponerlo lejos, examinémoslo otra vez, y, puede ser que<br />
encontremos huellas en esas grandes aguas. La nube comienza a levantarse, y el orden a<br />
aparecer. La efervescencia en las mentes de los hombres da nacimiento a un gran sistema,<br />
aunque todavía sin forma o nombre. Los materiales de los cuales este sistema, no todavía<br />
constituido, está compuesto, son extraídos de una gran variedad de fuentes. Antiguo<br />
Paganismo, superstición Druídica y Escandinava, Rabinismo Judío, y filosofía Oriental, todo<br />
contribuye con su parte al mismo. Una "Iglesia" corrupta arregla, combina y concatena esos<br />
elementos heterogéneos, y estampándolos con su propia impronta, los presenta al mundo<br />
como Cristianismo.<br />
La nueva adoración debe tener celebrantes. Una agencia humana reunida alrededor de<br />
esto, y esa agencia viene gradualmente a ser compendiada y personificada en una gran<br />
personalidad.<br />
Notemos a este Coloso. Su cara crece a medida que los siglos se suceden, y viene<br />
finalmente a mirarnos, clara y recia y terrible; pero no es nueva. La hemos visto antes. Es la<br />
misma que nos miró desde las profecías de Daniel y Juan. Es la misma que se muestra<br />
encarnada en los Papas de la Edad Media. Notemos cuán completa y perfecta encarnación<br />
tenemos de ella en Inocencio III, en quien el papado llegó a su pleno crecimiento, y se mostró<br />
al mundo en toda su sobrehumana magnificencia y grandeza. Durante el terrible pontificado<br />
de este hombre todo lo que la profecía había hablado del Anticristo fue verificado en su más<br />
plena medida. Su predicha altura de arrogancia, de blasfemia y de dominación fue alcanzada.<br />
Mientras este poderoso Papa estaba de pie sobre la Cristiandad, ella estaba con temor. Los<br />
golpeados reyes y naciones acobardados debajo de él. Él era representante de Dios, y<br />
pretendió ser obedecido con la instantánea y profunda sumisión que es debida al Rey Eterno.<br />
Él promulgó el dogma de la transubstanciación; él inició el "santo" oficio de la inquisición; él<br />
lanzó las cruzadas contra la herejía y los herejes, y repartió sus rayos de entredichos,<br />
[prohibiciones a la participación de los "sacramentos"], y excomuniones en toda la