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REVISTA PESCA OCTUBRE 2016

Revista informativa sobre pesquerias, oceanos, ambiente, politica pesquera del Peru

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En cuarto lugar, en un sistema natural y saludable no<br />

existen excedentes. Lo que parece una superabundancia<br />

para los observadores humanos es una póliza de seguros<br />

contra la merma demográfica causada por las enfermedades,<br />

tormentas, oscilaciones de los depredadores y<br />

los suministros alimentarios, cambios de temperatura y<br />

otros aspectos de la vida que van más allá de un modelo<br />

informático.<br />

En quinto lugar, las especies no viven aisladas; están<br />

integradas en sistemas sumamente complejos con miles<br />

de formas de vida que sufren cambios constantes. Puesto<br />

que se ha visto menos de un 5% del océano y se ha<br />

explorado un porcentaje muy inferior, numerosos sistemas<br />

siguen siendo un misterio. Pero, al igual que en<br />

una urbe, es necesario que todo el mundo haga muchas<br />

cosas distintas para que el sistema funcione y todos los<br />

ciudadanos se beneficien de él. El mero hecho de suprimir<br />

los taxis o los basureros o derrumbar unos cuantos<br />

puentes podría ser desastroso.<br />

En sexto lugar, extraer con éxito a una especie determinada<br />

de un sistema es difícil. Las redes de arrastre se<br />

llevan indiscriminadamente a todas las especies que encuentran<br />

a su paso, y también su hábitat. A su vez, ello<br />

socava la capacidad del sistema para seguir produciendo<br />

pescado conforme a un plan. Los anzuelos cebados<br />

no solo atraen a las especies deseadas, sino que provocan<br />

la “captura accidental” de pájaros, mamíferos, tortugas<br />

y gran cantidad de peces no identificados. Las<br />

redes de deriva, al igual que las de arrastre, se llevan<br />

todo lo que sea demasiado grande para atravesar la<br />

malla. Las trampas para peces, langostas y cangrejos<br />

capturan y matan muchas otras clases de peces e invertebrados.<br />

¡Imaginen que tratan de extraer selectivamente<br />

a los abogados de Nueva York!<br />

Séptimo, ningún pez en particular, por no hablar de especies<br />

enteras, vive, come, se comporta, crece o se reproduce<br />

exactamente igual que otro. Modelos como la<br />

MPS son útiles para prever posibilidades, pero rara vez<br />

pronostican la realidad.<br />

En octavo lugar, los primeros peces que son capturados<br />

en una población no explotada son los más grandes y<br />

longevos, los “veteranos” que han demostrado una capacidad<br />

superior para la supervivencia. También son los<br />

que producen una mayor descendencia. Cuando desaparecen,<br />

también lo hace una experiencia que les ha<br />

costado mucho adquirir, además de su capacidad reproductora.<br />

En la práctica, los niños se quedan al mando.<br />

Noveno, la mayoría de los peces no llegan a la madurez<br />

hasta que han cumplido un año. El arenque tarda cuatro<br />

años en empezar a reproducirse y pueden vivir veinte<br />

años; el atún de aleta azul tarda ocho años en madurar<br />

y puede vivir hasta los treinta; el reloj anaranjado madura<br />

cuando ronda los treinta años y puede vivir más de<br />

150. Entre tanto, la presión pesquera es continua e implacable.<br />

En décimo lugar, la conveniencia política y no el bienestar<br />

de las poblaciones de peces, distorsiona incluso la<br />

aplicación de políticas bienintencionadas.<br />

Undécimo, la gente quiere creer que la MPS funciona y<br />

sigue pensando que es así, aun cuando la experiencia<br />

apunta a lo contrario.<br />

El duodécimo punto, y tal vez el más importante, es que<br />

el concepto de la MPS comete un error al calificar de<br />

productos a los peces y demás fauna y flora oceánica,<br />

con la obligación implícita de capturarlos. Las importantes<br />

funciones de los sistemas oceánicos intactos que<br />

benefician a personas de todo el mundo (generando<br />

oxígeno, absorbiendo carbono, manteniendo la biodiversidad,<br />

impulsando el círculo acuático, modelando la química<br />

planetaria, manteniendo la constancia de la Tierra,<br />

etc.) son aparcadas a favor de la extracción inquebrantable<br />

de productos vendibles, que benefician relativamente<br />

a pocos.<br />

En 1076, el biólogo P.A. Larkin describía el concepto de<br />

MPS, durante una presentación ante la American Fisheries<br />

Society, como un dogma optimista que da por<br />

sentado que “cualquier especie produce cada año un<br />

excedente que podemos recolectar y, si cogemos eso y<br />

no más, seguiremos teniéndolo para siempre”. Al reconocer<br />

sus errores flagrantes, se sintió inspirado a proponer<br />

el entierro de la MPS con el siguiente epitafio:<br />

MPS<br />

Décadas de 1930 – 1970<br />

Aquí yace el concepto de MPS<br />

Defendía unas producciones demasiado elevadas,<br />

Y no explicaba cómo repartir el pastel.<br />

Lo enterramos con nuestros mejores deseos,<br />

Sobre todo en nombre de los peces.<br />

Todavía no sabemos qué ocupará su lugar.<br />

Pero esperamos que sea igual de bueno para la especie<br />

humana.<br />

Revista Pesca Octubre <strong>2016</strong> 70

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