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Economía. Para entender a un mundo innecesariamente desdichado<br />
paga el crédito, el prestamista remata el vehículo y quizás logre venderlo a<br />
la mitad, con lo que se cobra el principal de $25,000.00 más los intereses.<br />
El resto se lo da al dueño del carro. Quien lo haya comprado aprovechó<br />
la oportunidad y lo vendió a un precio por debajo de los cien mil pesos.<br />
El monto de los préstamos, la tasa de interés pasiva y activa, los plazos<br />
de pago, las garantías, etcétera, son asuntos que se negocian entre las partes<br />
y no debe haber terceros que intervengan. Es un trato entre soberanos. La<br />
tasa activa se determina en el mercado del crédito; la tasa pasiva, en el<br />
mercado del ahorro.<br />
Lo mismo ocurre para los ahorradores: el banquero ofrece una tasa de<br />
interés. Quizás más alta cuando necesite más dinero, y si no necesita —es<br />
decir, si tiene dinero estancado— quizás no ofrezca nada de ganancias.<br />
Aun así hay gente dispuesta a dejar su dinero en el banco, aunque no<br />
perciba ganancias. Lo que se debe destacar es que son tratos entre dos<br />
agentes: el ahorrador y el banquero.<br />
Secreto Bancario<br />
Es una responsabilidad del banquero no difundir información sobre sus<br />
clientes, especialmente sobre la cantidad que están guardando en el banco.<br />
Esto es porque para un ahorrador no es cómodo que todo mundo sepa que<br />
tiene una cantidad elevada de dinero. Podría despertar envidias y apetitos<br />
de robo por parte de delincuentes que buscan hacerse de ganancias de<br />
forma ilícita. Mucha gente ha sido secuestrada porque saben que pueden<br />
pagar rescates millonarios. Si estuviéramos en una sociedad donde toda la<br />
gente guarda un respeto absoluto a la propiedad del prójimo, quizás no<br />
sería necesario guardar el secreto bancario. Si un banco sostiene el secreto<br />
bancario y otro publica lo que han ahorrado sus clientes, la gente preferirá<br />
al que guarda el secreto bancario.<br />
Pánico bancario<br />
De vez en cuando, de manera justificada o no, corre el rumor de que<br />
un banco va a quebrar. Los ahorradores se preocupan por su dinero<br />
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