Revista Yoga + Edición 70

[ Evolucionar Amorosamente ]
Cuando la que viaja
es el Alma
Hace algún tiempo,cuando empecé a transitar este camino chamánico elegí
una declaración de viaje que sería mi guía:“Sano yo y muestro el camino”.
A la distancia veo que ese es el motivo por el cual hoy te cuento estas historias,
porque tal vez te impulsen a hacer tu propia senda.
Por Nuna Saya
Hoy cierro un ciclo para abrir las puertas al que sigue, y
en un profundo agradecimiento a lo vivido, me permito
un descanso frente al mar y observo el fluir de
sus olas, a veces embravecidas y otras más serenas, lamiendo
distintos espacios de la playa, en un mágico movimiento.
Como estas olas, mi Alma es siempre la que viaja, a veces lo
hace serena y relajadamente y otras con intensidad y agitación;
ella también se desplaza por distintos lugares, por distintos
mundos, por distintas vidas.
Cuando quiso viajar y yo la escuché, mi corazón palpitó,
haciendo giros espiralados en una danza cósmica, armoniosa,
jugando al ritmo de las luces y las sombras, el sol y la luna. Pero
cuando la ignoré y se impuso mi mente controladora, fue ella
18 yoga+
quien danzó, abrumada por el miedo y entonces se pareció al
mar embravecido por las fuerzas inesperadas de la naturaleza.
Aprendí que según quién danza en el viaje, la experiencia es
más liviana y etérea o más pesada, pero siempre reveladora
de otros mundos por conocer, así aprendí a escuchar a mi
Alma y a mi corazón.
“La experiencia es más liviana y etérea o
más pesada, pero siempre reveladora de
otros mundos por conocer, así aprendí a
escuchar a mi Alma y mi corazón”.