13.12.2012 Views

TELAR DE VOCES

TELAR DE VOCES

TELAR DE VOCES

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

N ARRATIVA: LA VIDA COTIDIANA HECHA PALABRA 125<br />

Guillermo desde la puerta del bar, a los gritos les decía… hoy ganamos y salimos<br />

campeones…<br />

No necesitó que le abrieran la puerta, actuaba con absoluta naturalidad… como<br />

si fuera esa incapacidad de hoy algo sin importancia, no le impide disfrutar de la vida…<br />

Ruth, sorprendida, le sobrevino un temblor… se mordió el labio inferior, comenzó<br />

a respirar hondo… vio cómo el auto se iba, y con él… definitivamente… el<br />

pasado…<br />

* * *<br />

Los siguientes textos fueron compilados en 1996 por José Francisco Cobián,<br />

de El Grullo; son producto del Taller de Escritura de Creación y Expresión<br />

Literaria que dirige el compilador.<br />

Ruperto<br />

MARTÍN RAMÍREZ OLMEDO<br />

Ruperto Abrió los ojos y se dio cuenta de que estaba en un lugar desconocido.<br />

Era un joven delgado, tímido, acostumbrado al trabajo del campo; pero no por<br />

eso dejaba de ser una persona con cierta cultura, pues había terminado satisfactoriamente<br />

sus estudios de secundaria.<br />

Desconcertado, trató de ponerse de pie y fue en ese momento cuando se percató<br />

de estar atado de pies y manos. Entonces su mente viajó por el espacio y el<br />

tiempo y recordó lo ocurrido unas horas antes.<br />

Cuando se dirigía a su casa después de un día de arduo trabajo en la pizca de<br />

maíz, vio a lo lejos una camioneta roja con llantas anchas, vidrios polarizados y modelo<br />

reciente que se aproximaba con una velocidad impresionante. Ruperto no dio importancia<br />

al asunto y siguió pedaleando su vieja bicicleta. De pronto la camioneta se<br />

atravesó en el polvoso camino de terracería, cerrándole el paso. Se bajaron dos individuos<br />

gigantescos, con armas de grueso calibre, amenazándolo para que se detuviera.<br />

Ruperto, asustado, bajó de la bicicleta y uno de ellos le asestó un golpe en la nuca<br />

que lo dejó inconsciente.<br />

«Ahora recuerdo —pensó Ruperto volviendo a la realidad—, los de la camioneta<br />

me han de haber traído hasta aquí, pero no entiendo qué puedan querer de una<br />

persona humilde como yo».

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!