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94 T ELAR <strong>DE</strong> <strong>VOCES</strong><br />
Hagan sus anotaciones<br />
y supuestas reflexiones<br />
porque los no mencionados<br />
fueron los más amolados.<br />
Y para no hacerla más larga<br />
me despido y no fingiendo<br />
porque del modo que sea<br />
los espero en el infierno<br />
y quédense todos tranquilos<br />
yo vuelvo el próximo año<br />
vayan haciendo mochilas<br />
porque sí les aseguro<br />
que me llevo un buen rebaño.<br />
Entre los años treinta y los cincuenta fue cuando esta popular tradición<br />
tuvo mayor esplendor. Había ocasiones en que se quemaban hasta cinco<br />
judas en los distintos y populares barrios del pueblo, como La Piedra China,<br />
El Rastro Viejo, Barrio Alto, Gota de Agua, Rincón Verde, etcétera. Es importante<br />
aclarar que en la actualidad se organizan de diferente manera, quien<br />
decide hacer la quema de judas tiene que costear los gastos de elaboración y<br />
darse a la tarea de inventar y redactar el testamento. El resto de la tradición<br />
sí se hace igual que en épocas pasadas. Terminadas las herencias se efectúa<br />
la quema, entre gritos y aplausos de los presentes. En algunas ocasiones, la<br />
última estrofa disponía que después de la muerte siguiera un rato de baile.<br />
De CARMELO TORRES LAMAS, también de Colotlán, se pudo recuperar el siguiente<br />
texto, ejemplo de esta tradición popular, el cual fue leído en las fiesta<br />
de Cuaresma de 1996:<br />
Testamento de Quema de Judas<br />
Hijos de mi vida<br />
hijos de mi corazón
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