13.12.2012 Views

TELAR DE VOCES

TELAR DE VOCES

TELAR DE VOCES

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

138 T ELAR <strong>DE</strong> <strong>VOCES</strong><br />

tramos por el barrio que le decían del Coajinque hasta el mesón que estaba saliendo<br />

a la Purificación. Unos parecíamos sombras y otros éramos sólo eso. Sombras y más<br />

sombras que se agarraban a las crines de los caballos. Sólo Pedro Zamora se mantenía<br />

erguido sobre la silla. Parecía tener el estómago de palo y el cuerpo de fierro,<br />

porque ni comía ni dormía. Solo miraba, pensando con su cabeza mechuda.<br />

Llegamos al mesón y le dijo al dueño:<br />

— Ey, tú amigo. Cierra bien el zaguán y mata una res. Mándale decir a don<br />

José Díaz que aquí está su compadre Zamora. Que venga porque tengo un negocio<br />

urgente.<br />

Un rato después llegó su compadre. Un viejo jiricuento pero con más dinero<br />

que buenos pensamientos.<br />

Estuvo hablando un buen rato con el tal compadre, y después fuimos a recibir<br />

dos arrobas de pesos pa’ reforzar el armamento.<br />

— Aquí no tenga preocupación, compadre. Ya sabe que todos lo queremos, y<br />

si llegaran los pelones, primero nos matan que decirles que está usté con su gente.<br />

Una vez de regreso, y dentro del mesón, vació las bolsas de pesos en nuestro<br />

delante diciendo:<br />

— Ora sí, muchachos, pidan lo que quieran. Aquí hay dinero, pa’ que vayan a<br />

gastarlo con viejas. Ya reforzaremos el armamento cuando encuéntremos a los pelones.<br />

Arrímese de uno por uno.<br />

Nadie se movió. Todos nos quedamos nomás mirando el suelo.<br />

— ¿Qué paso, por qué se quedaron mudos? ¿No es esto lo que querían?<br />

— Perdone mi general —habló uno de ellos—, si de veras quiere cumplirnos<br />

un antojo, déjenos dormir tres días seguidos. Luego veremos eso de los centavos.<br />

Un rato después todos roncaban bajo los corredores. Zamora se quedó sentado<br />

a la entrada del mesón mirando el techo. Quizás soñaba, tal vez dormía.<br />

* * *<br />

CELIA SERRANO URIBE, originaria de Autlán, cuya poesía se comentó en la<br />

primera parte de este libro, también incluye cuentos en su obra Lascas literarias.<br />

Su narrativa se centra en esos personajes que no faltan en los pueblos,<br />

los que ocultan su historia hasta que son desenmascarados, como los<br />

personajes centrales del siguiente texto.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!