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TELAR DE VOCES

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N ARRATIVA: LA VIDA COTIDIANA HECHA PALABRA 129<br />

— ¡Ya llegamos, hay que hacer el globo! —gritaron al mismo tiempo sus tres<br />

primos. Estaban realmente emocionados, pues el día anterior, al ver el globo hecho<br />

por Toño, que era de El Grullo, quedaron «enchincualados» y rápidamente se pusieron<br />

de acuerdo para que al día siguiente hicieran otro entre todos.<br />

Así que en menos de media hora estuvo listo el globo, de colores azul y rojo,<br />

con su dona e hisopo previamente empapados en petróleo.<br />

— Súbete a la barda a detenerlo —le dijo a José—; tú detén la dona mientras<br />

lo lleno de aire —fue la orden de Gerardo—, y tú, Armando, prende el hisopo.<br />

Y en minutos el globo comenzó a elevarse, cruzó la carretera, pero de pronto<br />

comenzó a perder altura.<br />

— Se va a caer.<br />

— ¡Se va a quemar!<br />

— ¡Vamos a agarrarlo!<br />

Empezaron a gritar los cinco, pues Tomás ya se les había unido. Entontes se<br />

lanzaron a toda velocidad dispuestos a salvar el globo, pero al momento de atravesar<br />

la cerca de alambre de púas, el entusiasmado Toño sintió un jalón en la rodilla y<br />

un agudo dolor.<br />

— ¡Ya me corté! —gritó mientras los otros cuatro habían seguido su carrera<br />

intentando salvar el globo.<br />

Rápidamente fueron a la tienda y la mamá de Tomás le hizo un vendaje casero<br />

para detener la hemorragia. Cerraron la bodega, se fueron a su casa y posteriormente<br />

al centro de salud donde le aplicaron diez puntos de sutura.<br />

¿Y el globo? Nadie supo dónde quedó, sólo supieron, por labios de Tomás que,<br />

lejos de caer y quemarse, tomó nuevamente altura y desapareció volando entre las<br />

nubes.<br />

* * *<br />

Las últimas notas<br />

LAURA ESPINOZA<br />

En el automóvil de Ernesto no se sentía el calor sofocante de la tarde; bien lo decía<br />

el vendedor del auto: «…un sistema supereficiente de enfriamiento del interior, gracias<br />

al novedoso acondicionador de aire…», bueno, pues sí funcionaba el artefacto<br />

ese, después de todo lo que tuvo que ahorrar para comprar su dichoso auto último

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