Revista Sala de Espera Venezuela Nro 156 Agosto 2017

mundo animal
canes, es que estos los consideran parte
integral de su familia. Colocar el nombre
es incluso todo un ritual. Nada se toma
a la ligera.
No solo se trata de una nueva tendencia,
sino que forma parte de una realidad
en las relaciones entre perros y seres
humanos. Ya no es solamente el perro
fiel que menea la cola y ladra indefiniblemente.
La visión y la relación, según
sugieren expertos, ha cambiado.
Algunas de las características que
definen a los dueños de perros, es que
estos tienden a ser personas más extrovertidas
y en la mayoría de las ocasiones
son varios los miembros de la familia.
El perro es social. Incluso en el eventual
caso de una separación, este puede convertirse
en objeto de litigio para su custodia
final. Aunque algo “hollywoodense”,
esto suele suceder y si bien no necesariamente
es un tema para llevar a la
magistratura o cortes legales, al menos sí
se convierte en un verdadero asunto de
disputa familiar.
Los dueños de gatos, aunque suele ser
un cliché, se dice son divorciados, personas
solas o que han enviudado. La trillada
imagen de la “Vieja loca de los gatos”.
Estamos mas allá de los estereotipos clásicos,
pues hay, según la publicación, mucho
más en esto. Si bien una buena parte de los
dueños de gatos viven en apartamentos, los
gatos de casa también son parte del trato. Si
usted tiene un gato, es una persona abierta
a nuevas experiencias, pero se dice que
son menos socialmente dominantes. Ese
sexto sentido femenino, señalan, puede ser
hasta felino.
Para los que comparten con aves,
tienden a ser descritos como políticamente
correctos y preocupados por su
entorno. Aunque el hecho de mantener
pájaros enjaulados sigue generando
controversias, tenerlo genera personas
menos conflictivas, contemplativas
y capaces de admirar la belleza. Suena
paradójico. Los dueños de aves tienden
a tomarse las cosas con más calma. Un
excelente ejemplo es el de este servidor,
que sin ser “dueño” de aves, recibe regularmente
a guacamayas urbanas en el balcón
de su casa para alimentarlas y compartir
con ellas. La paz que esto genera
no tiene comparación. Incluso existen
casos de gente que tiene aves, les abre
la jaula para que estas vuelen y retornan
luego a las mismas.
Los dueños de caballos, que mas que
mascotas, son verdaderos compañeros de
vida, suelen ser mas dominantes socialmente.
Claro, poseer caballos como medio
de trabajo o explotación es distinto. Sin
embargo, si existe consciencia se establecen
relaciones de respeto. El dueño de caballos
tiende a ser dominante y agresivo si se es
hombre y por el contrario mas condescendientes
y amigable si se es mujer.
¿Una serpiente, una alacrán, una
araña, una rana? Si ese es el caso, apunta
el estudio, usted es un individuo abierto
a nuevas experiencias. Incluso mucho
más que los dueños de otros tipo de mascotas
o compañeros animales. La gente
con esos animales exóticos suele ser más
relajada e impredecible.
Cualquiera sea su compañero animal
y su relación, lo más importante es que se
entienda el respeto que debe existir, así
como la responsabilidad de su parte para
dar garantía de la salud e integridad de
éste en su hogar. Recuerde, no son mercancía,
son familia y compañía.
Resultados curiosos
En una encuesta presentada por la
revista Scientific American, resultó asombroso
ver las respuestas de los “dueños”
de mascotas. Invitaron a que enviaran
por Twitter cómo se describe en su relación
con ese miembro de la familia, bien
sea que este viva en una pecera, en el
patio del jardín o debajo de su cama.
Dueños de serpientes, sorpresivamente,
consideraban a estas parte de su
familia 100% sin titubear.
Los propietarios de peceras, se describían
como personas calmadas y emocionalmente
estables. Los peces incluso
tenían nombres en muchos casos.
Quienes poseen conejos, son mas
sensibles y abiertos a nuevas experiencias
según su testimonio. Se describían como
preocupados por los animales.
Quienes tienen caballos se consideraban
disciplinados. Algo que sin dudas no
extraña, pues la relación con un equino
demanda trabajo y paciencia.
Agosto - Septiembre 2017 | www.revistasaladeespera.com
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