04.11.2017 Views

Memorias de una Geisha - Arthur Golden

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

confianza. Ahora veo que la verdad podría ser otra. Sayuri me eligió como<br />

amanuense, sin duda, pero podría haberse presentado otro candidato a<strong>de</strong>cuado<br />

antes que yo.<br />

Lo que nos lleva a la cuestión fundamental: ¿Por qué quería Say uri contar su<br />

historia? Las geishas no tienen la obligación <strong>de</strong> hacer voto <strong>de</strong> silencio, pero su<br />

existencia se basa en la convicción, típicamente japonesa, <strong>de</strong> que lo que suce<strong>de</strong><br />

durante la mañana en la oficina y lo que pasa por la noche tras <strong>una</strong>s puertas bien<br />

cerradas son cosas muy distintas, y han <strong>de</strong> estar separadas, en compartimentos<br />

estancos. Las geishas sencillamente no <strong>de</strong>jan constancia <strong>de</strong> sus experiencias. Al<br />

igual que las prostitutas, sus equivalentes <strong>de</strong> clase inferior, las geishas se suelen<br />

encontrar en la posición poco común <strong>de</strong> saber si esta o aquella figura pública<br />

mete primero <strong>una</strong> pierna y luego la otra en los pantalones, como el resto <strong>de</strong> los<br />

mortales. Probablemente estas mariposas nocturnas consi<strong>de</strong>ran que su función<br />

encierra algo <strong>de</strong> <strong>de</strong>positarias <strong>de</strong> la confianza pública, pero en cualquier caso la<br />

geisha que viola esa confianza se coloca en <strong>una</strong> posición insostenible. Las<br />

circunstancias que llevaron a Sayuri a contar su historia eran poco comunes en<br />

cuanto que y a no quedaba nadie en Japón que tuviera po<strong>de</strong>r sobre ella. Los<br />

vínculos con su país <strong>de</strong> origen y a estaban rotos. Tal vez esto nos da <strong>una</strong> pista <strong>de</strong><br />

por qué <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> sentirse forzada al silencio, pero sigue sin informarnos <strong>de</strong> por qué<br />

se <strong>de</strong>cidió a hablar. A mí me asustaba plantearle la cuestión. ¿Y si al examinar sus<br />

propios escrúpulos al respecto le daba por cambiar <strong>de</strong> opinión? Ni siquiera<br />

cuando el manuscrito estuvo acabado me atreví. Sólo cuando y a había recibido el<br />

a<strong>de</strong>lanto <strong>de</strong>l editor me sentí lo bastante seguro para preguntarle. ¿Por qué había<br />

<strong>de</strong>seado contar su vida?<br />

—¿Pues qué mejor cosa podría hacer con mi tiempo a mi edad? —contestó.<br />

Dejo a la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>l lector la cuestión <strong>de</strong> si sus motivos eran realmente así<br />

<strong>de</strong> sencillos.<br />

Aunque estaba <strong>de</strong>seosa <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar por escrito su biografía, Sayuri insistió en<br />

varias condiciones. Quería que el manuscrito se publicara <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte<br />

y la <strong>de</strong> algunos hombres que habían ocupado <strong>una</strong> posición prominente en su vida.<br />

Todos murieron antes que ella. A Say uri le preocupaba mucho que sus<br />

revelaciones pudieran poner a alguien en evi<strong>de</strong>ncia. Siempre que me ha sido<br />

posible he <strong>de</strong>jado los nombres reales <strong>de</strong> las personas, aunque Sayuri me ocultó<br />

incluso a mí la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> ciertos hombres, mediante la convención, común<br />

entre las geishas, <strong>de</strong> referirse a los clientes con sus apodos. El lector que al<br />

encontrarse con personajes como el Señor Copito <strong>de</strong> Nieve —cuy o mote vino<br />

sugerido por su caspa— crea que Sayuri sólo está tratando <strong>de</strong> ser graciosa pue<strong>de</strong><br />

no haber comprendido su verda<strong>de</strong>ra intención.<br />

Cuando le pedí permiso a Sayuri para utilizar <strong>una</strong> grabadora, mi intención era<br />

que fuera sólo <strong>una</strong> garantía contra los posibles errores <strong>de</strong> trascripción por parte<br />

<strong>de</strong> la secretaria. Pero <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte, acaecida el año pasado, me digo a

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!