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Pero imitar y corregir no nacen de acto espontáneo, exigen cánones<br />
sistemáticos y autoritarios<br />
Se llamó arte, el subjetivar con estética lo objetivo<br />
Objetivar lo así modificado, vetando todo emparejamiento de intención<br />
entre el Yo y Natura<br />
Muy de siglo XV y muy racional, se supo quién era sujeto y el qué<br />
del objeto al natural; cuál la persona, cuál la cosa<br />
Por qué cada uno<br />
En el misterio de crear, interpretar los signos universales fue norma<br />
de las apabullantes normas<br />
Natura supo alumbrar con leyes el que se le imitase, el que se la<br />
adornase; la primera gran teoría del arte nació así, de perfil<br />
La gran invención, que evitó desfiguras y contrahechos, supo seducir<br />
la belleza (exigente severa de armonías)<br />
Como un manjar que intocado provoca inundación papilar, la invención<br />
ahoga de placer, antes de ser expresada<br />
Ningún capricho legitima como buena una proporción, sin consulta<br />
de doña matemática<br />
(Los críticos de hoy, mucho tendrían que aprender, dejando en paz<br />
el número, claro, de la conciencia del de ayer)<br />
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