LA «ODISEA» COMO POESIA - InterClassica

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WOLFGANG SGHADEWALDT
Pero antes tienes que asearte y arreglarte. Mas Penélope
no quiere arreglarse: desde que Odiseo está
ausente, los dioses han echado a perder el brillo de
su hermosura. Que la acompañen, sin embargo, dos
criadas. Este es el primero y más simple grado de la
estructura: la idea de la hermosura y, añadida por
Eurínome, la del tocador, por un lado; el duelo por el
marido ausente, causa de que los dioses hayan echado
a perder su hermosura, por otro.
A continuación viene el segundo grado: mientras
la anciana va a llamar a las criadas. Atenea vierte
un sueño ligero sobre Penélope, que se halla sentada
en el sillón. Se trata de una auténtica «cabezada
de cinco minutos» que con frecuencia proporciona
un alivio rápido a la muy ocupada ama de casa.
Ahora bien, en nuestro caso este breve descanso tiene
un efecto mayor: durante el corto sueño, la diosa
Atenea la ha ungido con el bálsamo de la hermosura
con el que acostumbra a ungirse ella misma cuando
va a jugar al corro con las Gracias. Penélope despierta
milagrosamente embellecida. Pero, al poco rato,
aparece aquí también el lado oscuro : al despertar
dice que desearía una muerte tan suave como el sueño
que acaba de tener, para que no se le vaya extinguiendo
su vida en medio de lamentos y de la nostalgia
que siente hacia su esposo y sus excelentes cualidades.
También el tercer grado de esta estructura, el
más extenso, tiene dos aspectos. Tenemos, por un
lado, el efecto triunfal de la mujer hermosa sobre
los pretendientes, efecto que culmina en el cumplido