LA «ODISEA» COMO POESIA - InterClassica

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WOLFGANG SCHADEWALDT
fuerza viva del construir que desarrolla orgànicamente,
una arquitectónica que ha surgido naturalmente
y que en griego podemos denominar con la
palabra φύσις «construcción viviente». Lo óntico es
el ámbito en que se mueve esta poesía. El poeta «ve»
lo óntico, lo llama, lo evoca; si no se teme lo sublime
de la expresión, este poeta tiene que ser considerado
como un «vidente de lo óntico».
El redactor Β ha ampliado el poema A añadiendo,
sobre todo, los cuatro primeros libros de la Telemaquía,
el segundo día en el país de los feacios
del canto VIII y todo el XXIV, junto con algunos
complementos diversos. Ha procedido de acuerdo con
un plan bien estudiado, pero le falta aquella genuina
fuerza poética de creación. No sabe configurar escenas
o formar símbolos. Expone sucesos, procesos,
estados, tiende a lo patético, dramático, emocional y
sentimental. Y, mientras que el poeta A enlaza normalmente
una escena cerrada con otra, con transiciones
sumamente breves, el redactor Β «relata» en
la acepción propia de la palabra: καταλέγει, narra
detalladamente. Sin embargo, a pesar de estas limitaciones,
no se trata en absoluto del chapucero que
ha hecho de él el viejo análisis. Si carece de genuina
fuerza de creación, no le faltan horizontes, postulados
e ideas, y posee además una compleja comprensión
del mundo que sabe percibir tanto los polícromos
pormenores de la vida como lo ambiental y
lo interno. Es problemático, realista y sensitivo, tres
direcciones del espíritu que con frecuencia se dan
juntas; y, frente al viejo poeta A, aunque sólo una