ALIMENTARIA INTEGRAL ENERO 2019

TECNOLOGÍA
CÁRNICA
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(2008, 2011), las preferencias del consumidor, ya sea para
ROO o para EVOO, se distinguen sobre la base de su elección
de sabores suaves o afrutados, respectivamente. Un
inconveniente de estos estudios es que no analizan la
percepción que los consumidores tienen del sabor a
EVOO, como lo hacemos parcialmente, aunque parecen
confirmar que su consumo puede verse afectado negativamente
cuando el consumidor percibe su sabor, la principal
característica organoléptica, como también
Intenso o fuerte. La legislación actual (Comisión Europea,
2013) regula el uso de los términos de calidad específicos,
tales como adherentes afrutados, amargos y acre únicamente
a los aceites de oliva vírgenes que cumplen con los
parámetros organolépticos requeridos. Sin embargo,
estos atributos pueden no ser fácilmente interpretados
por un consumidor que no esté familiarizado con estos
términos, e incluso pueden tener connotaciones negativas:
la percepción de que el sabor de AOVE es demasiado
fuerte puede ser provocada por los términos "amargo"
y "picante".
De manera similar, la calidad se puede percibir en términos
de la superioridad o excelencia de un producto (Garvin,
1988), una característica que se puede inferir o evaluar
(Nelson, 1970, 1974) a través de aspectos observables
en el momento de la compra y la información disponible.
En el caso que se analiza, cuando las creencias negativas
sobre las características o los efectos del AOVE se establecen
en la mente de los consumidores y llevan a la expectativa
de emociones negativas (Bagozzi, 2000), este proceso
afectivo se convierte en el factor más determinante
en la formación de reacciones positivas. Actitud hacia
ROO. Por lo tanto, puede sugerir que las personas que
tienen estas creencias negativas acerca de los AOVE
también tengan una mejor actitud hacia el producto de
menor calidad, ROO. Debe tenerse en cuenta, entonces,
que el proceso de toma de decisiones está muy influenciado
por las consecuencias anticipadas de consumir el
producto; y cuando estos están vinculados a falsas creencias
sobre la calidad y características de los aceites de
oliva, puede reducir la brecha de calidad entre AOVE y
ROO.
Los hábitos de compra saludables impulsan principalmente
la actitud hacia el producto de la más alta calidad, el
AOVE, un resultado en línea con los estudios realizados en
productos distintos al aceite de oliva, como los de De
Magistris y Gracia (2008), Michaelidou y Hassan (2010) y
Thorsdottir et Alabama. (2012). También debe señalarse
que, en el sentido en que este concepto se ha definido