EnBajaParaWeb_Quid76

Tema de tapa
tres
SÉ LO QUE
NO QUIERO
La generación millennial, aquellos
que hoy tenemos entre 22 y 37,
nos diferenciamos de generaciones
previas y posteriores por un
conjunto de experiencias comunes,
una relación particular con la
tecnología y ciertas características
demográficas. Estas diferencias
afectan nuestra relación con la
política; qué queremos y cómo
buscamos obtenerlo, pero, sobre
todo, qué no queremos
POR Emilia Simison*
Muchos quizás habrán visto en Twitter la cuenta “Millennials
descubren…” y a varios también les habrá pasado, como a mí,
que nuestro mayor descubrimiento millennial fue descubrir
que lo éramos. Y es que el término se puso tan de moda que
se lo terminó usando para referirse a la juventud, a cualquier
juventud, pero si era una juventud frívola y repudiable, mejor
aún. Pero, ¿quiénes somos realmente los millennials? Los años
límites de la generación varían de acuerdo a la fuente que
se consulte pero sea cual sea, ya no estaríamos hablando de
adolescentes, sino de aquellos que tenemos entre 22 y 37 años.
De hecho, recientemente el Centro de Investigaciones Pew,
conocido por sus encuestas de opinión y valores, adoptó como
años límites 1981 y 1996 para facilitar la comparación sistemática
de esta generación con generaciones previas y posteriores.
Después de todo, si vamos a hablar de los millennials como
generación deberíamos distinguirnos de alguna manera de
otras generaciones, ¿no?
Varias investigaciones en distintos países muestran que
sí, que efectivamente la generación millennial difiere de
otras generaciones tanto en sus características como en sus
opiniones, aspiraciones y comportamientos políticos. En
relación con las características, somos una generación que,
en muchos países, y especialmente en los Estados Unidos,
es más diversa. William H. Frey, del centro de investigaciones
Brookings, señala que, entre los millennials, aquellos
que se identifican como blancos representan menos del 56%
del total, lo cual contrasta con el 62% que se considera de esa
manera en la población general y el 75% que lo hace entre
los mayores de 55. Los millennials también leemos más,
según información de Pew, y según diversas fuentes, como
David Kingman, de la Fundación Intergeneracional británica
y el Banco Interamericano del Desarrollo (BID), tenemos
mayores niveles de educación formal, educación que además
valoramos más por sobre otros tipos de educación.
De todos modos, las dos cosas que más definen a la generación
millennial son las experiencias históricas comunes y la
relación con la tecnología. En relación con las experiencias
históricas, en Estados Unidos se hace hincapié en el atentado
a las Torres Gemelas y la elección del primer presidente
afroamericano, en Europa en la consolidación de la Unión
Europea y en Argentina, en la crisis de 2001. Asimismo, la
relación con la tecnología, y especialmente con Internet, nos
distingue claramente de las generaciones previas y posteriores.
Como destacan los investigadores del Pew, crecimos con
la extensión de las nuevas tecnologías de la información y
comunicación y las adoptamos mucho más naturalmente que
las generaciones previas, obteniendo de Internet y, en especial,
de las redes sociales, la mayor parte de la información
que consumimos. Sin embargo, nos une a esas generaciones
haber tenido que adaptarnos a estar todo el tiempo conectados.
Eso nos distingue de la generación siguiente, los posmillennials
o Generación Z que no conocen un tiempo previo
a Internet y las redes sociales. Esa diferencia se refleja, por
ejemplo, en que los millennials latinoamericanos tengamos
menos confianza en la tecnología como solución a nuestros
problemas, según el informe del BID.
En parte como resultado de las diferencias en el nivel de
educación y diversidad y de nuestra relación con las TIC, también
pensamos distinto y eso afecta nuestro comportamiento
político. Por ejemplo, votamos distinto. Esto fue muy claro en
la elección de Donald Trump, que perdió entre los más jóvenes
del electorado, y en el caso del Brexit, donde la mayoría
de los jóvenes votaron por quedarse en la Unión Europea. Sin
embargo, en términos de izquierda y derecha la tendencia no
es tan clara. En Argentina, según el estudio del BID, más de la
mitad de los jóvenes asegura no identificarse con ideologías de
derecha o de izquierda, pero, al mismo tiempo, la presencia de
militantes jóvenes está en aumento en casi todos los partidos.
En Estados Unidos, por otro lado, los millennials no solo son
anti Trump sino que, según el Pew, no parecen estar volviéndose
más conservadores con el tiempo (como sí sucedió con
los baby boomers) y se entusiasman con las opciones políticas
progresistas como Bernie Sanders. En Europa, sin embargo,
muchos millennials respaldan a los partidos nacionalistas
de derecha votándolos en mayor proporción que la población
general en Austria, Dinamarca, Francia, Holanda y Polonia.
Por otro lado, somos una generación con menor nivel de confianza
en los políticos y las instituciones políticas. La encuesta
39