Anuario 2018

Anuario 2018 - Club Universitario de Buceo de Granada - Vol. II
Mazarrón
Mazarrón fue habitado desde antiguo, inicialmente
por culturas argáricas que aprovechaban el potencial marítimo
de la zona, existiendo un importante yacimiento en lo
que se ha dado en llamar Poblado de Punta de Gavilanes.
Recientemente se ha descubierto en este yacimiento una
factoría destinada a la extracción de plata que quizás motivó
la llegada de fenicios y su posterior asentamiento. Como
quiera que fuese, en 1988 fue localizado por técnicos del
Museo Nacional de Arqueología Marítima los restos de
un pecio que fueron denominados Mazarrón-1. Los restos
estaban muy próximos al asentamiento de Punta de Gavilanes,
concretamente en Playa Isla. En 1993 se inició el
Proyecto Nave Fenicia destinado a recuperar los restos
de este barco. Los restos estaban incompletos y bastante
deteriorados debido al efecto abrasivo del mar. Se conservaba
la quilla y había restos de 4 cuadernas, unidas a nueve
fragmentos de tracas y parte de una de las bordas. Se ha
estimado una datación para estos restos que vuela hasta
la segunda mitad del siglo VII A.C.
Las labores de investigación llevaron a levantar más de
70.000 m 2 en la búsqueda de nuevas evidencias o restos.
Este trabajo llevó a la localización del segundo pecio, el Mazarrón-2,
un auténtico hito en la investigación arqueológica
submarina del mediterráneo. Mazarrón-2, situado en las
proximidades de Mazarrón-1 estaba enterrado y sellado
bajo una capa de Posidonea oceanica, lo que garantizaba
el buen estado de conservación del mismo y lo databa en
época prerromana. Estas primeras indagaciones, en la primavera
de 1994, concluyeron volviendo a sellar el pecio a
la espera de que se pudieran dar las condiciones para acometer
su investigación con garantías.
La campaña del Mazarrón-2 se realizó durante los
años 1999-2000. Se procedió al levantamiento de los niveles
estratigráficos que protegían los niveles arqueológicos,
sellándose con la “caja fuerte” que protege su
contenido aun hoy día. Se realizaron dibujos a escala 1:1 y
fotografías de todas las piezas del barco. En el año 2007
se retomó nuevamente el proyecto con el ánimo de añadir
las nuevas tecnologías infográficas a la descripción del
pecio. El cargamento de este barco se había conservado
prácticamente al completo, estando integrado fundamentalmente
por lingotes de litargirio (un derivado de plomo), distribuido
entre la popa y proa del barco. La parte central
quedaba reservada para el transporte de algunas ánforas.
Mazarrón-2 documenta de forma extraordinaria y por primera
vez como era el comercio marítimo en la época prerromana,
hablándonos de la vida a bordo y de como se
realizaba la carga de las mercancías en aquella lejana
época.
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Pecio sumergido Mazarron-2
El Tesoro del Nuestra Señora
de las Mercedes
Las dependencias en penumbra del museo, que
quieren simular la profundidad del mar, nos van acompañando
y mostrando una miriada de restos y yacimientos,
restos hasta hace poco olvidados pertenecientes a otra
época. Vasijas, ánforas e incluso colmillos de marfil de elefante,
son el rastro indeleble de esos otros hombres que un
día navegaron por estas aguas mediterráneas.
Pero sin duda, la otra gran pieza arqueológica del
museo se reservaba para el final, en una parte más iluminada,
quizás reflejando el orgullo de la costosa recuperación.
Y es que como dicen los arqueólogos españoles, la
historia del Nuestra Señora de las Mercedes es la historia
de una doble tragedia.