Anuario 2018

Anuario 2018 - Club Universitario de Buceo de Granada - Vol. II
el Aula del Mar de Málaga (yendo, de nuevo, impolutos y
a juego), mientras todos dormitaban y el sol brillaba con
toda su fuerza, yo me fugué a la playa con los tres tripulantes
con los que tardes antes había estado canturreando en
la proa del barco. Luego, nos fuimos a recibir las últimas
charlas del día y conocimos a las alumnas y alumnos de
Málaga que nos relevarían en la segunda etapa del curso
de verano.
Y teniendo en cuenta que soy bióloga, cumpliré con
mi deber, soltaré algún que otro palabro y divulgaré algo de
información científica de la que obtuvimos durante esta experiencia,
que para eso estuvimos currando a bordo junto
a nuestros profesores todos los días.
Tras analizar el fitoplancton, a pesar del ejercicio
mental que hicimos sobre Noctiluca, los dinoflagelados eran
minoritarios en porcentaje con respecto a las diatomeas,
entre las que destacaban las comunidades formadoras de
cadenas. La relación a favor de diatomeas es típica de
aguas primaverales en las que no hay una termoclina bien
definida a causa de la mezcla vertical continuada, que supone
un aporte de nutrientes del fondo, lo que favorece su
proliferación frente a dinoflagelados. Y si nuestras muestras
eran de julio, ¿por qué presentaban estas características?
Nuestra hipótesis es que se debió todo a la primavera tan
particular que había precedido a un comienzo de verano atípicamente
frío.
Por su parte, el zooplancton nos sorprendió por su
grandísima variedad de organismos, ya que encontramos
copépodos, cladóceros, doliólidos, quetognatos, foraminíferos
y apendiculariáceos, que llegaban a originar una nieve
marina visible.
En resumidas cuentas, para mi gusto, esta aventura
no podría haber sido más completa de ninguna otra
forma. Y para acabar, me gustaría cerrar con una importantísima
reflexión que alguien hizo durante una cena…
“Pan y aceituna sabe a beso”
Ale “el del laboratorio”
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