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ALEXIS BERG (2)<br />
nombre Lazarus Lake como alter ego para proteger su primera<br />
cuenta de e-mail personal: “Como si tuviera tantos secretos que<br />
proteger, jaja”). Los Cantrell vivían cerca de un dormitorio estudiantil<br />
y el joven Lake era amigo de jugadores de futbol americano,<br />
lo que confirma su amor de toda la vida por los deportes.<br />
Entonces, en 1966, salió una nota en el noticiero vespertino<br />
sobre una nueva moda llamada jogging. El padre de Lake y sus<br />
amigos comenzaron a ir a la pista local para intentar recorrer<br />
una milla en menos de ocho minutos. La primera vez que Lake<br />
fue superó a su padre. “Jamás lo había vencido en nada”, dice<br />
riendo. “Éramos una familia deportiva muy competitiva y a los<br />
niños no se les dejaba ganar. Cuando los niños ganaban, era<br />
real”. Al razonar que eso significaba que él era un buen corredor,<br />
empezó a hacer pista y campo traviesa, lo que le llevó a carreras<br />
de ruta y después a maratones. A la larga, Lake decidió que el<br />
ultramaratón sería su especialidad. Sin embargo, los ultras más<br />
cercanos a Tennessee eran en Miami y Filadelfia, así que Lake<br />
decidió iniciar el suyo, el Strolling Jim 40, en 1979.<br />
En los años intermedios, las lesiones y el daño acumulado<br />
de una vida de correr en pavimento lo alejaron de las carreras.<br />
Aunque sigue sintiendo la cosquilla ocasional, Lake sabe que<br />
sus talentos están en otro terreno. “Quería ser un buen corredor,<br />
pero nunca fui más allá del promedio”, dice. “Resulta que soy<br />
mucho mejor como coordinador de carrera”.<br />
Ahora que se retiró de su trabajo diurno como contador, dirige<br />
cinco carreras al año además del Barkley Marathons, incluyendo<br />
el Barkley Fall Classic (equivalente para principiantes) y Big’s<br />
Backyard Ultra, una carrera de resistencia en la que los competidores<br />
intentan completar tantas vueltas de un circuito de 6.7 km<br />
como les sea posible, saliendo a cada hora en punto. Si no logras<br />
estar en la línea de salida a la hora, estás descalificado. En 2017,<br />
el ganador sumó 456 km.<br />
Pero Lake permanece activo. El día después de nuestra<br />
reunión, nos reunimos para almorzar en Nowheresville,<br />
Tennessee, en una parada en el camino que funciona<br />
como tienda general de antigüedades y el mejor lugar<br />
para comer pollo frito. Hay equipo viejo para granja en los muros<br />
y la mayoría de los presentes son hombres mayores en overol.<br />
Al menos una vez a la semana, Lake camina 16 km para comer<br />
aquí, luego vuelve a casa de la misma manera. Pero esto palidece<br />
en comparación con la épica caminata campo traviesa que completó<br />
en septiembre de 2018. Luego de 10 meses de recuperación<br />
de una lesión de tobillo, Lake decidió que quería recorrer los<br />
12 estados caminando. A pesar de que su doctor le dejó en claro<br />
que la arteria femoral de su pierna izquierda ya no funcionaba,<br />
Lake estaba determinado a lograrlo.<br />
“¿Por qué alguien querría hacer eso?”, podrías preguntarte.<br />
¿Por qué alguien no querría hacerlo?”, dice mientras come una<br />
hamburguesa acompañada de un Dr Pepper. “Siempre quise<br />
hacerlo, pero estaba demasiado ocupado: familia, un trabajo…<br />
Me di cuenta de que, si no lo hacía ahora, no sería físicamente<br />
capaz de hacerlo después”.<br />
Comenzando en Newport, Rhode Island, y luego la Ruta 20 a<br />
Newport, Oregón, el recorrido le tomó a Lake apenas una semana<br />
más de los esperados 120 días. Con una caminata diaria de entre<br />
12 y 14 horas, perdió un total de 18 kg. Con frecuencia, desconocidos<br />
se ofrecían a acompañarlo en secciones del viaje. La gente<br />
se detenía y le ofrecía agua. Se maravilló con los miles de estrellas<br />
visibles desde las planicies vacías de Nebraska. Se desvió en<br />
“No importa quién seas, ni cuán<br />
físicamente capacitado estés,<br />
en algún momento querrás renunciar”<br />
Kelly recupera el aliento en la línea de meta de este ultramaratón tan<br />
demandante física y mentalmente, mientras Lake observa.<br />
Wisconsin cuando las veredas de grava de Illinois resultaron muy<br />
afiladas para recorrerlas y encontró un obstáculo en una etapa<br />
muy avanzada cuando descubrió que Oregón era desértico y no<br />
ese bosque exuberante que él creía. Recorrió todas las cadenas<br />
montañosas que el país le presentó. Y luego estuvo aquel detallito<br />
de su fractura de cadera a casi 700 km de llegar al final. Luego<br />
de decidir que era demasiado tarde para volver, siguió adelante.<br />
“Las primeras dos semanas al volver a casa tuve la cabeza<br />
nublada”, dice. “Solo me senté en mi silla. Toda mi vida, en la<br />
escuela o el trabajo, quería estar afuera. Ahora, al fin, era al revés”.<br />
Pagamos la cuenta y nos despedimos de la parada. Lake debe<br />
regresar a casa y revisar una pila de formatos de inscripción para<br />
el próximo Barkley. Tal vez ya no corra, pero sus días siguen<br />
repletos de logística y de sus propias andanzas. Y es poco probable<br />
que él baje el ritmo próximamente.<br />
“Mucha gente vive la vida como si quisiera regresar el cuerpo<br />
en condiciones perfectas”, dice Lake, mientras fuma un último<br />
cigarrillo. “Yo quiero que a mí me vean y digan: ‘¡Ay! Todo está<br />
desgastado’”, sonríe. “Tienes vida limitada; lo que cuenta es<br />
qué tanta vida puedes sacar de eso”. Y de la nada, Lazarus Lake<br />
sube a su auto y desaparece en el camino rural hacia Tennessee.<br />
De vuelta a la leyenda.<br />
El Barkley suele celebrarse el último sábado de marzo, aunque la<br />
fecha oficial solo la saben sus participantes; barkleymarathons.com<br />
THE RED BULLETIN 73