ATMS Magazine

soluciones
y servicios
En todo el mundo la industria automotriz y el sector
aeroespacial se consideran como los principales
innovadores y ambos están claramente orientados
hacia la exportación. Sin embargo, los puntos en
común se limitan a eso, ya que las estrategias de
producto y manufactura de cada uno no podrían
ser más opuestas. No obstante, un análisis mas
detallado demuestra que efectivamente existen
ciertas similitudes entre ambos.
La máxima flexibilidad prevalece sobre la máxima
productividad, mientras que los costos de inversión
deben mantenerse al mínimo. En la industria
automotriz, estos requisitos se originan actualmente por la
amplia variedad de modelos y los ciclos de vida útil cada vez
más cortos de los productos.
Es por ello que, durante décadas, la industria ha confiado
en los sistemas de manufactura flexible de HELLER,
que brindan mayor productividad y una importante
disminución de los tiempos muertos improductivos, a favor
de una mayor competitividad. Aprovechando su extenso
know-how, los equipos del fabricante alemán tienen la
capacidad de ofrecer soluciones innovadoras e integrales
para la producción de componentes de transmisiones,
líneas motrices y chasis, garantizando costos mínimos por
36
pieza. Cerca del 75 por ciento del negocio de Grupo HELLER
corresponde a la industria automotriz.
Los vehículos de pasajeros y de carga, así como maquinaria
agrícola y para la construcción, forman parte de este sector.
La compañía es proveedora de equipo para una amplia
gama de segmentos automotrices, por ejemplo, ‘Tren Motriz
para Vehículos Pesados’, ‘Mecanizado de Cigüeñales’ y ‘Tren
Motriz para Vehículos Ligeros’.
Entre los clientes también se encuentran empresas
de ingeniería mecánica general, ingeniería eléctrica,
fabricantes por contrato y pertenecientes a otros
sectores diversos. Otro grupo objetivo son las empresas
aeroespaciales.
Diferente a lo que ocurre en la industria automotriz, los
ciclos de vida útil en el sector aeroespacial oscilan entre
los 25 y 30 años. Las tasas de crecimiento anual en la
producción de aeronaves a nivel mundial son cercanas al 7
por ciento. Así como en la industria automotriz, las empresas
aeroespaciales buscan no solo ahorros en costos y aligerar el
peso, sino las tendencias de vanguardia en lo concerniente a
los productos, las tecnologías y la producción.
Un ejemplo de lo anterior es el Dreamliner 787 de Boeing.
La aeronave está diseñada de tal forma que es posible
fabricarla de manera muy similar a la producción en línea.
Las industrias proveedoras tendrán que adaptarse a este
concepto. Esta aeronave de fuselaje ancho, en particular,
no solo revolucionará el tráfico aéreo, sino también la
producción de aeronaves.
No obstante, como resultado de ello, se hace más difícil
apreciar la producción como un todo. Hoy por hoy, Boeing se