GONZÁLEZ LAGIER-Emociones sin sentimentalismo
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Guillermo Lariguet
solo poblado por hechos crudos, sino por hechos con “significación
social, cultural”. Esto es algo que también trasvasa a
la filosofía analítica y a la propia concepción mixta de Daniel
González Lagier.
Precisamente, las emociones morales (la envidia, el amor,
el temor, la admiración, la tristeza, los celos, el coraje, etc.)
están “teñidos” por aspectos sociales, históricos, culturales.
O sea, la mixtura de la teoría de las emociones asume que la
explicación naturalista-reduccionista no es suficiente. Se trata
de una explicación por las causas y supone ver a la emoción
como la entendía Descartes: como un mecanismo. Al decir
esto no doy a inferir que niego el papel de las leyes causales.
Lo que quiero señalar es que, en ámbitos como la moralidad,
la política, el derecho, o los estudios que podríamos calificar,
en sentido amplio, como de “ciencias sociales”, las emociones
tienen aspectos sociales, culturales, históricos que “rebasan”,
si se me permite el giro expresivo, la explicación meramente
causal. Posiblemente por este motivo, aunque no solo, Daniel
se interesa en su obra por los aspectos normativos de las emociones.
Por aspectos que tienen que ver, concretamente, con
la pregunta de si las emociones —morales— tienen un papel
“justificatorio”, por ejemplo, del razonamiento de un juez, o
un papel meramente “explicativo”. Está visto que la tradición
filosófica en la que se apoya sobre todo Daniel es la “analítica”.
Por esto es que su fuente nutricia para pensar una concepción
mixta en el sentido ahora indicado sea, por caso, la de Georg
H. von Wright. Éste, como Aristóteles, pero también diría que
como Brentano, Husserl, Sartre, Nussbaum, considera que hay
aspectos “intencionales” de las emociones, aunque no todas las
emociones, como se ha dicho ya, deban responder a un objeto
exterior. Como dije, hay emociones que surgen de procesos del
recuerdo, la fantasía o la imaginación. Algo que un fisiólogo
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