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MondoSonoro Marzo 2020

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MONDO<br />

FREAKO<br />

3do estaban marcadas las dos o tres canciones<br />

pop, con el resto nos fuimos por los cerros de<br />

Úbeda. Teníamos un disco escrito, paralelo, una<br />

especie de hard rock futurista, llevado al extremo,<br />

y quedó en el aire. Y eso de repente lo pudimos<br />

llevar a otro lado; había ciertas melodías<br />

y material vario que aprovechamos para tener<br />

puntos de partida diferentes en este”, comentan.<br />

Los temas pop a los que hacen referencia<br />

son los centrales del disco: Fukushima o ASMR<br />

para ti, dos de los más inspirados de su carrera.<br />

Y de los más accesibles. Si el EP Gatopardo (18)<br />

supuso un momento de transición, después de<br />

probarse en vías más directas y explícitas, muy<br />

políticas, ahora se han entregado a su propia<br />

concepción de la melancolía. Los Triángulo con<br />

más corazoncito. “Diría que este disco es algo<br />

más emocional-optimista, aunque son palabras<br />

que odio... Nunca antes hicimos cosas así. Nos<br />

abandonamos a la melancolía otoñal. Nos planteamos<br />

hacer cosas sin tanto cinismo, que es un<br />

motor maravilloso para componer, pero esta<br />

vez queríamos algo a corazón abierto. Después<br />

del EP, tocaba algo con la frente limpia, de sensaciones<br />

más puras”, destaca Caamaño.<br />

Dicha melancolía en los textos y la<br />

instrumentación, muros de guitarras en convivencia<br />

con espaciosos teclados, llevan a una<br />

sensación de distopía, de sentimientos liofilizados.<br />

“Somos capaces de amar debajo de la<br />

armadura”, ríen. El disco también afianza los<br />

mensajes tema a tema, en vez de un popurrí de<br />

frases crípticas en un mismo corte. “Antes había<br />

elementos que se contraponían en cada tema<br />

e igual en este disco sí que van más canción a<br />

canción”, secundan. Hacer el disco a pedazos les<br />

supondrá también nuevos retos en directo. “De<br />

todo tipo además”, asalta Mallo. “Cuando grabas<br />

en concierto<br />

l Santigo de Compostela 1 abril , Melona Fest.<br />

l Córdoba 17 abril , Sala Hangar<br />

l Murcia 1-3 mayo , WARM Up Estrella Levante<br />

l Alicante 29-30 mayo , Spring Festival<br />

l Bilbao 9-11 julio, BBK Live<br />

l Benicàssim 16-19 julio, FIB<br />

CRiTICANDO<br />

r<br />

Triángulo de<br />

Amor Bizarro<br />

Mushroom Pillow<br />

Pop 8/10<br />

Triángulo de Amor Bizarro han jugado,<br />

una vez más, al despiste. Ruptura, la canción<br />

de ecos Big Black que abre el disco, primer<br />

adelanto del mismo, no tiene continuidad en<br />

el largo. Su quinta referencia es tal vez la más<br />

pop: abierta de miras, pero con pinceladas de<br />

lo de siempre, inclusive esa –definen– “turra”<br />

tan suya. Hay todo lo que se podía esperar:<br />

distorsión y muchísima reverb, pero se explora<br />

una corriente semi-nueva, la melancolía sin<br />

máscaras. Los Triángulo de corazón blandito,<br />

blandito. La vía más ruidosa, herencia de sus<br />

primeros años, pero todavía presente en Salve<br />

Discordia (16), pierde vigor a medida que<br />

avanza el álbum. De hecho, las canciones más<br />

poperas –y las más inspiradas– están en el<br />

alma de Triángulo de Amor Bizarro: Fukushima<br />

o ASMR para ti. Pero, ¿cómo han pasado del<br />

explícito y crudo Gatopardo (18) a esta banda<br />

sonora futurista? Los gallegos son de pinchar<br />

el balón después de cada partido. Aunque todo<br />

se haga sin salir de Galicia, con su archiconocido<br />

Carlos Hernández, nada suena a lo mismo.<br />

Triángulo llevan practicando la ruptura desde<br />

que el mundo es mundo.—y.s.i.<br />

no te preocupas por eso, pero ya estamos con la<br />

organización de toda la parte técnica. Y...”, ríe.<br />

Triángulo de Amor Bizarro siguen viviendo del<br />

desafío. En una década, han pasado de la media<br />

hora de trituradora a los matices. Ahora prometen<br />

más bloques y texturas. Ruido y mimos<br />

en el mismo espectáculo. Lo que sería un masaje<br />

auditivo para los gallegos. —yeray s. iborra<br />

Más en www.mondosonoro.com<br />

FOTO: IVORY XX<br />

LA MÍA<br />

En un suspiro<br />

Se escuchan ya las primeras voces<br />

que apuntan que la música urbana<br />

está agotándose, o mejor dicho su<br />

creatividad. Algunos son aficionados,<br />

otros periodistas, otros incluso músicos<br />

como Dellafuente. En el documental Dellafuente.<br />

Mil futuros, el andaluz comenta<br />

cosas como “Ahora hay 200.000 artistas<br />

haciendo lo mismo, que han cogido el mismo<br />

camino. No lo critico, me parece de puta<br />

madre, pero al final somos uno más dentro<br />

de este sonido, que creo que está sobreexplotado<br />

[...] ¿Qué hago: darle a la gente lo que<br />

quiere o tirar para otro lado?”. Dellafuente<br />

parece tenerlo claro y ya ha dado pistas de<br />

que su camino de aquí en adelante será otro.<br />

Da lo mismo que todavía haya gente subiéndose<br />

al tren, lo importante es que quienes<br />

fueron realmente pioneros en estas tierras<br />

llevan tiempo apeándose en una estación<br />

distinta. Quienes no estuvieron ahí al principio<br />

pensarán que todo ha ocurrido en un par<br />

de años, a la velocidad de la luz. Y en realidad<br />

han sido, permítanme que lo subraye, unos<br />

cinco años entre la efervescencia inicial y el<br />

momento actual en el que las cosas ya no son<br />

lo que fueron. En un suspiro se ha pasado de<br />

la espontaneidad a la mediocridad, ambas<br />

indiscriminadas. Quienes le tenían ganas al<br />

asunto dirán que ha sido una moda efímera<br />

y sin poso. Se equivocarán relativamente. En<br />

primer lugar porque, en esto de la música, las<br />

modas y los revulsivos en ocasiones vienen<br />

a ser lo mismo. En segundo, porque ahí quedarán<br />

algunos nombres para quien quiera<br />

disfrutarlos. Pero en lo que más se equivocarán<br />

será en atribuirle esa fugacidad a un<br />

movimiento por el simple hecho de que no<br />

conectasen con él. Y créanme, esta columna<br />

no habla de defender el trap o el rollo urbano<br />

nacional, sino que trata sobre la fugacidad<br />

de los movimientos que consiguen excitarnos<br />

durante una temporada. Para tomar conciencia<br />

de ello, es tan sencillo como echarle<br />

un repaso a todas las revueltas musicales<br />

que se nos ocurran –más allá de genéricos<br />

como “rock”, “pop”, “soul”, “heavy metal” y<br />

demás etiquetas de influencia mucho más<br />

general– y redondear de forma aproximada<br />

su duración en el tiempo. Vamos con algunos<br />

ejemplos de lo más variopinto. Nirvana se<br />

mantuvieron en la cima del grunge entre 1991<br />

y 1994, con la muerte de Kurt Cobain, mientras<br />

que Jimi Hendrix ardió fugaz entre 1966<br />

y 1970. Algo más se extendió el momento de<br />

gloria de Amy Winehouse, que tomó desde la<br />

aparición de Back To Black en 2006 hasta<br />

su fallecimiento en 2011. O podríamos hablar<br />

del boom de algunos géneros. El big beat<br />

copó los charts entre 1997 y 2001, con The<br />

Prodigy, Fatboy Slim o The Chemical Brothers<br />

siendo el centro del universo. El eurodance<br />

se extendió por el mundo entre 1992 y 1996<br />

aproximadamente, dejándonos por el camino<br />

hits como Saturday Night o The Rhythm Of<br />

The Night. Los new romantics estuvieron<br />

arriba entre 1979 y 1984. Y podríamos seguir<br />

añadiendo géneros fugaces hasta la extenuación.<br />

Visto y no visto, oigan. —joan s. luna<br />

#6 marzo <strong>2020</strong> mondosonoro.com — @mondo_sonoro — facebook/mondosonoro

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