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MONDO<br />
FREAKO<br />
3do estaban marcadas las dos o tres canciones<br />
pop, con el resto nos fuimos por los cerros de<br />
Úbeda. Teníamos un disco escrito, paralelo, una<br />
especie de hard rock futurista, llevado al extremo,<br />
y quedó en el aire. Y eso de repente lo pudimos<br />
llevar a otro lado; había ciertas melodías<br />
y material vario que aprovechamos para tener<br />
puntos de partida diferentes en este”, comentan.<br />
Los temas pop a los que hacen referencia<br />
son los centrales del disco: Fukushima o ASMR<br />
para ti, dos de los más inspirados de su carrera.<br />
Y de los más accesibles. Si el EP Gatopardo (18)<br />
supuso un momento de transición, después de<br />
probarse en vías más directas y explícitas, muy<br />
políticas, ahora se han entregado a su propia<br />
concepción de la melancolía. Los Triángulo con<br />
más corazoncito. “Diría que este disco es algo<br />
más emocional-optimista, aunque son palabras<br />
que odio... Nunca antes hicimos cosas así. Nos<br />
abandonamos a la melancolía otoñal. Nos planteamos<br />
hacer cosas sin tanto cinismo, que es un<br />
motor maravilloso para componer, pero esta<br />
vez queríamos algo a corazón abierto. Después<br />
del EP, tocaba algo con la frente limpia, de sensaciones<br />
más puras”, destaca Caamaño.<br />
Dicha melancolía en los textos y la<br />
instrumentación, muros de guitarras en convivencia<br />
con espaciosos teclados, llevan a una<br />
sensación de distopía, de sentimientos liofilizados.<br />
“Somos capaces de amar debajo de la<br />
armadura”, ríen. El disco también afianza los<br />
mensajes tema a tema, en vez de un popurrí de<br />
frases crípticas en un mismo corte. “Antes había<br />
elementos que se contraponían en cada tema<br />
e igual en este disco sí que van más canción a<br />
canción”, secundan. Hacer el disco a pedazos les<br />
supondrá también nuevos retos en directo. “De<br />
todo tipo además”, asalta Mallo. “Cuando grabas<br />
en concierto<br />
l Santigo de Compostela 1 abril , Melona Fest.<br />
l Córdoba 17 abril , Sala Hangar<br />
l Murcia 1-3 mayo , WARM Up Estrella Levante<br />
l Alicante 29-30 mayo , Spring Festival<br />
l Bilbao 9-11 julio, BBK Live<br />
l Benicàssim 16-19 julio, FIB<br />
CRiTICANDO<br />
r<br />
Triángulo de<br />
Amor Bizarro<br />
Mushroom Pillow<br />
Pop 8/10<br />
Triángulo de Amor Bizarro han jugado,<br />
una vez más, al despiste. Ruptura, la canción<br />
de ecos Big Black que abre el disco, primer<br />
adelanto del mismo, no tiene continuidad en<br />
el largo. Su quinta referencia es tal vez la más<br />
pop: abierta de miras, pero con pinceladas de<br />
lo de siempre, inclusive esa –definen– “turra”<br />
tan suya. Hay todo lo que se podía esperar:<br />
distorsión y muchísima reverb, pero se explora<br />
una corriente semi-nueva, la melancolía sin<br />
máscaras. Los Triángulo de corazón blandito,<br />
blandito. La vía más ruidosa, herencia de sus<br />
primeros años, pero todavía presente en Salve<br />
Discordia (16), pierde vigor a medida que<br />
avanza el álbum. De hecho, las canciones más<br />
poperas –y las más inspiradas– están en el<br />
alma de Triángulo de Amor Bizarro: Fukushima<br />
o ASMR para ti. Pero, ¿cómo han pasado del<br />
explícito y crudo Gatopardo (18) a esta banda<br />
sonora futurista? Los gallegos son de pinchar<br />
el balón después de cada partido. Aunque todo<br />
se haga sin salir de Galicia, con su archiconocido<br />
Carlos Hernández, nada suena a lo mismo.<br />
Triángulo llevan practicando la ruptura desde<br />
que el mundo es mundo.—y.s.i.<br />
no te preocupas por eso, pero ya estamos con la<br />
organización de toda la parte técnica. Y...”, ríe.<br />
Triángulo de Amor Bizarro siguen viviendo del<br />
desafío. En una década, han pasado de la media<br />
hora de trituradora a los matices. Ahora prometen<br />
más bloques y texturas. Ruido y mimos<br />
en el mismo espectáculo. Lo que sería un masaje<br />
auditivo para los gallegos. —yeray s. iborra<br />
Más en www.mondosonoro.com<br />
FOTO: IVORY XX<br />
LA MÍA<br />
En un suspiro<br />
Se escuchan ya las primeras voces<br />
que apuntan que la música urbana<br />
está agotándose, o mejor dicho su<br />
creatividad. Algunos son aficionados,<br />
otros periodistas, otros incluso músicos<br />
como Dellafuente. En el documental Dellafuente.<br />
Mil futuros, el andaluz comenta<br />
cosas como “Ahora hay 200.000 artistas<br />
haciendo lo mismo, que han cogido el mismo<br />
camino. No lo critico, me parece de puta<br />
madre, pero al final somos uno más dentro<br />
de este sonido, que creo que está sobreexplotado<br />
[...] ¿Qué hago: darle a la gente lo que<br />
quiere o tirar para otro lado?”. Dellafuente<br />
parece tenerlo claro y ya ha dado pistas de<br />
que su camino de aquí en adelante será otro.<br />
Da lo mismo que todavía haya gente subiéndose<br />
al tren, lo importante es que quienes<br />
fueron realmente pioneros en estas tierras<br />
llevan tiempo apeándose en una estación<br />
distinta. Quienes no estuvieron ahí al principio<br />
pensarán que todo ha ocurrido en un par<br />
de años, a la velocidad de la luz. Y en realidad<br />
han sido, permítanme que lo subraye, unos<br />
cinco años entre la efervescencia inicial y el<br />
momento actual en el que las cosas ya no son<br />
lo que fueron. En un suspiro se ha pasado de<br />
la espontaneidad a la mediocridad, ambas<br />
indiscriminadas. Quienes le tenían ganas al<br />
asunto dirán que ha sido una moda efímera<br />
y sin poso. Se equivocarán relativamente. En<br />
primer lugar porque, en esto de la música, las<br />
modas y los revulsivos en ocasiones vienen<br />
a ser lo mismo. En segundo, porque ahí quedarán<br />
algunos nombres para quien quiera<br />
disfrutarlos. Pero en lo que más se equivocarán<br />
será en atribuirle esa fugacidad a un<br />
movimiento por el simple hecho de que no<br />
conectasen con él. Y créanme, esta columna<br />
no habla de defender el trap o el rollo urbano<br />
nacional, sino que trata sobre la fugacidad<br />
de los movimientos que consiguen excitarnos<br />
durante una temporada. Para tomar conciencia<br />
de ello, es tan sencillo como echarle<br />
un repaso a todas las revueltas musicales<br />
que se nos ocurran –más allá de genéricos<br />
como “rock”, “pop”, “soul”, “heavy metal” y<br />
demás etiquetas de influencia mucho más<br />
general– y redondear de forma aproximada<br />
su duración en el tiempo. Vamos con algunos<br />
ejemplos de lo más variopinto. Nirvana se<br />
mantuvieron en la cima del grunge entre 1991<br />
y 1994, con la muerte de Kurt Cobain, mientras<br />
que Jimi Hendrix ardió fugaz entre 1966<br />
y 1970. Algo más se extendió el momento de<br />
gloria de Amy Winehouse, que tomó desde la<br />
aparición de Back To Black en 2006 hasta<br />
su fallecimiento en 2011. O podríamos hablar<br />
del boom de algunos géneros. El big beat<br />
copó los charts entre 1997 y 2001, con The<br />
Prodigy, Fatboy Slim o The Chemical Brothers<br />
siendo el centro del universo. El eurodance<br />
se extendió por el mundo entre 1992 y 1996<br />
aproximadamente, dejándonos por el camino<br />
hits como Saturday Night o The Rhythm Of<br />
The Night. Los new romantics estuvieron<br />
arriba entre 1979 y 1984. Y podríamos seguir<br />
añadiendo géneros fugaces hasta la extenuación.<br />
Visto y no visto, oigan. —joan s. luna<br />
#6 marzo <strong>2020</strong> mondosonoro.com — @mondo_sonoro — facebook/mondosonoro