Fotografías: Gustavo García Solares70El espacio que se habita
El espacio quese habitaComunando espaciosPor Wilfredo OrellanaCaminamos la sexta y llegamos hasta la 18,donde se había anunciado que sucedería unperformance. Intentamos prestar atención, peroentre lo mucho que sucede en esa intersección,no dábamos con él. Pensamos que quizásno había empezado o se había movido. Por sobreel bullicio, la voz de un predicador sobresalía,por lo que decía. Regresamos para acercamosa escuchar los insultos que vociferaba. Loacompañamos a la distancia, por unas cuadras,entendiendo que era, en algún sentido, lo quese había anunciado. Julio Canel reproducía frasesde personas que habían sufrido acoso callejo,recopiladas por Elda Figueroa y DJassmin,Voces Anónimas que se escucharon ahí porqueotra voz las repetía gritándolas en un megáfono.Historias que se exponen en una gramáticahebraica tan familiar que pasa desapercibida,como escondidas en relatos bíblicos como paramostrarse, confundirse y acaso roer esos relatosrevelando sus lógicas.A los oídos de las personas en la sexta a esahora, las historias de acoso tomaban la avenida.La normalidad aparente de un cuerpo que selee masculino, exclamando con rabia relatos deforma bíblica, resultaba perturbada por las historiasde violencias que nos son comunes. Tantopor su frecuencia, como por que nos implicanen diferentes grados. Julio Canel performaba alpredicador de tal manera, que quienes le prestabanatención parecían sorprendidos, confundidos.Esa disimulada denuncia, además de suab-uso del género literario bíblico y del performáticode la predica, de su como si escondersepara mostrase, me permiten pensar ahora queescribo, sobre como se suele entender el espaciopúblico. ¿Cómo se produce el espacio públicoy el privado, o su diferenciación? ¿Cómo loprivado afecta lo público y viceversa, la privatizaciónde lo público? ¿Y si, lo que denomínanosespacio público es, también por momentos, vividoíntimamente, o y si intimidades, como algoque nos son propio-común, irrumpen en lo públicodes-privatizándolo, comunándolo?Pareciera que el espacio es una categoría metafóricaque refiere al orden, o más precisamentea ordenamientos. El espacio estaría siempreordenado, un determinado orden biopolíticoque instituye una determinada abstracción derelaciones semiótico-materiales como el espacio-de,lo público, lo privado, el arte, la blancura,etc. Pero más allá de esta problemática determinaciónde relaciones a partir de las categoríasmetafísicas, las voces silenciadas, o Llegara casa / cuerpo, casa, territorio me parecenmostrar la irrupción de lo privado en lo públicoque, a su vez, demuenstran momentos enlos que estas se confunden. Como cuando loprivado se hace público, y su diferenciación sevuelve borrosa, como si en el borde privado-publicofuera, como otros double binds, estuariaindiferenciación. Privadez publica, popula intimidad,porque acaso ni privado (para sí mismo),ni público (pereciente al pueblo) sirven para escribirsobre lo que estas acciones muenstran.Cuando el espacio se diferencia como público71