Catálogo La Bienal en Resistencia 2019
Catálogo La Bienal en Resistencia edición 2019
Catálogo La Bienal en Resistencia edición 2019
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dad desde 1955 hasta 1983. La pieza es una construcción familiar que Orlandini
considera de gran significado para ella y su familia.
Ya que este proyecto busca presentar cuestionamientos para cualquier
persona -sin distinción alguna- Rodrigo Villalobos subraya la importancia
de no hacer la Bienal en un espacio específico. Las actividades de la Bienal
en Resistencia toman lugar en espacios públicos como la Biblioteca Nacional,
Casa Celeste, Casa de la Cultura 4 de Noviembre, Sexta Avenida (zona
1), Parque Central, entre otros.
Varias de las fotografías presentadas se contrastaron entre el archivo familiar
de la artista, con algunos del Archivo Histórico de la Policía, mismos
que fueron obtenidos por una tía de Orlandini quien laboraba en la entidad.
Misha considera que su propuesta dentro de la Bienal en Resistencia es un
proceso de reconstrucción que la ha permitido conocer las heridas y vacíos
tanto de su familia, como de la historia del país. “Aunque cause dolor, es
para mí el comienzo de la sanación”, asegura.
Nuevas fórmulas
Para Misha Orlandini, quien también funge como curadora artística, la narrativa
de la Bienal en Resistencia no responde a intereses de espacios
institucionales contemporáneos, razón que permite la difusión de otras
voces. De igual manera, habla del rol de realizadores y curadores nacionales,
quienes han podido mostrar qué está gestándose en Guatemala
desde otras perspectivas.
Cada uno de estos, asegura el editor artístico, tienen mucha afluencia
diaria y permiten el constante contacto entre transeúntes y las obras. De
esta manera la BER se desliga del denominado cubo blanco, un concepto
que consiste en la desaparición del contexto en exposiciones de arte
en galerías o espacios cerrados para la mejor apreciación de obras. Trece
de las piezas dentro de la Bienal toman lugar en espacios públicos. Entre
ellas hay performance, intervenciones sonoras, instalaciones, proyecciones
en mapping, entre otras.
Otro distintivo de esta propuesta tiene que ver con la documentación de las
actividades. Hasta el 30 de octubre podrán apreciarse los vídeos de cada
una de las acciones en calle. Las proyecciones se llevan a cabo en la Casa
de la Cultura 4 de Noviembre. Además de este registro en tiempo real, también
hay exposiciones habilitadas en dicho espacio, así como en Casa Celeste,
Casa Roja y las sedes en Quetzaltenango y Chichicastenango.
En cuanto a la metodología del proyecto, Orlandini resalta la selección que
ha sido mediada desde la Curaduría Comunitaria. La artista menciona que
esto ha dejado ver una gestión “más horizontal y colaborativa” a comparación
de otros espacios artísticos de similar naturaleza.
Óscar Pérez, del Colectivo MÓRULA, concuerda con las impresiones de la
guatemalteca Misha Orlandini. “Considero que la BER es relevante porque
visibiliza los trabajos de artistas y colectivos en la región latinoamericana,
a través de propuestas dialógicas alternativas que se generan
fuera de los círculos culturales-artísticos tradicionales. En este caso
galerías y museos,” concreta.
El salvadoreño cree que este tipo de gestiones culturales traen una interacción
más orgánica al público. Considera que estas se basan en el diálogo
que termina por empoderar desde las piezas. “El empoderamiento
es importante ya que puede generar cambios que movilizan a la reivindicación”,
concluye Pérez.
Descubrirse en la calle
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