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Edición No. 4 Revista Oopart: Terror

Editorial redactada el 17 de enero de 2021 El año 2020 estuvo repleto de eventos escalofriantes que nos lanzaron casi a la extinción de la humanidad. Fue terrorífico, especialmente en sus últimos dos meses y, aún hoy nos sigue sorprendiendo. Con esto me refiero a uno de los hechos más inverosímiles a los que nos enfrentamos: la tragedia de los lectores. Si bien tras el mes de octubre del año pasado, específicamente tras la publicación de la edición Terror de una revista digital, Oopart o algo así, conocimos historias de personas que experimentaron la presencia de voces extrañas en su habitación durante la lectura y que con el pasar de las páginas se acompañaba de una extraña incomodidad, sentirse observados y ser testigos de apariciones inexplicables en sus pantallas. Sin embargo, nada de eso se compara a lo que vino las noches siguientes y nadie habría imaginado cómo esto transformaría sus vidas. Con seguridad el tiempo nos permitirá seguir conociendo más detalles de este extraño fenómeno, solo nos queda desear que ojalá alguien les hubiera advertido sobre leer esas líneas con más prudencia.

Editorial redactada el 17 de enero de 2021

El año 2020 estuvo repleto de eventos escalofriantes que nos lanzaron casi a la extinción de la humanidad. Fue terrorífico, especialmente en sus últimos dos meses y, aún hoy nos sigue sorprendiendo. Con esto me refiero a uno de los hechos más inverosímiles a los que nos enfrentamos: la tragedia de los lectores.
Si bien tras el mes de octubre del año pasado, específicamente tras la publicación de la edición Terror de una revista digital, Oopart o algo así, conocimos historias de personas que experimentaron la presencia de voces extrañas en su habitación durante la lectura y que con el pasar de las páginas se acompañaba de una extraña incomodidad, sentirse observados y ser testigos de apariciones inexplicables en sus pantallas. Sin embargo, nada de eso se compara a lo que vino las noches siguientes y nadie habría imaginado cómo esto transformaría sus vidas.
Con seguridad el tiempo nos permitirá seguir conociendo más detalles de este extraño fenómeno, solo nos queda desear que ojalá alguien les hubiera advertido sobre leer esas líneas con más prudencia.

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11<br />

la jeta (pelearon), duro, a mí no me gana nadie a los<br />

bailados (golpes) pero qué man para pegar y se volvió<br />

mi amigo. Yo sabía que ese hijueputa me quería bajar a<br />

la nena, pero respeto a los que saben pelear. La vaina<br />

es que seguimos peleando y empezó luego a meterse<br />

a pelar el zombi y después un enano que venía con el<br />

ex de mi nena y dijo que apostáramos. <strong>No</strong>s consiguió<br />

una terraza en el salón comunal para no dar visaje (ser<br />

imprudentes) y poder pelear sin maricadas (a gusto).<br />

Usted viera la cara de la cucha (señora) que maneja la<br />

junta de acción comunal cuando nos pilló (descubrió)<br />

que nos metíamos ahí para pelear” El lobo se reía con<br />

mucha tranquilidad al contarme esta parte de la historia<br />

y a mí solo me quedaba sonreír incómodamente para<br />

no perder la oportunidad de hablar con él.<br />

“Sebastián, se le mide. Vea que somos muchos y así<br />

le metemos el susto a esos manes y ya nos devolvemos,<br />

solo era meterles el susto a esos manes, no era más.<br />

Solo el susto, no más. Somos muchos, el susto y no más”.<br />

Diego salió de su casa feliz, Ingrid lo había besado<br />

la noche anterior. Entre abrazos y caricias Ingrid lo<br />

apartaba ocasionalmente para arrepentirse de lo que<br />

estaba haciendo y pensar que si el Lobo los veía no<br />

dudaría en pegarle a los dos. Diego estaba tocando<br />

el cielo con sus manos y trayendo de vuelta al ángel<br />

que se le había escapado. Su relación terminó por<br />

los caprichos de la prima de Diego. Catalina estaba<br />

enamorada de él desde pequeños y aun sabiendo<br />

que era imposible una relación entre ellos, nunca<br />

desaprovechó una oportunidad para acosarlo. Ella<br />

aprovechaba cualquier momento que la soledad<br />

les regalaba, pasaba desde un tierno beso hasta un<br />

disimulado manoseo en sus genitales. Diego, cegado<br />

por su hombría siempre fue incapaz de aceptar que<br />

eso le incomodaba, se obligaba a sentirse excitado<br />

y todo un macho. Esta combinación de pensamientos<br />

propiciaba un sinfín de encuentro incestuosos que<br />

ilusionaban a Catalina, que juraba que Diego la amaba<br />

solo que la sangre de su familia no les permitía estar<br />

juntos. Catalina, decidida a entablar una relación con<br />

Diego resolvió entregarle su virginidad como regalo en<br />

la fiesta de 15 años que sus padres le iban a organizar<br />

en una finca no muy alejada de Bogotá. Con lo que no<br />

contaba Catalina era que Diego había invitado a Ingrid.<br />

Desesperada, Catalina se llevó por la fuerza a Diego a<br />

una caseta en parte de atrás de la casa grande que era<br />

el centro de la finca. Catalina aquejaba que en su fiesta<br />

él la despreciaba por estar con su dichosa novia y Diego<br />

amedrentado por estas palabras accedió a acompañarla<br />

y llevarle el regalo a ese sitio para sentirse como un<br />

primo bueno, de hecho, el mejor. Entre apretujones<br />

y forcejeos Diego luchaba para poder salir de esa<br />

situación. Catalina llena de odio le enterró las uñas en<br />

la cara y la espalda y salió diciendo en voz alta: “no me<br />

lo metió, pero la pasamos muy rico” Catalina continuó<br />

vociferando su sentencia para llamar la atención de los<br />

invitados. Esta imagen fue suficiente para que Ingrid se<br />

fuera humillada y diera por terminada la relación, no<br />

esperó una explicación ni estuvo para ver que al final<br />

los papás de Catalina la golpearon sin creer que Diego,<br />

el buen sobrino de toda la vida, fuera capaz de hacer tal<br />

cosa.<br />

Ingrid, dolida por lo ocurrido no tardó sino una<br />

semana para encontrar un reemplazo, alguien con<br />

quien poder destruir los sentimientos de su ex pareja.<br />

Diego se sentía libre de culpa y pensó en darle tiempo<br />

a Ingrid para que se calmara. <strong>No</strong> sabía que el Lobo<br />

estaba hablando con las amigas de Ingrid en busca<br />

de una mujer para una relación y al ver lo vulnerable<br />

que estaba ella, su instinto reaccionó como lo hace un<br />

depredador hacia una presa fácil, o eso creía él. Así<br />

empezó el calvario de Diego. Ver todos los días a la<br />

mujer que amaba al lado de otro. Ese otro hombre a<br />

quién desafió a una pelea la cual perdió y después<br />

de tantos golpes, lo que encontró detrás de esa cara<br />

inmaculada que no pudo golpear fue a un amigo, lo<br />

que lo lastimaba todavía más, la mujer que ama está en<br />

los brazos de su amigo. Así Diego continuó peleando a<br />

mano limpia por ella. En su inocente cabeza se dibujaba<br />

la historia de él ganándole al Lobo y recuperando a<br />

su amada y así hubiera seguido sin importar cuanto

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