Edición No. 4 Revista Oopart: Terror

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que puede generar la producción de adrenalina.
Así los zombis, los asesinos enmascarados y otras
criaturas sobrenaturales o nocturnas se convierten
en componentes dignos de aprobación para la
celebración de Halloween. Pero no siempre ha sido
así, y probablemente no lo será más en algún tiempo.
En tiempos de una temprana modernidad la
literatura de terror era un género que empezaba
a hacerse macizo y abriría el camino para nuevos
trabajos de terror en otros medios artísticos.
Particularmente de considerar está El Cuervo de
Edgar Allan Poe, tan popular y casi imprescindible
todos los octubres posteriores de cada año. Entre
sus obras se abordaban eventos sobrenaturales
como en La Caída de la Casa Usher, o Corazón
Delator; eventos peculiares que raramente podrían
concebirse en la realidad, como El Entierro
Prematuro, El Gato Negro y La Verdad Sobre el Caso
Valdemar; eventos pensados desde la experiencia
directa del narrador de la historia, tales como El
Pozo y el Péndulo, Barril de Amontillado y William
Wilson; y eventos trágicos, narrados de la manera
más poética como Lenore. De estas obras se
puede imaginar lo que era diferente, fenómenos
sobrenaturales que cabían en la imaginación de las
personas de su tiempo.
Actualmente un cuervo invasor e indecoroso, una
persona con el mismo nombre y mismas cualidades,
o un corazón que late fuera del cuerpo para notar la
culpa del asesino son hechos más románticos que
terroríficos y aludidos a gente pseudointelectual
o a góticos. Probablemente en el futuro vuelvan a
ser motivo de miedo para el que se aproxime a las
historias, o el miedo tenga refugio en eventos que
ahora para nosotros parece algo normal o que no
nos imaginamos. Me imagino una próxima literatura
sobre computadoras conscientes, universos alternos
en interacción o sabiendo qué pasa después de morir,
pero seguramente ya se han pensado historias con
esas temáticas, y seguramente algo nuevo llegará
para asustarnos.
Finalmente, se podría decir que el miedo sirve
según a quién se le pregunte. A estas alturas el
miedo se para con más fuerza en algunos lugares
que en otros. En algunas partes se viste de payasos
maniáticos y aparecen de noche, en otras se visten de
policías, y en otras aparecen en la forma del hambre.
El miedo sirve para sobrevivir, sí, pero también sirve
para manipular.
Joseph LeDoux. Neurocientífico y
cantante estadounidense.