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Edición No. 4 Revista Oopart: Terror

Editorial redactada el 17 de enero de 2021 El año 2020 estuvo repleto de eventos escalofriantes que nos lanzaron casi a la extinción de la humanidad. Fue terrorífico, especialmente en sus últimos dos meses y, aún hoy nos sigue sorprendiendo. Con esto me refiero a uno de los hechos más inverosímiles a los que nos enfrentamos: la tragedia de los lectores. Si bien tras el mes de octubre del año pasado, específicamente tras la publicación de la edición Terror de una revista digital, Oopart o algo así, conocimos historias de personas que experimentaron la presencia de voces extrañas en su habitación durante la lectura y que con el pasar de las páginas se acompañaba de una extraña incomodidad, sentirse observados y ser testigos de apariciones inexplicables en sus pantallas. Sin embargo, nada de eso se compara a lo que vino las noches siguientes y nadie habría imaginado cómo esto transformaría sus vidas. Con seguridad el tiempo nos permitirá seguir conociendo más detalles de este extraño fenómeno, solo nos queda desear que ojalá alguien les hubiera advertido sobre leer esas líneas con más prudencia.

Editorial redactada el 17 de enero de 2021

El año 2020 estuvo repleto de eventos escalofriantes que nos lanzaron casi a la extinción de la humanidad. Fue terrorífico, especialmente en sus últimos dos meses y, aún hoy nos sigue sorprendiendo. Con esto me refiero a uno de los hechos más inverosímiles a los que nos enfrentamos: la tragedia de los lectores.
Si bien tras el mes de octubre del año pasado, específicamente tras la publicación de la edición Terror de una revista digital, Oopart o algo así, conocimos historias de personas que experimentaron la presencia de voces extrañas en su habitación durante la lectura y que con el pasar de las páginas se acompañaba de una extraña incomodidad, sentirse observados y ser testigos de apariciones inexplicables en sus pantallas. Sin embargo, nada de eso se compara a lo que vino las noches siguientes y nadie habría imaginado cómo esto transformaría sus vidas.
Con seguridad el tiempo nos permitirá seguir conociendo más detalles de este extraño fenómeno, solo nos queda desear que ojalá alguien les hubiera advertido sobre leer esas líneas con más prudencia.

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46<br />

Directo al grano: Drácula sobrevive a la<br />

injusta suerte de su creador por el embate<br />

irreverente, improbable e imprudente que<br />

le imprime Stoker a su novela en pleno<br />

siglo XIX. Sí, ese mismo siglo XIX que -en<br />

palabras del médico Seward- es “un siglo<br />

escéptico y positivista, en el que el espíritu<br />

científico lo es todo”. Y es de esta manera<br />

como la época Victoriana resulta marcada<br />

por escritores tipo H. G. Wells o, en<br />

Francia, por hombres como Julio<br />

Verne, quienes encontraron su<br />

inspiración y “clarividencia” en<br />

este fecundo siglo de procesos<br />

de transformación social, de<br />

revolución económica y, sobre<br />

todo, revolución tecnológica.<br />

Con esto, muchas y a la vez<br />

curiosas son las “anticipaciones” y<br />

divulgaciones científicas que con los<br />

años se extrajeron de la obra literaria de<br />

estos dos escritores, de las que se destacan<br />

-por ejemplo- la descripción de lo que<br />

décadas adelante sería llamado helicóptero, o<br />

la invención de una ciudad flotante que sería<br />

interpretada como un gran crucero provisto<br />

de incalculables lujos, o, simplemente, el<br />

ferviente deseo de viajar en el tiempo que<br />

-aun en nuestros días- sigue obsesionándonos<br />

tanto.<br />

Así pues, cuando Drácula ve la luz en 1897,<br />

la crítica literaria no sabe cómo encasillar<br />

esta novela, ni valorarla o señalarla ya que,<br />

mientras la literatura occidental se encuentra<br />

extasiada en las probabilidades científicas de<br />

Verne y de Wells, así como en las pericias del<br />

entrañable señor Holmes que en la mansión<br />

de los Baskerville entierra mitos salidos del<br />

infierno -sin despreciar la estética realista<br />

y el naturalismo documental que estudian<br />

la sociedad con precisión y crecen<br />

vertiginosamente-, para la novela<br />

de Stoker no hay referencia y<br />

resulta más sencillo atacarla por<br />

grotesca o callarla y evadirla<br />

por realista, gótica, policial,<br />

epistolar, polifónica… Todo<br />

lo anterior, completamente<br />

racional porque Drácula<br />

era para su tiempo -en cierto<br />

modo- una cómica “solución” en<br />

la que la religión y el positivismo<br />

interactuaban sin inconvenientes, así<br />

como un curioso experimento entre fonógrafos<br />

y máquinas de escribir de la Revolución<br />

Industrial junto con enormes castillos y<br />

costumbres medievales que en su interior<br />

exponían -¡sin vergüenza!- una férrea fe<br />

cristiana que no tambaleaba ni siquiera ante<br />

la crueldad o el sentido común (tan extraño<br />

como aquel filósofo cristiano francés), y que no<br />

se sonrojaba ante la presunción del viejo Van<br />

Helsing en contra de la ciencia, quien, ¡en pleno<br />

siglo XIX!, sugería al conocimiento científico<br />

como intransigente dado que ”cuando no

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