Billboard AR N°88 Noviembre 2020
Una vez más, Ford Argentina y Billboard AR se unen para celebrar la llegada a su Mustang GT bajo el lema: 4 años Mustang en Argentina. En esta ocasión convocamos a Patricio Sardelli de Airbag quién a fuerza de guitarras distorsionadas y potencia familiar mantiene la popularidad de la banda sin abandonar el espíritu hard rockero. “El rock siempre está bien y siempre está para uno”, dice el guitarrista de Airbag. Para todos fue un año difícil, pero a Patricio Sardelli y Airbag se lo vieron activos: una de sus acciones fue el show en vivo por streaming en Vorterix y lanzaron su nuevo sencillo y video: “Mila, Saturno y el Río”. Además, una entrevista a Maluma y Jennifer Lopez que su próxima película Marry Me están llevando la música latina a la pantalla grande en un momento en que el gusto por las canciones en español nunca ha sido tan alto. Y todo sobre los Billboard Latin Music Awards 2020 en la que Daddy Yankee y Bad Bunny fueron los reyes de la edición. Los puertorriqueños ganaron siete de los catorce premios a los que estaban nominados, entre ellos Artista del Año. La nueva revista cuenta con entrevistas exclusivas a Nathy Pelusso, Tomás Talarico, DVICIO, Horacio Lavandera, Becky G, Soledad, Karol G, Todo Aparenta Normal y Marko Silva. Como en los últimos meses, nos enlazamos desde casa con artistas de todo el país y el mundo. Este mes, livestreams con Luciana Segovia, Jimmy Rip, Vetamadre, Arquero, Alain Verdie, Daniela Herrero, Adrián Barilari, Belén Chavanne, Alejo y Valentín, El Dipy y Engel Montaz. Además, charts, Emergentes, Bodas de Oro de los mejores álbumes de la historia y mucho más.
Una vez más, Ford Argentina y Billboard AR se unen para celebrar la llegada a su Mustang GT bajo el lema: 4 años Mustang en Argentina. En esta ocasión convocamos a Patricio Sardelli de Airbag quién a fuerza de guitarras distorsionadas y potencia familiar mantiene la popularidad de la banda sin abandonar el espíritu hard rockero.
“El rock siempre está bien y siempre está para uno”, dice el guitarrista de Airbag.
Para todos fue un año difícil, pero a Patricio Sardelli y Airbag se lo vieron activos: una de sus acciones fue el show en vivo por streaming en Vorterix y lanzaron su nuevo sencillo y video: “Mila, Saturno y el Río”.
Además, una entrevista a Maluma y Jennifer Lopez que su próxima película Marry Me están llevando la música latina a la pantalla grande en un momento en que el gusto por las canciones en español nunca ha sido tan alto.
Y todo sobre los Billboard Latin Music Awards 2020 en la que Daddy Yankee y Bad Bunny fueron los reyes de la edición. Los puertorriqueños ganaron siete de los catorce premios a los que estaban nominados, entre ellos Artista del Año.
La nueva revista cuenta con entrevistas exclusivas a Nathy Pelusso, Tomás Talarico, DVICIO, Horacio Lavandera, Becky G, Soledad, Karol G, Todo Aparenta Normal y Marko Silva.
Como en los últimos meses, nos enlazamos desde casa con artistas de todo el país y el mundo. Este mes, livestreams con Luciana Segovia, Jimmy Rip, Vetamadre, Arquero, Alain Verdie, Daniela Herrero, Adrián Barilari, Belén Chavanne, Alejo y Valentín, El Dipy y Engel Montaz.
Además, charts, Emergentes, Bodas de Oro de los mejores álbumes de la historia y mucho más.
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El big bang musical<br />
de David Bowie<br />
Con su tercer álbum, The Man Who Sold the World, David Bowie concretó la primera de<br />
sus obras fundamentales: un disco de fuerte personalidad que encaminó la carrera de<br />
un artista único en la historia del rock.<br />
Por Alfredo Rosso<br />
David bowie no era<br />
un recién llegado<br />
cuando The Man<br />
Who Sold the World<br />
apareció en las disquerías,<br />
curiosamente primero en<br />
Estados Unidos el 4 de noviembre<br />
de 1970 y luego en su nativa Inglaterra,<br />
en abril de 1971. Como tantos<br />
otros compatriotas, sus raíces estaban<br />
en el rock and roll, el rhythm<br />
and blues y el pop, estilos que había<br />
recorrido con las bandas formativas<br />
que integró en los años ’60, como<br />
The King Bees, The Mannish Boys y<br />
The Lower Third, antes de lanzarse<br />
como solista como David Jones<br />
primero y de alterar su apellido por<br />
el de Bowie para evitar la confusión<br />
con un músico de The Monkees.<br />
El puñado de singles que grabó<br />
con esas formaciones y en forma<br />
individual muestra el embrión de<br />
un artista con clase, a la búsqueda<br />
de un estilo propio. A mediados<br />
de 1967, aparece su primer álbum<br />
David Bowie en Deram -la etiqueta<br />
progresiva del sello Decca- el cual<br />
nos da una idea de la amplitud de<br />
su ambición, pues este debut poco<br />
tiene que ver con el rhythm and<br />
blues de sus inicios y mucho más<br />
con una suerte de pop existencialista,<br />
con resabios de Jacques Brel,<br />
guiños al vaudeville y letras que no<br />
descartan argumentos bizarros con<br />
algún toque hasta tenebroso. El disco<br />
pasó casi inadvertido en medio<br />
del verano psicodélico de Sgt. Peppers<br />
de los Beatles y Their Satanic<br />
Majesties de los Stones, pero el oído<br />
atento de algún crítico detectó un<br />
artista con futuro cuya maduración<br />
valía la pena esperar.<br />
Un atisbo de lo que vendría llegó<br />
en 1969 con su primer hit internacional,<br />
“Space oddity”, la historia<br />
de Major Tom, un astronauta cuya<br />
nave cobra voluntad propia y lo lleva<br />
con rumbo desconocido por los<br />
confines del espacio. Un argumento<br />
a tono con el reciente alunizaje<br />
de la Apollo 11 y los planteos<br />
existencialistas del film de Stanley<br />
Kubrick “2001, odisea del espacio”,<br />
que sirvió, además, para titular el<br />
álbum al que muchos ven como el<br />
primer larga duración del David<br />
Bowie que nos resulta más familiar,<br />
emparentado en este caso con un<br />
rock suave y un toque de folk y pop<br />
al que todavía le faltaba un rumbo<br />
más definido.<br />
Ese David Bowie asertivo y decidido<br />
a dejar su marca en el mundo<br />
musical llegaría, justamente un año<br />
más tarde con The Man Who Sold<br />
the World. Con sus visiones futuristas<br />
de una suerte infierno tecnológico,<br />
con su fijación con imágenes<br />
de paranoia y locura, este tercer<br />
álbum de Bowie lo muestra –además-<br />
volcado en firme al terreno<br />
del rock y secundado por músicos<br />
diestros y afines a su propuesta:<br />
Mick Ronson en las guitarras, Mick<br />
“Woody” Woodmansey en batería<br />
(futuros miembors de la banda<br />
estable de Bowie en su etapa glam,<br />
The Spiders of Mars), con Tony<br />
Visconti en bajo, piano, guitarra y<br />
producción artística, y Ralph Mace<br />
en sintetizador.<br />
The Man Who Sold the World comienza<br />
con “The width of a circle”,<br />
un extenso tema que en buena medida<br />
resume la temática del álbum.<br />
Un riff del guitarrista Mick Ronson<br />
dispara el argumento, de proporciones<br />
Kafkianas: “Me encontré con un<br />
monstruo que dormía bajo un árbol<br />
/ lo miré y me di cuenta que ese<br />
monstruo era yo”, recita Bowie, en<br />
una hábil metáfora sobre una personalidad<br />
dividida. Luego el relato<br />
adopta simbolismos ambiguos y flota,<br />
latente, la idea de un escarceo homo-erótico<br />
con una divinidad que<br />
parece tener características de dios y<br />
de diablo al mismo tiempo.<br />
Detrás de la melodía bucólica de<br />
“All the madmen” yace un intenso<br />
relato sobre la locura, posiblemente<br />
inspirada en la historia real de<br />
Terry Jones, el medio-hermano de<br />
Bowie, que tenía una historia de<br />
desórdenes psíquicos. Impacta sobre<br />
todo la estrofa inicial que revela<br />
la actitud de la sociedad para quienes<br />
se apartan de la norma “aceptada”:<br />
“Día tras día se llevan a mis<br />
amigos / y los recluyen en mansiones<br />
frías y grises / en el extremo de<br />
la ciudad…”<br />
El clima del álbum se aligera un<br />
tanto con “Black country rock”. En<br />
esos días de principios de los ’70,<br />
Bowie y Marc Bolan aunque eran<br />
amigos, eran percibidos por la<br />
prensa como rivales. Esta canción es<br />
un cariñoso acercamiento de David<br />
a ciertos tics estilísticos del líder de<br />
T. Rex, en especial hacia el final. Lo<br />
sigue “After all”, en el que Bowie<br />
abre un nuevo frente musical, recobrando<br />
su afición por el folk con un<br />
delicioso toque de sofisticación en<br />
los coros y el arreglo instrumental.<br />
El lado B de la edición vinílica<br />
comenzaba con “Running gun<br />
blues”, un hard blues que no hubiese<br />
desentonado en un álbum<br />
de Free o de Humble Pie. En una<br />
era de conflictos bélicos lacerantes<br />
enmarcados por la Guerra Fría, el<br />
cinismo del protagonista - que uno<br />
podría asociar con un mercenario<br />
o simplemente con un combatiente<br />
fanático sediento de sangre- puede<br />
despertar cierto escalofrío en<br />
el oyente. No extraña, pues, que<br />
lo siga el tema “Saviour machine”<br />
cuyo tono épico de vals progresivo<br />
envuelve un argumento futurista<br />
en el que la sociedad está dominada<br />
por la tecnología, y una especie<br />
de computadora todopoderosa<br />
que parece despreciar la mezquindad<br />
humana. Parecidas visiones<br />
sobre la existencia y el destino del<br />
hombre aparecerían más tarde en<br />
el tema que cierra el disco, “The<br />
Supermen”, impregnada de filosofía<br />
Nietzscheana.<br />
Y en una época en que bandas<br />
como Deep Purple y Black Sabbath<br />
comenzaban a delinear el concepto<br />
de heavy rock, Bowie demuestra<br />
que también puede desplegar<br />
su músculo hard, fortificando su<br />
alianza con su guitarrista Ronson y<br />
su arsenal de riffs guitarreros en el<br />
tema “She shook me cold”.<br />
Si bien el álbum todo es un despliegue<br />
de riquezas, en las diferentes<br />
facetas y tópicos que impregnan<br />
los temas, no hay duda que la canción<br />
que más ha permanecido en<br />
la memoria colectiva –gran mérito<br />
debe adjudicársele a la versión de<br />
Nirvana- ha sido justamente la que<br />
le da título al disco. “The man who<br />
sold the world” es otra incursión<br />
en una cuestión muy cara a Bowie<br />
como es la personalidad dividida<br />
y la convicción de que un simple<br />
ser humano puede encarnar los<br />
anhelos y expectativas de toda su<br />
especie, y también sus fracasos y<br />
frustraciones.<br />
El David Bowie que grabó The<br />
Man Who Sold the World recién comenzaba<br />
su fantástico ascenso en el<br />
ojo popular, el cual pronto alcanzaría<br />
grandes alturas en su etapa glam<br />
con discos como Ziggy Stardust<br />
y Aladdin Sane y más tarde en su<br />
etapa Berlinesa, que llegó a su cenit<br />
con Low y “Heroes”, para luego<br />
reinventarse en repetidas ocasiones<br />
como un artista vibrante e impredecible<br />
a lo largo de las décadas.<br />
Al escuchar con detenimiento este<br />
álbum que llega al medio siglo de<br />
vida con sorprente lozanía, descubrimos<br />
que ya estaba allí, condensado<br />
en estas nueve canciones<br />
delicadamente esculpidas, ese Big<br />
Bang musical que pronto tomaría al<br />
mundo por asalto. •<br />
BILLBO<strong>AR</strong>D.COM.<strong>AR</strong><br />
75