5to Encuentro de Investigadores de Arqueologia y Etnohistoria
por el Instituto de Cultura Puertorriquena
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familiares y el incremento de la población. Estos cambios se reflejan de igual forma sobre
la distribución de los recursos alimenticios entre la población.
En una sociedad que comienza a estratificarse, los recursos alimenticios no se distribuyen
de la misma manera, por ejemplo los individuos o grupos de poder comienzan en
parte a monopolizar los mismos tanto cuantitativamente como cualitativamente. Cuando
comparamos la presencia de los indicadores de salud y nutrición con los indicadores sociales
representados en los individuos que presentaban tanto deformación cefálica intencional así
como ofrendas funerarias, es evidente en mejores condiciones de salud y nutrición.
Por otro lado, de acuerdo a la información arqueológica, durante el periodo cultural en
que se asocia el sitio de Paso del Indio, la población indígena ya había dado comienzo con el
proceso de expansión de la costa hacia el interior montañoso de la isla, observándose un
cambio en el patrón de asentamiento, incrementándose el número y tamaño de los poblados
en unidades familiares nucleares, así mismo un aumento significativo de la población. Este
aumento de la población trae a su vez consigo el incremento en deficiencias nutritivas y
procesos infecciosos en los sectores de menor poder dentro de la población.
En cuanto a las lesiones osteoarticulares presentes en Punta Candelero y Paso del
Indio, la mayor parte de las mismas se asocian con los procesos degenerativos de la edad,
ya que fueron detectadas en vértebras de individuos adultos masculinos y femeninos por
sobre los 35 años de edad. Sin embargo, en algunos individuos jóvenes se presentaban
dichas lesiones en regiones articulares principalmente en la húmero-radio-cubital (codo),
estos a su vez presentaban huellas de entesopatias, lo que nos sugiere que las lesiones
osteoarticulares en estos individuos se asocien con fuertes actividades físicas tanto en la
costa como en el interior montañoso.
Durante el análisis osteológico solo fueron detectados un total de 10 individuos que
presentaban evidencia de trauma (1 de Punta Candelero y 9 de Paso del Indio). Los traumas
consistieron en fracturas antemortem, o sea provocadas antes de la muerte, localizadas tanto
en el cráneo como en algunos elementos óseos del postcráneo.
Aunque algunos autores han indicado que la mayor parte de los traumas presentes
en el cráneo están íntimamente relacionados con violencia interpersonal, las lesiones observadas
en dos de nuestros casos mostraban por el contrario, las características típicas
de lesiones provocadas por caídas. De igual forma, el resto de los traumas poscraneales
señalados presentan también rasgos de haber sido provocado por el mismo evento.
Por otro lado, todas las fracturas localizadas en elementos óseos correspondientes
a miembros superiores e inferiores presentan evidencia de haber sido tratadas de forma
eficiente, quedando las mismas bien alineadas con respecto al axis del hueso afectado.
El conocimiento de los aborígenes antillanos en el tratamiento de fracturas queda
expuesto por Fernández de Oviedo en la siguiente cita:
Machadas las pencas deste árbol, quitadas las espinas primero, e tendido lo que así se marchacare
en un paño de lienzo, a manera de emplasto, e ligada con ella una pierna o brazo quebrado,
después que primero se hayan concertado los huesos rompidos, lo suelda e junta e fija tan
perfectamente como si nunca se quebraran, si bien se conciertan primero los huesos de las
tales quebraduras. E hasta que ha hecho su operación, está tan asido el emplasto o medecina
ya dicha con la carne, que es muy dificultoso e penoso despegarlo; pero así como ha curado e
fecho su buena operación, luego, por sí mismo, se aparta e desecha el emplasto de aquel lugar
donde lo habían puesto (Fernández,1959:8, Tomo II).
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