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Entrevista
Santero y Los Muchachos
“En el rock and roll lo importante no es ganar, sino seguir en la partida”.
En apenas dos años han pasado de ser uno de los secretos mejor guardados del pop/rock español a confirmarse como una de las mejores
propuestas del género. Guiados por la voz, el bajo y las excelentes canciones de Miguel Ángel Escrivá, (junto a Soni Artal y Josemán Escrivá)
presentan ahora “Rioflorido” (Actúa Music Entertaiment, 2019), su segundo disco. En él dan continuación al “rock reposado” del que hicieron
gala en su debut “Ventura” (Actúa Music Entertainment, 2017). Hemos estado charlando con Miguel Ángel y Soni.
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Santero y Los Muchachos se presentan en
2015 con un EP titulado “Buenos y malos”
pero saltan al ring definitivamente en
2017 con “Ventura”, un maravilloso disco
lleno de grandes canciones y un sonido
analógico a la par que brillante. Bajo su
estela girasteis por todo el país, grabasteis
hermosos videos, colaborasteis con Leiva
e incluso hubo una paternidad. Echando la
vista atrás ¿que significó “Ventura” para
vosotros?
Miguel Ángel: Para cualquiera los principios
significan mucho, para bien o para mal son
épocas de lucha y nosotros, a pesar de la
incertidumbre, siempre notábamos que con
cada batalla a la que nos enfrentábamos
ganábamos algo. Por ponerte un ejemplo,
tuvimos una vez un bolo en Gijón para el que
habíamos vendido doce entradas anticipadas
y pensamos suspender; al final no lo hicimos,
dimos el bolo, y resultó que el dueño era un
promotor de la zona que nos consiguió unos
cuantos festivales. Moraleja: en esto del rock
and roll, y mientras que el cuerpo aguante y
tu bolsillo te lo permita, siempre hay que dar
la cara y plantar batalla. Volviendo al principio
de la pregunta, “Ventura” ha sido el disco que
nos ha dado todo o casi todo lo que somos
ahora mismo.
Soni: Sobre lo de Gijón, me gustaría añadir
que el dueño del local es nuestro amigo Kiko,
guitarrista de Los Guajes, una super banda
de garaje español. Lo recalco porque es un
tío que nos ha ayudado mucho a nosotros y
a otra mucha gente del panorama musical.
Nosotros hicimos ese viaje a Gijón mientras
en los informativos desaconsejaban viajar allí
por la nieve y las inclemencias. En el rock and
roll lo importante no es ganar, sino seguir en la
partida. Si ganas te pierdes.
En marzo de 2019 editáis “Rioflorido”
bajo una gran expectación tanto de crítica
especializada como de público ¿qué tal ha
sido trabajar bajo presión?
M: Reconozco que “Ventura” es un disco con
el que nuestro público conectó muy fuerte,
veníamos con una inercia muy bonita gracias a
él y la verdad es que no nos dimos cuenta de la
presión hasta que estuvimos a punto de sacar
“Rioflorido”, y es normal que entre el pánico
por saber lo que la gente piensa. Creo que
es ahora, seis meses después de publicarlo,
cuando podemos empezar a tomar una visión
real. Por lo que vemos en los conciertos sí que
es verdad que nos ha venido muy bien que sea
un poco más musculado que “Ventura”, hace
que nuestros bolos tengan una gran dinámica.
S: En la mayoría de los conciertos de “Ventura”
adoptamos una formación básica de dos
guitarras acústicas, un contrabajo y una caja
de vino de madera con un micrófono dentro
como batería. Simplificamos la historia para
reducir gastos y llegar al mayor número de
ciudades y escenarios. De esta manera nos
ganamos el respeto de Santiago Alcanda por
ejemplo, que nos vio en formato pequeño en
la Sala El Sol para trescientas personas. Llegó
un momento en el que este planteamiento
se nos quedó corto para los festivales y con
“Rioflorido” hemos vuelto a subir la intensidad
sonora.
M: Fue un viaje de ida y vuelta de hecho. A los
primeros festivales que nos salieron asistimos
con la formación completa en eléctrico, un
teclista, una sección de viento etc. Nos dimos
cuenta que chocaba con nuestra idea de tener
un sonido austero y orgánico y empezamos a
rebajar tanto personal como decibelios. Ahí es
donde encontramos una distinción absoluta,
con dos acústicas un contrabajo y una caja.
Esos primeros pasos fueron muy importantes
para mantener una expansión sostenida de
nuestro proyecto. No puedes sonar como los
grandes si no lo eres.
Con respecto a “Ventura”, en “Rioflorido”
encontramos dos diferencias principales, la
primera el sonido, mucho más expansivo en
sus momentos álgidos, como una especie
de Wall of sound. ¿Ha sido premeditado?
¿Buscabais ese punch extra?
M: La verdad es que es una evolución lógica,
por muy tópico que suene. Por ejemplo, “Volver
a casa” ya estaba escrito para “Ventura”, y la
aparcamos porque era un poco más intensa
a nivel de sonido que el resto del disco y no
casaba con la idea que yo tenía en la cabeza,
pero la inercia es la que es y al final también
la gente pide un poco más y así llegamos a
“Rioflorido”. Al final lo más importante es que
estamos trazando nuestro camino, sonando de