INDUSTRIALES DIC_ENE 2024
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CARTA DEL EDITOR<br />
¿Será posible?<br />
De círculos viciosos a círculos virtuosos<br />
“La impunidad es el<br />
ejercicio del poder sin<br />
rendición de cuentas, que<br />
se convierte, en su forma<br />
más cruda, en la comisión<br />
de delitos sin castigo... La<br />
impunidad es la idea de<br />
que la ley es para tontos",<br />
afirma en su dura introducción<br />
el primer Atlas<br />
de Impunidad mundial,<br />
presentado durante la<br />
Conferencia de Seguridad<br />
de Múnich.<br />
Confeccionado por el<br />
Eurasia Group y el Chicago<br />
Council on Global<br />
Affairs, esta investigación es un índice exhaustivo que rastrea<br />
el abuso de poder y la consiguiente corrupción en cinco dimensiones<br />
sociales clave: gobernanza sin rendición de cuentas,<br />
abuso de los derechos humanos, conflictos, explotación<br />
económica y degradación medioambiental.<br />
El Atlas define la impunidad como “el ejercicio del poder sin<br />
controles ni equilibrios” y se basa en 67 indicadores estadísticos<br />
procedentes de 29 fuentes validadas.<br />
En total, 197 países y territorios recibieron una puntuación<br />
de 0 a 5 en cada uno de estos cinco ámbitos de impunidad: las<br />
puntuaciones más altas significan mayor impunidad y, las más<br />
bajas, mayor rendición de cuentas. En la cima del Top 10 de<br />
los más impunes del mundo está Afganistán, lo siguen Siria,<br />
Yemen, Myanmar, República Centroafricana, Sudán, Irak,<br />
Burundi, Congo-Kinshasa y Chad.<br />
En el puesto 11 de mayor impunidad del planeta figura Venezuela,<br />
el único de la región latinoamericana tan mal calificado.<br />
Y el país con menos impunidad del mundo es Finlandia,<br />
en el puesto 163. Lo siguen, con muy buenas calificaciones,<br />
Dinamarca, Suecia, Noruega, Alemania, Irlanda, Austria,<br />
Suiza, Luxemburgo y Nueva Zelandia.<br />
La corrupción y la falta de transparencia tienen efectos perjudiciales<br />
para el desarrollo sostenible en todos los países y su<br />
costo es abrumador, porque resulta en un golpe directo a la<br />
línea de flotación de sociedades justas, pacíficas e inclusivas.<br />
Será por eso que con frecuencia ganan acceso al poder personajes<br />
extremadamente cuestionables, que tienen por detrás a<br />
pueblos hartos de lo mismo y que ya no titubean en apostar<br />
por lo menos malo sino<br />
que se lanzan de lleno<br />
(quizás inadvertidamente)<br />
a lo peor.<br />
Según Naciones Unidas,<br />
“la corrupción se<br />
lleva más del 5% del PIB<br />
mundial". Se cree que<br />
hasta un 25% del gasto<br />
público mundial se pierde<br />
en corruptos laberintos<br />
de toda índole, sin<br />
descartar la inquietante<br />
falta de transparencia en<br />
ámbitos gubernamentales...<br />
con sus eternos<br />
cómplices privados. Se<br />
trata de monumentales costos que no se limitan únicamente a<br />
los aspectos financieros, sino que también contribuyen a empeorar<br />
múltiples facetas colectivas: como favorecer la pérdida<br />
de recursos naturales, exacerbar la pobreza y la desigualdad,<br />
erosionar la confianza y la cohesión social y socavar la estabilidad<br />
económica y política.<br />
Entonces, la gran idea, como recalca Naciones Unidas,<br />
sería poder eludir estos círculos viciosos para generar círculos<br />
virtuosos. El asunto es cómo.<br />
Quizás, y solamente digo QUIZÁS, es hora de profundizar<br />
en la obra del que muchos analistas consideran el último gran<br />
intelectual francés, el heredero de esos escritores, pensadores,<br />
historiadores o sociólogos que, además de despuntar en su especialidad,<br />
influían en el debate público. Hablo del laureado<br />
Thomas Piketty (52 años). Es economista, especializado en<br />
investigaciones sobre distribución de la riqueza y la inequidad,<br />
pero quien haya escuchado sus intervenciones, o le haya<br />
leído, se habrá dado cuenta de que es más que un economista.<br />
A veces es historiador. Y a su manera, político. Pertenece a<br />
esa estirpe de filósofos que no se limitaban a interpretar el<br />
mundo. Pretendían transformarlo. ¿Tendremos alguien así en<br />
este amado Borikén? i<br />
José Julio Balmaceda<br />
Director / Editor<br />
Presidente BizNet Media, Inc<br />
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