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DOMINGO SÁBADO 13<strong>14</strong> DE DE ABRIL DE DE <strong>2024</strong> THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY<br />
15 3<br />
Liberados para pelear, los<br />
convictos regresan a matar<br />
Por NEIL MACFARQUHAR<br />
y MILANA MAZAEVA<br />
Viktor Savvinov ya había sido<br />
encarcelado varias veces por diversos<br />
delitos —incluyendo robo,<br />
robo de autos y agresión— cuando<br />
asesinó a una compañera de parranda<br />
en 2020, apuñalándola en<br />
el pecho con cuatro cuchillos.<br />
Un tribunal ruso lo condenó a<br />
11 años en una prisión de máxima<br />
seguridad. Entonces, cuando los<br />
reclutadores del grupo mercenario<br />
privado Wagner le ofrecieron<br />
libertad y borrón y cuenta nueva<br />
si iba a pelear en Ucrania, Savvinov<br />
aprovechó la oportunidad.<br />
Para febrero, Savvinov había<br />
completado su servicio y estaba<br />
de regreso en su pueblo natal, Kutana.<br />
Un día de ese mes, andaba<br />
tambaleándose de borracho por<br />
las calles nevadas, dijeron los residentes,<br />
quejándose a toda voz<br />
de que los aldeanos no le mostraban<br />
suficiente respeto como veterano.<br />
La noche siguiente, asesinó<br />
a dos de ellos, dice un reporte policial,<br />
matando a un compañero<br />
de bebida con una barra de metal<br />
antes de matar a su propia tía distanciada<br />
dándole un hachazo en<br />
De la cárcel<br />
a la calle, sin<br />
rehabilitación.<br />
la cabeza y luego incendiando su<br />
casa de madera.<br />
El reclutamiento de reos por<br />
parte de Rusia ha proporcionado<br />
una abrumadora ventaja de combatientes<br />
en la guerra de Ucrania.<br />
Pero la estrategia resulta contraproducente,<br />
ya que los reclusos<br />
indultados por su servicio regresan<br />
a Rusia y cometen nuevos<br />
delitos.<br />
El gobierno ruso restringe la<br />
divulgación de información que<br />
dé mala imagen a la guerra. Pero<br />
un estudio de los registros judiciales<br />
rusos hecho por el medio<br />
de comunicación independiente<br />
Verstka encontró que en el 2023<br />
se iniciaron al menos 190 casos<br />
penales contra reclutas de Wagner<br />
indultados.<br />
Esos incluyeron 20 casos de<br />
asesinato o intento de asesinato,<br />
así como violaciones, robos y delitos<br />
relacionados con las drogas.<br />
Aún así, el 23 de marzo, el presidente<br />
Vladímir Putin firmó una<br />
nueva ley destinada a formalizar<br />
el proceso de reclutamiento de<br />
reclusos.<br />
La nueva ley estableció una<br />
larga lista de delitos elegibles, incluidos<br />
asesinato, robo y algunas<br />
violaciones. Obtener indultos es<br />
Oleg Matsnev contribuyó<br />
con reportes para este artículo.<br />
DAVID GUTTENFELDER PARA THE NEW YORK TIMES<br />
ahora una cuestión de ley, no de<br />
un decreto presidencial, pero los<br />
convictos que salen de prisión para<br />
pelear pueden obtener uno sólo<br />
con la aprobación de sus comandantes<br />
militares.<br />
“Nadie cerraba sus puertas con<br />
llave en el pueblo por la noche, pero<br />
ahora lo hacen incluso durante<br />
el día”, dijo una residente de Kutana,<br />
un pueblo siberiano de mil<br />
habitantes, que se negó a usar su<br />
nombre por temor a que Savvinov<br />
podría obtener otro perdón si fuera<br />
declarado culpable y se ofreciera<br />
nuevamente como voluntario<br />
para pelear en Ucrania.<br />
El grupo Wagner empezó a reclutar<br />
presos en agosto de 2022,<br />
con la promesa de indultos a cambio<br />
de un contrato de seis meses.<br />
Antes de ser disuelto el año pasado<br />
tras un fallido motín contra el<br />
Kremlin, el grupo dijo que había<br />
reclutado a más de 50 mil prisioneros.<br />
Muchos de esos hombres<br />
murieron, algunos todavía combaten<br />
y se estima que 15 mil han<br />
regresado a sus hogares, sostiene<br />
Olga Romanova, directora de<br />
Rusia Tras las Rejas, una organización<br />
no gubernamental que se<br />
ocupa de asuntos de prisioneros.<br />
Después de haber sobrevivido<br />
las terribles condiciones en las<br />
colonias penitenciarias y luego a<br />
la guerra, los convictos regresan<br />
a las calles sin rehabilitación. Y<br />
los agentes del orden a menudo se<br />
sienten intimidados por el nuevo<br />
estatus de los exreclusos, dijo Romanova.<br />
Entre los indultados tras crímenes<br />
particularmente espantosos<br />
se encuentran un asesino en<br />
serie de Sajalín conocido por su<br />
canibalismo, un miembro de una<br />
secta satanista condenado por<br />
asesinatos rituales y un hombre<br />
que mató a su exnovia torturándola<br />
brutalmente durante horas.<br />
El año pasado, Putin restó importancia<br />
a la cuestión de los convictos<br />
indultados que cometen<br />
nuevos delitos. “Esto es inevitable”,<br />
dijo. “Pero las consecuencias<br />
negativas son mínimas”.<br />
La primavera pasada, cerca<br />
de la ciudad de Krasnodar, en el<br />
suroeste del país, un joven padre,<br />
Kirill Chubko, propietario<br />
de un negocio de fiestas, y uno de<br />
sus empleados se detuvieron una<br />
noche para reparar una llanta<br />
ponchada. Se toparon con tres ladrones<br />
que los obligaron a retirar<br />
alrededor de US$2 mil de cajeros<br />
automáticos antes de apuñalarlos<br />
mortalmente, según un informe<br />
policial. El jefe de la banda había<br />
sido condenado a 18 años de prisión<br />
en 2016, pero fue liberado para<br />
combatir en Ucrania.<br />
“Estas personas pertenecen a<br />
la prisión”, dijo la viuda de Chubko.<br />
“Mi hijo y yo caminamos por<br />
el parque y es posible que anden<br />
caminando allí. No es como si tuvieran<br />
escrito en la frente que son<br />
criminales”.<br />
Un aula<br />
en Velyka<br />
Oleksandrivka,<br />
Ucrania, en<br />
2022. Antes<br />
de disolverse el<br />
año pasado, el<br />
grupo Wagner<br />
dijo haber<br />
reclutado a<br />
más de 50.000<br />
prisioneros.<br />
E L M U N D O<br />
GUILLEM SARTORIO/AGENCE FRANCE-PRESSE — GETTY IMAGES<br />
Aldeanos y voluntarios en Ngoma, Ruanda, excavan tras descubrir allí decenas de cadáveres.<br />
Ruanda pasa de ser<br />
el horror a convertirse<br />
en la envidia de África<br />
Por DECLAN WALSH<br />
La sangre corría por las calles<br />
de Kigali, la capital de Ruanda, en<br />
abril de 1994, cuando milicianos<br />
armados con machetes comenzaron<br />
una campaña de genocidio que<br />
mató a unas 800 mil personas, uno<br />
de los grandes horrores de fines del<br />
siglo XX.<br />
Treinta años después, Kigali es<br />
la envidia de África. Calles bien<br />
pavimentadas pasan junto a relucientes<br />
torres que albergan bancos,<br />
hoteles de lujo y startups de tecnología.<br />
Hay una planta automotriz<br />
Volkswagen y una instalación de<br />
vacunas de ARNm. Un estadio con<br />
capacidad para 10 mil personas es<br />
sede de la liga de basquetbol más<br />
grande de África y de conciertos<br />
de estrellas como Kendrick Lamar,<br />
el rapero estadounidense, que se<br />
presentó allí en diciembre. Llegan<br />
turistas para visitar a los famosos<br />
gorilas de Ruanda. Funcionarios<br />
gubernamentales de otros países<br />
africanos visitan para obtener lecciones<br />
de buena gobernanza. La<br />
electricidad es confiable. Los policías<br />
de tránsito no solicitan sobornos.<br />
La violencia es rara.<br />
El arquitecto de esta asombrosa<br />
transformación, el presidente Paul<br />
Kagame, la logró con métodos duros<br />
que normalmente atraerían la<br />
condena internacional. Opositores<br />
son encarcelados, se restringe la libertad<br />
de expresión y los críticos a<br />
menudo mueren en circunstancias<br />
turbias. Los soldados de Kagame<br />
han sido acusados de masacre y<br />
saqueo en la vecina República Democrática<br />
del Congo. Durante décadas,<br />
los líderes occidentales han<br />
pasado por alto los abusos. Algunos<br />
han expresado culpa por no haber<br />
podido detener el genocidio, cuando<br />
extremistas hutu masacraron a<br />
personas, en su mayoría del grupo<br />
étnico tutsi, de Kagame.<br />
Kagame, de 66 años, conmemoró<br />
este mes el 30 aniversario del genocidio.<br />
Pero el evento también fue recordatorio<br />
de que lleva ese mismo<br />
tiempo en el poder. Ganó las últimas<br />
elecciones presidenciales con<br />
el 99 por ciento de los votos. El resultado<br />
de las próximas, previstas<br />
para julio, no está en duda. Podría<br />
gobernar otra década.<br />
Los detractores dicen que las<br />
tácticas represivas de Kagame,<br />
antes consideradas necesarias para<br />
estabilizar Ruanda después del<br />
genocidio, parecen cada vez más<br />
una forma de consolidar su mano<br />
de hierro.<br />
Los tutsis étnicos dominan los<br />
niveles más altos del gobierno de<br />
Kagame, mientras que los hutus,<br />
que constituyen el 85 por ciento de<br />
la población, siguen excluidos del<br />
verdadero poder, dicen los detractores.<br />
Es una señal de que la división<br />
étnica sigue siendo un factor<br />
importante en la forma en que se<br />
gobierna Ruanda.<br />
“El régimen de Kagame está<br />
creando las condiciones que causan<br />
la violencia política en nuestro<br />
país”, dijo Victoire Ingabire Umuhoza,<br />
su oponente política más<br />
destacada. “Falta de democracia,<br />
ausencia del estado de derecho,<br />
exclusión social y política —son los<br />
mismos problemas de antes”.<br />
Ingabire, una hutu, regresó a<br />
Ruanda del exilio en 2010 para postularse<br />
contra Kagame. Fue arrestada,<br />
se le prohibió participar en las<br />
elecciones y más tarde encarcelada<br />
bajo cargos de conspiración y terrorismo.<br />
Liberada en 2018, cuando<br />
Kagame le otorgó un perdón, Ingabire<br />
no puede viajar al extranjero y<br />
tiene prohibido competir en estas<br />
elecciones. “Coincido con quienes<br />
dicen que Ruanda necesitaba un<br />
gobernante hombre fuerte después<br />
del genocidio”, dijo. “Pero hoy, después<br />
de 30 años, necesitamos instituciones<br />
fuertes más que hombres<br />
fuertes”.<br />
Kagame ha tenido fama de gastar<br />
SIMON WOHLFAHRT/AGENCE FRANCE-PRESSE<br />
— GETTY IMAGES<br />
El presidente de Ruanda,<br />
Paul Kagame, ha sido el<br />
arquitecto de la asombrosa<br />
transformación de su país.<br />
la ayuda inteligentemente y promover<br />
políticas económicas con visión<br />
a futuro. Aunque exasesores lo han<br />
acusado de manipular las estadísticas<br />
oficiales, la trayectoria de<br />
Ruanda es impresionante: la esperanza<br />
de vida promedio aumentó de<br />
40 años a 66 años entre 1994 y 2021,<br />
dice la ONU.<br />
Uno de los primeros actos de Kagame<br />
fue borrar públicamente las<br />
divisiones que habían alimentado<br />
el genocidio. Prohibió los términos<br />
hutu y tutsi en los documentos de<br />
identidad y criminalizó el debate<br />
público sobre origen étnico. “Todos<br />
somos ruandeses” se convirtió<br />
en el lema nacional. Pero, en realidad,<br />
la etnicidad siguió impregnando<br />
casi todos los aspectos de<br />
la vida. “Todo el mundo sabe quién<br />
es quién”, dijo Joseph Sebarenzi,<br />
un tutsi que fue presidente del Parlamento<br />
hasta el año 2000, cuando<br />
huyó al exilio.<br />
Una encuesta publicada en 2023<br />
por Filip Reyntjens, un profesor<br />
belga y crítico de Kagame, halló<br />
que el 82 por ciento de los 199 altos<br />
cargos gubernamentales estaban<br />
ocupados por personas de etnia<br />
tutsi.<br />
“Cualquiera que no esté familiarizado<br />
con Ruanda podría pensar<br />
que todo está bien”, dijo Sebarenzi.<br />
“La gente trabaja junta, va junta a<br />
la iglesia, hace negocios junta. Eso<br />
es bueno. Pero bajo la alfombra,<br />
esas divisiones étnicas siguen ahí”.