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Listín Diario 14-04-2024

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2 SANTO DOMINGO, RD. DOMINGO <strong>14</strong> DE ABRIL DE <strong>2024</strong> 10 cm<br />

La República Lecturas de domingo<br />

5 cm<br />

4 cm<br />

3,5 cm<br />

3 cm<br />

La mayor matanza<br />

de la historia<br />

“Todo hombre va detrás de un objetivo mayor, sea la religión, la democracia o el<br />

socialismo. Para los judíos estos son solo un medio para un fin, la manera de satisfacer<br />

su deseo por el oro y la dominación». Hitler<br />

ISRAEL VIANA<br />

Madrid, España<br />

Tomado de ABC<br />

Veinte años antes<br />

de que diera comienzo<br />

la Segunda<br />

Guerra Mundial<br />

y quince antes de<br />

que los nazis accedieran al poder,<br />

el joven Adolf Hitler escribió<br />

una carta a Adolf Geimlich,<br />

miembro de la oficina de inteligencia<br />

militar de Munich, es la<br />

que trataba de responder a una<br />

pregunta que consideraba urgente:<br />

¿cuál era la situación de<br />

los judíos en Alemania después<br />

de la derrota en la Primer<br />

Guerra Mundial y qué posición<br />

al respecto tomaban las fuerzas<br />

armadas? Estaba fechada<br />

en 1919 y las conclusiones a<br />

las que llegaba el futuro dictador<br />

eran terroríficas.<br />

Hitler se sentó en una máquina<br />

de escribir del Ejército y<br />

redactó una suerte de ensayo<br />

de cuatro páginas que fue recibido<br />

con agrado por sus superiores<br />

en el departamento de<br />

propaganda. Este decía: «Todo<br />

hombre va detrás de un objetivo<br />

mayor, sea la religión, el socialismo,<br />

la democracia. Pero<br />

para los judíos estos son solo<br />

un medio para un fin, la manera<br />

de satisfacer su deseo por el<br />

oro y la dominación».<br />

La sentencia más devastadora,<br />

sin embargo, llegó a continuación:<br />

«El antisemitismo<br />

que se alimenta de razones puramente<br />

emocionales siempre<br />

encontrará su expresión en la<br />

forma de pogroms [ataques<br />

violentos contra judíos]. Pero<br />

el antisemitismo basado en la<br />

razón debe llevar al combate y<br />

a la suspensión sistemática de<br />

los privilegios de los judíos. Su<br />

objetivo final debe ser la eliminación<br />

sin compromisos de los<br />

judíos como tal».<br />

La cifra, muy discutida y aumentada<br />

en numerosas ocasiones,<br />

habla de unos seis millones<br />

de muertos durante,<br />

únicamente, los seis años que<br />

duró la Segunda Guerra Mundial<br />

en los campos de exterminio,<br />

lo que llevó a muchos autores<br />

a calificar a Hitler como<br />

el «mayor genocida de la historia».<br />

Sin embargo, en las últimas<br />

décadas, no solo algunos<br />

investigadores e historiadores<br />

han puesto en duda esta afirmación,<br />

sino la misma Unión<br />

Europea a través de una resolución<br />

votada hace cuatro<br />

años en su parlamento, en la<br />

que situaba oficialmente al comunismo<br />

al mismo nivel que el<br />

nazismo.<br />

La votación<br />

El resultado fue aplastante:<br />

535 votos a favor, 66 en contra<br />

y 52 abstenciones. Fue el<br />

19 de septiembre de 2019, con<br />

el que condenaron que «ambos<br />

regímenes cometieron asesinatos<br />

en masa, genocidios y deportaciones,<br />

y fueron los causantes<br />

de una pérdida de vidas<br />

humanas y de libertad a una<br />

escala hasta entonces nunca<br />

vista en la historia de la humanidad».<br />

Los europarlamentarios pedían,<br />

además, que todos los<br />

Estados miembros «hagan una<br />

evaluación clara y basada en<br />

los crímenes y actos de agresión<br />

perpetrados por los regímenes<br />

comunistas totalitarios<br />

y el régimen nazi». A pesar de<br />

su trascendencia histórica, esta<br />

resolución pasó desapercibida<br />

en la gran mayoría de los<br />

medios de comunicación, lo<br />

que resulta curioso si tenemos<br />

en cuenta que dicha comparación<br />

ha sido un debate recurrente<br />

entre los historiadores<br />

más prestigiosos del mundo<br />

desde la caída de la URSS hace<br />

tres décadas.<br />

En 1995, por ejemplo, el periodista<br />

polaco Ryszard Kapuscinski<br />

llegó a la siguiente conclusión<br />

en su libro ‘El imperio’<br />

(Anagrama): «Si podemos establecer<br />

la comparación, el poder<br />

destructor de Stalin fue<br />

mucho mayor. La destrucción<br />

realizada por Hitler no duró<br />

más de seis años, mientras<br />

que Stalin empezó su terror en<br />

los años veinte y llegó hasta<br />

1953. Su poder se mantuvo 30<br />

años y la maquinaria de terror<br />

se prolongó mucho más. No<br />

es que Hitler fuese mejor, pero<br />

no tuvo tanto tiempo». No<br />

hay que olvidar que a Lenin ya<br />

se le responsabiliza antes de<br />

tres millones de muertes desde<br />

que tomó el poder en 1917<br />

hasta su salida en 1924, sin incluir<br />

las registradas en la guerra<br />

civil.<br />

De 50 a 88 millones<br />

El debate alcanzó su punto<br />

álgido en 1997, con la publicación<br />

del ‘Libro negro del<br />

comunismo’ a raíz del 80 aniversario<br />

de la Revolución de<br />

Octubre. Fue redactado por<br />

un grupo de historiadores bajo<br />

la dirección del investigador<br />

francés Stéphane Courtois,<br />

que se esforzó por hacer un balance<br />

preciso y documentado<br />

del verdadero coste humano<br />

del comunismo. Se apoyó en<br />

la información desclasificada<br />

de los archivos de Moscú y estableció<br />

un cómputo final sobrecogedor:<br />

cien millones de<br />

muertos, cuatro veces más que<br />

la cifra atribuida por estos mismos<br />

autores al nacionalsocialismo<br />

de Hitler.<br />

El balance no fue una revelación,<br />

a pesar de todo. Numerosos<br />

investigadores ya se<br />

habían interesado en los años<br />

previos por los gulag, las hambrunas<br />

provocadas por Stalin<br />

en Ucrania y las deportaciones<br />

masivas de los disidentes del<br />

régimen soviético. En 1989, el<br />

politólogo Zbigniew Brzezinski<br />

ya había establecido los<br />

muertos del régimen soviético<br />

en 50 millones, en su obra<br />

«El gran fracaso: nacimiento y

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