encendiendo-la-llama-del-ecologismo-revolucionario
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(Estación de Investigación Experimental de Animales de Pieles de <strong>la</strong> Universidad <strong>del</strong><br />
Estado de Oregón). Fundado en 1920 como un <strong>la</strong>boratorio gubernamental, cuyo único<br />
propósito era <strong>la</strong> domesticación de visones y zorros para <strong>la</strong> producción de pieles. En<br />
1970 <strong>la</strong> propiedad <strong>del</strong> centro fue transferida a <strong>la</strong> OSU (Oregón State University). La<br />
insta<strong>la</strong>ción se hizo célebre por su trabajo con los granjeros principiantes que<br />
experimentaban problemas comunes de <strong>la</strong> prisión intensiva y de <strong>la</strong> alimentación<br />
artificial de los nativos predadores salvajes norteamericanos.<br />
En los años 80, <strong>la</strong> estación se consideraba el centro nacional número uno de<br />
investigación para <strong>la</strong> experimentación a favor de <strong>la</strong>s más de 500 granjas de visones, que<br />
a su vez había abandonado <strong>la</strong>s investigaciones sobre granjas de zorros debido al alto<br />
coste que suponía <strong>la</strong> cría de zorros en prisiones intensivas. La estación se fundó<br />
inicialmente con subvenciones <strong>del</strong> MFRF, además de <strong>la</strong>s elevadas donaciones <strong>del</strong><br />
Northwest Fur Breeders Cooperative (Cooperativa de criadores de pieles <strong>del</strong> Noroeste)<br />
<strong>del</strong> estado de Washington por sus investigaciones con los animales. La estación<br />
concluía su año de investigación con el sacrificio de toda <strong>la</strong> cría de visones cuyas pieles<br />
eran procesadas y comercializadas a través <strong>del</strong> SFX, como un medio de aumentar los<br />
ingresos para <strong>la</strong> investigación. Esto llegó a ser vital cuando los votantes de Oregón<br />
recortaron sus fondos adicionales que previamente habían llegado a <strong>la</strong>s arcas<br />
insospechosos pagadores de impuestos de estado.<br />
Como cualquier exitosa industria, <strong>la</strong> investigación y el desarrollo sirven de forma vital<br />
para <strong>la</strong>s necesidades de <strong>la</strong> industria de <strong>la</strong>s granjas de piel, mientras en <strong>la</strong>s mismas<br />
granjas de pieles los visones estaban confinados en condiciones que normalmente<br />
hacían que se mordiesen su propio rabo, se cortasen su propia piel y arañasen su propia<br />
jau<strong>la</strong> como un intento inútil de conseguir su libertad en esas prisiones de diez pulgadas<br />
de profundidad. Esto para un animal era como recorrer diez mil<strong>la</strong>s en una noche y<br />
permanecer en soledad excepto en <strong>la</strong> época de engorde y crecimiento. La mayoría de <strong>la</strong>s<br />
granjas de visones albergan a miles de animales separados los unos de los otros por unas<br />
finas barras de metal o de plástico hasta que son asesinados a los siete meses de edad.<br />
En <strong>la</strong>s granjas de zorros y linces, los animales son colocados en jau<strong>la</strong>s de a<strong>la</strong>mbre<br />
suspendidas sobre <strong>la</strong> tierra con apenas espacio para darse <strong>la</strong> vuelta. Normalmente<br />
comparten una jau<strong>la</strong> de tres o cuatro pies de ancho con su prole, esperando a que el<br />
granjero los arrastre hacia <strong>la</strong> muerte, electrocutados por el ano, gaseados en un<br />
contrachapado con dióxido de carbono procedente de los gases de combustión de un<br />
motor de gasolina, disparados o administrados con una inyección letal. Muchas granjas<br />
de pieles se encuentran situadas en el hábitat normal en que estos animales deberían<br />
estar en libertad, y a menudo se puede ver a los visones y a los linces mirar fijamente<br />
hacia su libertad a través de <strong>la</strong> jau<strong>la</strong>, sólo a pocos pies de aquello que nunca podrá ser<br />
suyo.<br />
Para todos los que a última hora de una noche nos reunimos acurrucados para ver juntos<br />
unas cintas de video y unas páginas fotocopiadas de documentos de investigación había<br />
algo más que el sufrimiento físico que esos animales padecían. Vimos en ellos lo que<br />
vemos en nosotros mismos, el espíritu salvaje que anhe<strong>la</strong> libertad. No significaba que<br />
ese espíritu estuviese destrozado, pero <strong>la</strong> ciencia brutal <strong>del</strong> hombre y <strong>la</strong> agricultura<br />
intentaba desesperadamente aprovecharse de él. Vimos el destino de todas esas<br />
criaturas, que se encuentra en el último lugar salvaje que queda en <strong>la</strong> tierra, y que sirve<br />
de apetito para <strong>la</strong> voraz conciencia humana de avaricia y de destrucción, y que hace que<br />
esos seres desaparezcan para siempre. Respecto a <strong>la</strong> industria de <strong>la</strong> piel, sabíamos que<br />
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