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LA CUESTIÓN DE LOS ANIMALES<br />
-Descubriendo <strong>la</strong>s Raíces de Nuestra Dominación de <strong>la</strong> Naturaleza y de los Unos a<br />
los Otros.<br />
Por Jim Mason<br />
Algunos creen que <strong>la</strong> sociedad humana sigue un camino que nos lleva directamente<br />
hacia <strong>la</strong> locura. Por todo el mundo se dan odios ridículos y guerras; creo que no hemos<br />
aprendido a distinguir <strong>la</strong>s causas últimas <strong>del</strong> problema social y ambiental actual.<br />
Considero, junto a un número cada vez mayor de personas, que estos problemas<br />
comenzaron hace varios milenios cuando nuestros ancestros empezaron a encerrar<br />
animales en “granjas”, rompieron los viejos <strong>la</strong>zos con el mundo vivo y situaron al ser<br />
humano por encima de todas <strong>la</strong>s demás formas de vida.<br />
Como consecuencia de esto, ahora no tenemos el menor sentido de cercanía con<br />
ninguna otra forma de vida de este p<strong>la</strong>neta, y por consiguiente no tenemos una<br />
sensación de pertenencia al mismo. Somos arrogantes. El mundo vivo es una cosa que<br />
está por debajo de nosotros –podemos explotarlo o ignorarlo-. Estamos patológicamente<br />
desviados de <strong>la</strong> naturaleza.<br />
Un mundo vivo y animado<br />
Nuestros ancestros lejanos –esas sociedades tribales recolectoras que existían antes de<br />
que apareciese <strong>la</strong> agricultura en torno al año 10.000 AC- no vivían simplemente de un<br />
modo cercano a, sino dentro y en unión con <strong>la</strong> naturaleza.<br />
Yo les l<strong>la</strong>mo personas “primales”, ya que ellos son <strong>la</strong> forma de vida humana más<br />
antigua y universal. Para ellos <strong>la</strong> comida y los materiales no provenían de trabajar <strong>la</strong><br />
tierra, ni de contro<strong>la</strong>r <strong>la</strong>s vidas y el crecimiento de <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas y de los animales, sino de<br />
un increíblemente profundo conocimiento de ellos. Vivían con recordatorios diarios<br />
acerca de su interconexión con los seres vivos que les rodeaban y continuamente eran<br />
conscientes de que lo que tomasen <strong>del</strong> mundo les afectaría. Todo esto evolucionó en<br />
varias religiones tribales alrededor <strong>del</strong> globo. Lo que todas el<strong>la</strong>s tienen en común, es una<br />
profunda unión emocional y respeto hacia el mundo natural.<br />
Desviadas <strong>del</strong> mundo natural, nuestras mentes modernas están demasiado muti<strong>la</strong>das<br />
como para poder comprender hasta qué punto <strong>la</strong> mente primaria estaba alimentada por<br />
el medio ambiente –particu<strong>la</strong>rmente por los seres vivos-. La joven mente humana<br />
literalmente tomó forma y cuerpo –sus imágenes básicas e ideas- de <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas y<br />
animales que <strong>la</strong> rodeaban. Descubrieron cuáles de <strong>la</strong>s cientos de p<strong>la</strong>ntas que les<br />
rodeaban eran <strong>la</strong>s más nutritivas, <strong>la</strong>s medicinales, y <strong>la</strong>s que se podían emplear para<br />
hacer herramientas. Descubrieron los ciclos de <strong>la</strong> vida y los hábitos diarios de docenas<br />
de especies animales hasta el punto de poder saber cuándo y dónde una cacería sería<br />
más exitosa. Descubrieron cómo los ecosistemas se veían afectados por el clima, <strong>la</strong>s<br />
estaciones, y <strong>la</strong>s otras fuerzas de <strong>la</strong> naturaleza. La gente primaria conocía <strong>la</strong> Tierra, su<br />
territorio de recolección, probablemente mejor de lo que pueda hacerlo cualquier<br />
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