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El tratamiento odontológico debe cubrir las necesidades
de cada paciente. Es decir, debe ser individualizado.
Para ello es necesario enfocarnos en lo
siguiente: definir necesidades, conocer los deseos
del paciente y elaborar un plan para llevarlo a cabo.
El objetivo de todo tratamiento oral es eliminar
la enfermedad, preservar la salud de órganos
dentarios y tejidos orales, reemplazar los dientes
perdidos y reestablecer la función con la mejor
estética posible.
En ocasiones el paciente se enfoca únicamente en
los dientes perdidos y la rehabilitación de zonas
edéntulas, preocupándose sólo por el aspecto estético.
Sin embargo, al tratarse del sistema estomatognático
que involucra órganos dentarios y tejidos
blandos que permiten funciones fisiológicas como:
comer, hablar, respirar, sonreír, expresar sentimientos
y emociones, es importante reestablecer un
estado de salud bucal general. Por ello, es responsabilidad
del profesional explicar al paciente la importancia
de la rehabilitación integral de su boca.
La posibilidad de restaurar la funciones del sistema
estomatognático dependerá de las condiciones de
la salud sistémica, los tejidos blandos, los tejidos
de soporte dental y las estructuras dentarias en sí.
Los tratamientos fallidos se deben muchas veces a
situaciones y/o condiciones no identificadas y a soluciones
o alternativas limitadas e inadecuadas, es
por ello que realizar un buen diagnóstico, es fundamental
para desarrollar un plan de tratamiento
adecuado e individualizado.
El tratamiento
oral busca eliminar la
enfermedad, preservar la
salud de órganos dentarios
y tejidos orales, reemplazar
los dientes perdidos y
reestablecer la función
con la mejor estética
posible
Por todo esto, es de suma importancia
que en la primera
cita el paciente identifique
sus necesidades, exprese
sus deseos y expectativas
del tratamiento restaurativo.
Es imperativo realizar una detallada historia
clínica, hacer un minucioso examen extraoral e intraoral,
recabar análisis complementarios que incluyan
modelos de estudio, radiografías intraorales y
extraorales, tomografías, biopsias y las pruebas que
sean necesarias.
El examen oral incluye valorar el estado de los dientes
presentes, la suceptibilidad a caries, los hábitos
de higiene, identificar los dientes perdidos, las
restauraciones hechas anteriormente, así como la
visualización de los tejidos duros y blandos.
La palpación es un elemento diagnóstico que nos
ayuda a localizar zonas con inflamación, dolor, ganglios,
protuberancias óseas, con algún instrumento
auxiliar, la movilidad dentaria.
Las impresiones serán necesarias para obtener los
modelos de diagnóstico. Son complemento del
examen bucal realizado. Estos deberán ser precisos
e incluir espacios desdentados, para evaluar el tipo
de restauración que va a realizarse. Además, podrá
hacerse un análisis de la oclusión (relación entre las
superficies masticatorias de los dientes de la arcada
superior con la inferior, al hacer contacto en el
momento del cierre) y la dimensión vertical (la distancia
entre dos puntos fijos, uno en los maxilares y
otro en la mandíbula, a boca cerrada) para evaluar
la posibilidad de mejorar la función masticatoria y
devolver la dimensión vertical perdida, antes de comenzar
un tratamiento definitivo. También puede
hacerse un análisis del paralelismo de los órganos
dentarios, el cual servirá para el
diseño de la rehabilitación.
Estos modelos pueden ser
presentados al paciente para
mostrar las deficiencias orales
como migraciones dentales
y sus consecuencias,
CRITERIOS DE DIAGNÓSTICO ORAL
JUNIO 2016 200 UNIVERSITARIOS POTOSINOS 19