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que siempre ha apoyado
el fortalecimiento y
la profundización de la
integración de Europa y el Reino
Unido, que constantemente expresa su
gran rechazo. El rechazo de la sociedad civil
y de algunos partidos políticos hacia la UE es
tan fuerte en algunas entidades políticas de las
Islas Británicas que el 23 de junio de 2016 la mayoría
de los británicos votó a favor de salir de la UE, fenómeno
mejor conocido como el brexit. En este sentido,
es muy probable que el Reino Unido no forme parte
de la unión en un futuro cercano.
La posición francesa dentro de la UE se ha caracterizado
por llevar a cabo dos estrategias. La primera:
profundizar la integración del viejo continente y la
segunda, utilizar la fortaleza de la unión para mantener
su estatus de potencia de Francia. Sin embargo,
llevar a cabo ambos objetivos a veces ha resultado
contradictorio y una problemática constante que
se ha presentado desde el gobierno de Charles De
Gaulle hasta el actual presidente, François Hollande
(Starting, 2015:32).
Francia es considerado uno de los miembros fundadores
de la UE que más ha impulsado la integración
de Europa, pero, al mismo tiempo, la rechaza plenamente.
Cabe destacar que este fenómeno constituye
un reflejo de la posición de un número considerable
de políticos franceses, así como de la opinión pública
que se manifiesta en contra de la apertura de las
fronteras, el Acuerdo de Schegen, la crisis económica
de Europa y, en particular, en contra de la migración
indocumentada que, desde su perspectiva,
pone en peligro la seguridad política y económica no
sólo de ese país sino de todo el continente.
A pesar de estas disyuntivas, Francia continúa representando
uno de los miembros de la UE más activo,
así como uno de los Estados fundadores que posee
mayor peso en dicha organización. Asimismo, desarrolla
de manera conjunta con Alemania un rol protagónico
en los asuntos políticos, económicos y de
seguridad de Europa.
La actitud francesa hacia la integración de Europa
responde a dos cuestiones: la primera se fundamenta
en la economía, que constituye una pieza angular
de la integración europea y la segunda corresponde
a los ideales políticos de la UE.
En suma, la reconciliación franco-alemana, el deseo
de Alemania de no sólo reconstruirse sino de reinsertarse
en el concierto de las naciones europeas y redefinirse
como una potencia que no sea una amenaza
para ella misma ni para sus vecinos. Asimismo, para
Francia la creación de la UE responde a un gran interés
por insertarse en occidente después de la Segunda
Guerra Mundial y las guerras coloniales, así como para
mantener su lugar como potencia en el mundo.
Francia y el surgimiento de la
integración europea
La integración europea nació en Francia con los
ideales de dos políticos franceses: Jean Monnet y
Robert Schuman. El objetivo de ambos europeístas
era crear una integración franco-alemana que
a corto y largo plazo evitara una nueva confrontación
militar entre ambas potencias y posteriormente
entre la gran mayoría de los países europeos.
Desde el principio, Francia y Alemania concibieron
que la integración del viejo continente debía estar
respaldada por instituciones sólidas y consolidadas;
además, debían ser supranacionales (Rozenberg,
2011:3) y trabajar de cerca con los gobiernos de los
miembros de la UE, pero, a su vez, tendrían poderes
decisorios propios. Estas instituciones serían la Comisión
Europa, el Parlamento Europeo y el Tribunal
Europeo de Justicia.
FRANCIA UNIÓN EUROPEA
JUNIO 2016 200 UNIVERSITARIOS POTOSINOS 23