24.08.2015 Views

I Concurso de Textos Canarios

Decargar Libro (PDF) - BienMeSabe.org

Decargar Libro (PDF) - BienMeSabe.org

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

BienMeSabe.org– Queremos <strong>de</strong>cirte algo –(¿queremos?, pensé, temiéndome lo peor)–. Rodri y yo nos vamos<strong>de</strong> vacaciones a París. Siempre he querido conocerlo, y ya lo tiene todo planeado –(¿Rodri?Esto no me gusta)–. ¿Pue<strong>de</strong>s cuidar <strong>de</strong> Pipo? –dijo mientras le tomaba la mano a Rodrigo–.Mi reacción fue una urgente necesidad <strong>de</strong> utilizar el retrete. Me entraron unasarcadas espantosas. Apenas tenía fuerzas para llegar al cuarto <strong>de</strong> baño. Entre los dos meacompañaron, ajenos al motivo real <strong>de</strong> mi estado. Pu<strong>de</strong> llegar a tiempo <strong>de</strong> salvar la pocadignidad que aún me quedaba y echar por la taza <strong>de</strong>l váter todas mis románticas esperanzas.De esta forma, me encontraba <strong>de</strong> nuevo solo y sin ilusiones. Los días siguientes alinicio <strong>de</strong>l “fantástico” viaje <strong>de</strong> la nueva pareja los pasé montado en una nube. Vacío y sinobjetivos. Los programas <strong>de</strong> radio perdieron frescura y espontaneidad. Surgían problemasen el <strong>de</strong>partamento comercial y me encontraba agobiado. Necesitaba un giro en mi vida,así que <strong>de</strong>cidí tomarme también yo unas vacaciones. Dejé a Andrés al cargo <strong>de</strong> la emisora,preparé mis bártulos y volé a la Península.La que parecía jefa <strong>de</strong> las azafatas <strong>de</strong>l avión me recordó a Matil<strong>de</strong>. Tenía su mismocolor <strong>de</strong> pelo y la misma sonrisa. No pu<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> echarla <strong>de</strong> menos durante todo el viaje.Al salir <strong>de</strong>l avión un frío cortante me cogió <strong>de</strong>sprevenido. Me abotoné la chaqueta mientrastomé la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> abrir la caja <strong>de</strong> las pertenencias <strong>de</strong> mi esposa. En ese momento, mientrasme esforzaba por caminar sobre la pasarela empinada que conducía a la terminal, y no sé porqué razón, intuí que iba a <strong>de</strong>svelar algo importante. El cielo amenazaba lluvia y las nubescerraban la tar<strong>de</strong> cuando tomé un taxi para el centro.Al llegar a casa, una profunda sensación <strong>de</strong> pánico se apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong> mí. El buzón estabarepleto <strong>de</strong> correspon<strong>de</strong>ncia. La mayor parte eran panfletos publicitarios. No me fijé en losavisos <strong>de</strong> la compañía eléctrica que informaban <strong>de</strong>l corte <strong>de</strong> suministro por falta <strong>de</strong> pago.Con el atolondramiento <strong>de</strong> aquellos días, olvidé por completo cambiar la domiciliación <strong>de</strong>los recibos. La luz no estaba conectada. Sábanas blancas cubrían los muebles que apenas seadivinaban por sus extrañas formas. A la tenue luz que entraba <strong>de</strong> la calle, <strong>de</strong>jé el montón<strong>de</strong> correspon<strong>de</strong>ncia sobre la mesa <strong>de</strong>l comedor y a la exigua luz <strong>de</strong> un mechero comprobécómo la soledad y el abandono reinaban en ese lugar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Matil<strong>de</strong>. Como si<strong>de</strong> la cámara <strong>de</strong> los horrores se tratara, las telarañas colgaban <strong>de</strong> los rincones y todo estabacubierto <strong>de</strong> polvo. Me dirigí directamente a nuestro dormitorio y me subí a una silla paraalcanzar la caja. De puntillas, atisbé a cogerla y allí mismo la abrí. Aparté los vestidosy abrí el pequeño bolso marrón don<strong>de</strong> había un collar, unos enormes pendientes <strong>de</strong> aro,pañuelos <strong>de</strong> papel, un mone<strong>de</strong>ro con forma <strong>de</strong> elefante, una barra <strong>de</strong> carmín <strong>de</strong> labios yalgunas monedas sueltas. En el fondo, muy plegado, se hallaba un papel. Estaba arrugado,y conforme lo iba <strong>de</strong>splegando, la letra se me hacía cada vez más familiar, pero no erala <strong>de</strong> Matil<strong>de</strong>. El mechero me quemaba el pulgar <strong>de</strong>recho. La leí como pu<strong>de</strong> con un grantembleque <strong>de</strong> manos y rodillas:Matil<strong>de</strong> <strong>de</strong> mi vida:Siento tener que <strong>de</strong>círtelo así, pero no po<strong>de</strong>mos vernos más.Olga se ha enterado <strong>de</strong> lo nuestro y me ha montado una bronca terrible. Amenazacon <strong>de</strong>jarme. No sé cuál será mi <strong>de</strong>cisión con respecto a ella, pero entien<strong>de</strong> que tú y yo<strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>jarlo.He pasado momentos <strong>de</strong>liciosos contigo.Siempre te recordaré.108

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!