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I Concurso de Textos Canarios

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BienMeSabe.orghay que negar el valor i<strong>de</strong>ntitario que las manifestaciones religiosas locales tienen en lapoblación. Este será un motivo <strong>de</strong> exaltación más para los <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> la isla en sussiguientes actuaciones.Fuerteventura sufrió en los siglos XVII y XVIII hambrunas que produjeron muchasmuertes por inanición <strong>de</strong> la población y hasta amagos <strong>de</strong> revueltas generales. La alimentaciónbásica y casi exclusiva <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> la población era el gofio, tanto <strong>de</strong> trigo como <strong>de</strong>cebada. La isla, que era el granero <strong>de</strong> Canarias, <strong>de</strong>pendía esencialmente <strong>de</strong>l grano tantopara su supervivencia como para obtener bienes <strong>de</strong>l exterior. La fragilidad intrínseca querelacionaba la producción <strong>de</strong> grano con las precipitaciones produjo que en años secos sediesen tales hambrunas. José Sánchez Umpiérrez se apo<strong>de</strong>ró en la hambruna <strong>de</strong> 1721 <strong>de</strong>una carga <strong>de</strong> grano que provenía <strong>de</strong> Sevilla a Gran Canaria. Con aquel abordaje ilegal <strong>de</strong>lTeniente Coronel se palió el hambre <strong>de</strong> la isla hasta la nueva llegada <strong>de</strong> granos. Sírvanos elrelato <strong>de</strong> esta experiencia extrema para compren<strong>de</strong>r cómo los habitantes <strong>de</strong> Fuerteventuraen el filo quebradizo <strong>de</strong> la miseria, que muchos <strong>de</strong> sus habitantes ya habían creado, se vierana su vez víctimas <strong>de</strong> la rapacería <strong>de</strong> fuerzas foráneas que venían a lucrarse en don<strong>de</strong> ya solohabía lo estrictamente necesario para sobrevivir.Tras la violación <strong>de</strong>l lugar santo los vigías anglosajones se percataron <strong>de</strong> que seencontraban gentes apostadas a las afueras <strong>de</strong>l pueblo en dos grupos. Esto hizo que abortaransu empresa inicial, que era la <strong>de</strong> dirigirse a Betancuria, para volver por don<strong>de</strong> habían venidohacia la balandra surta en la bahía <strong>de</strong> Gran Tarajal. Al salir <strong>de</strong> la población parecieronconservar la soberbia que habían sostenido hasta ese momento, poniendo a redoblar la caja<strong>de</strong> guerra y a retumbar el clarín. Pero por muy <strong>de</strong>safiante que pareciesen, lo que estabanhaciendo era empren<strong>de</strong>r la huida ante un enemigo <strong>de</strong>l que aún no conocían su númeroni los pertrechos bélicos que poseía. Lleváronse consigo los efectos <strong>de</strong> sus latrocinios ya siete hombres <strong>de</strong> la tierra como rehenes por si les fuesen <strong>de</strong> provecho ante las nuevascircunstancias que se avecinaban.Quiso la fortuna que el Teniente Coronel y Gobernador <strong>de</strong> Armas <strong>de</strong> la isla, don JoséSánchez Umpiérrez, se encontrara pasando un periodo <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso en su cortijo <strong>de</strong> LosArrabales, a 25 kilómetros <strong>de</strong> Tuineje. No es <strong>de</strong> extrañar que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer momento en quelos ingleses tuvieron contacto con los insulares en el pago <strong>de</strong> Casilla Blanca, estos siempretuvieran en su pensamiento que se enviase mensaje <strong>de</strong> la situación a su jefe militar. En teoríaSánchez Umpiérrez venía a ser la segunda autoridad militar pues el señor jurisdiccional <strong>de</strong>la isla ostenta el título <strong>de</strong> Capitán <strong>de</strong> Guerra <strong>de</strong> la Isla, pero su ausencia <strong>de</strong> Fuerteventura<strong>de</strong> forma permanente (hubo <strong>de</strong>tentores <strong>de</strong>l Señorío <strong>de</strong> Fuerteventura que nunca pusieronpie en sus posesiones) hacía <strong>de</strong> este cargo un elemento virtual, colocando a Umpiérrez enel primer puesto <strong>de</strong> autoridad militar. A lo largo <strong>de</strong>l siglo XVIII, los llamados Coronelesirán tomando mayor ascen<strong>de</strong>ncia económica y militar en el territorio insular, haciendo <strong>de</strong> sucargo un elemento <strong>de</strong> dos familias: los Sánchez Dumpiérrez y los Cabrera, que lo tornaránprácticamente hereditarios. Ello hará que el señor <strong>de</strong> la isla intente revertir la situaciónproducida y recuperar su po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión sobre los nombramientos <strong>de</strong> los Coroneles comoprivilegio <strong>de</strong> su Casa, cosa que no logrará revertir.Así, don José Sánchez Umpiérrez parte <strong>de</strong> su cortijo, montado en su caballo,mandando aviso para que se alerte a los habitantes <strong>de</strong> Tiscamanita <strong>de</strong> la situación y queaporten hombres para aumentar el grueso <strong>de</strong> la improvisada tropa. De dicha población saleun grupo encabezado por el capitán <strong>de</strong> compañía, don Baltasar Matheo, encontrándose conUmpiérrez en la zona <strong>de</strong> El Madrigal. Con el encuentro <strong>de</strong> los dos mandos se va a completarla caballería con que contarán los majoreros Sánchez Umpiérrez, <strong>de</strong> 57 años a caballo, ydon Baltasar Matheo, glorificando sus 84 años cumplidos a lomos <strong>de</strong> un asno. Al grupo92

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