BienMeSabe.orgmorir, cuando me mostró aquel sobre lleno <strong>de</strong> papeles que tenía un pequeño libro <strong>de</strong>ntro.Él no se atrevió a pronunciar su nombre, pero su cara reflejaba que aún la quería y le rendíala misma lealtad que a su tierra. Yo le miré sin saber qué <strong>de</strong>cir, porque no se trataba <strong>de</strong> queno la quisiera. Siempre he sabido que por encima <strong>de</strong> la distancia algo nos unía. Ella nosabandonó cuando yo era un bebé y, por tanto, nunca la había visto, salvo en fotografías.Mi padre guardaba algunas <strong>de</strong> cuando fueron felices y el mundo les pertenecía, como élme contaba los días que le atrapaba la melancolía. Intenté crearme una imagen <strong>de</strong> cómosería ahora, pero no me vino ninguna imagen <strong>de</strong>finida, porque ella, para mí, era una turistaacci<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> mi existencia.Hacía mucho tiempo que una amiga suya le escribió una carta a mi padre contándolelo ocurrido. En la carta le <strong>de</strong>cía que una <strong>de</strong> sus últimas volunta<strong>de</strong>s era que nos hiciera llegarsu diario, un cua<strong>de</strong>rno con las pastas duras. La primera vez que lo vi, pensé que era undiario con pastas pero sin nombre, igual que ella para mí era una madre con nombre perosin rostro. Mi padre no lo quiso leer porque, según me dijo, no tenía el valor suficiente paravolver a revivir el sufrimiento <strong>de</strong> su ausencia. A pesar <strong>de</strong>l tiempo que había pasado, él latenía muy presente. A veces, el amor viene para quedarse, o eso era lo que él me <strong>de</strong>cía. Alabrir el libro, esto fue lo que me encontré…***¿Qué es la vida? Un <strong>de</strong>seo que no tiene fin. El recuerdo <strong>de</strong> tu mirada. La necesidad <strong>de</strong> estara tu lado.¿Qué es el amor? Una locura incontrolada. Una sensación <strong>de</strong> bienestar. Un espaciopara habitar.¿Qué son los recuerdos? La necesidad <strong>de</strong> todo. Una ausencia sin reproches. Una vozen el silencio.¿Dón<strong>de</strong> están nuestras raíces?, todavía no lo sé. A pesar <strong>de</strong> todo, siempre mepregunto: ¿cuál fue la realidad que movió a mi vida lejos <strong>de</strong> la tierra quemada? Yo nuncasupe refugiarme como las vi<strong>de</strong>s <strong>de</strong> La Geria, y huí bajo el manto protector <strong>de</strong> los vientos<strong>de</strong> la noche, que como palabras oscuras aún hoy recorren mis recuerdos. No <strong>de</strong>béis <strong>de</strong> tenermiedo, porque al contrario que la Reina Ico que salió in<strong>de</strong>mne <strong>de</strong> su prueba <strong>de</strong> fuego, yonunca tuve una aya que acudiera en mi auxilio, eso es todo. A<strong>de</strong>más, el día que abráis estaspastas sin nombre, estaré muerta, y entonces, seré una mujer sin vida, pero con alma. Laspalabras que aquí están <strong>de</strong>positadas, son unas confesiones que no llegan a ser un diario. Sóloson recuerdos <strong>de</strong> una mujer a la fuga. De alguien que quiso <strong>de</strong>jar su huella, pero que siempreestuvo huyendo para trazar un periplo sin nombre lejos <strong>de</strong> la tierra que la vio nacer. Alprincipio no lo hacía, pero todo empezó antes <strong>de</strong> que conociese el amor. Todavía lo recuerdomuy bien, fue el día que mi madre comenzó a salir sola <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su operación. Ella tambiéntenía miedo y sus ojos reflejaban el virus <strong>de</strong> la dispersión. Yo simplemente seguía su estelacomo un gen volador tras su rastro. El resultado <strong>de</strong> todo ello son estas misivas; misivas queno son otra cosa que mis certezas tardías en negro sobre blanco. Justo cuando me harté <strong>de</strong>escribir palabras como isla, islote, ínsula, insular, insularidad o insularismo. Ese día penséque eran <strong>de</strong>masiados in… para una sola vida. Por eso, cuando oséis abrir estas pastas sinnombre, sólo asistiréis a un legado <strong>de</strong> sentimientos, <strong>de</strong> confesiones y secretos, don<strong>de</strong> nohay ni i<strong>de</strong>alismos ni i<strong>de</strong>ologías que pertenezcan a ningún hecho diferencial, sino sólo mistortuosos sentimientos, que como una clave genética sin <strong>de</strong>scifrar me han perseguido a lolargo <strong>de</strong> mi vida.82
I <strong>Concurso</strong> <strong>de</strong> <strong>Textos</strong> <strong>Canarios</strong>Tierra volcánica <strong>de</strong> Lanzarote (Fuente: http://www.laweb<strong>de</strong>lanzarote.com/)Os advierto, no encontraréis fortuna en él, pero quizá cerréis algún círculo, <strong>de</strong> esoscírculos que la vida se obstina en no cerrar, <strong>de</strong> esos círculos que nos <strong>de</strong>jan huella por muchotiempo que pase. Ese día resucitaré <strong>de</strong>l sepulcro <strong>de</strong>l olvido, en el que he permanecidoignorada por el tiempo y la <strong>de</strong>ja<strong>de</strong>z <strong>de</strong> vuestra memoria, como las cenizas volcánicas <strong>de</strong>nuestra historia canaria han sido adornadas con las motas <strong>de</strong>l progreso.También os digo que el día que leáis las hojas que albergan estas pastas sin nombreno os asustéis, sólo son la existencia <strong>de</strong> una mujer. Una mujer sin vida, pero con alma.Cuando acabéis <strong>de</strong> leerlas, estaréis más cerca <strong>de</strong> mí, y hasta es posible que partáis en busca<strong>de</strong> mi alma. Os digo <strong>de</strong> antemano que será una búsqueda ingrata, pero merecerá la pena serencontrada. Ahora ya sólo me queda <strong>de</strong>searos algo <strong>de</strong> lo que yo siempre huí, ¡buena suerte!***A ti, que te colaste por la primera grieta <strong>de</strong> mi vida. A ti, que cuando te conocí todavía erauna niña. A ti, que me buscaste con la complicidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino. A ti, que te encontré cuandotodavía no había pronunciado la palabra amor, ni conocía el significado <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo. Llegastepara quedarte, con la necesidad <strong>de</strong> saber aquello que yo no podía contarte, aquello queconocía, pero no quería recordar. Llegaste con tus vaqueros azules <strong>de</strong>sgastados, esos quetanto me gustaban y que imitaban a los <strong>de</strong> los extranjeros. Con su reflejo sin brillo, conseguiste<strong>de</strong>spistar mis recuerdos con juegos pirotécnicos. En medio <strong>de</strong> la nada, en <strong>de</strong>scampados<strong>de</strong>siertos, en parajes sin nombre que luego fueron colonizados. Allí empezaste a cortejarme,83