BienMeSabe.orgsin apenas utilizar palabras <strong>de</strong> amor, con tu mirada y tus ágiles manos <strong>de</strong> campesino canario.Recuerdo aquella camioneta don<strong>de</strong> nos cobijábamos <strong>de</strong>l frío <strong>de</strong> la noche, don<strong>de</strong> hicimos porprimera vez el amor bajo la protección <strong>de</strong> una cúpula estrellada. Tú y yo solos, en el mejor<strong>de</strong> los lugares posibles, olvidándonos para siempre <strong>de</strong> nuestro pasado.En aquella época, antes <strong>de</strong> conocerte, mi vida se componía <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s dosis <strong>de</strong>voluntad y <strong>de</strong>sesperanza; las dos se mezclaban a partes iguales. A pesar <strong>de</strong> mi edad ya sabíaque siempre sería así, un esfuerzo tras otro. Entonces mis esfuerzos no se centraban en laescuela, porque yo estaba tras la pista <strong>de</strong> mi madre. Ella me enseñó cómo hay que huir sin<strong>de</strong>jar rastro, hasta que un día se equivocó y yo di con ella. Pero apareciste tú, con tu sonrisay tus vaqueros azules <strong>de</strong>sgastados, esos que tanto me gustaban. Y todo cambió <strong>de</strong> repente,mi <strong>de</strong>sazón se convirtió en mi dicha, mis prisas en tu búsqueda, mis manos en tus manosy mi mirada en tu mirada. Caí <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ti, en el más <strong>de</strong>seado <strong>de</strong> los paraísos, en la mayor<strong>de</strong> las dichas posibles. Me olvidé <strong>de</strong> todo, <strong>de</strong> mi triste existencia y <strong>de</strong> mi cansina voluntad.Después <strong>de</strong> conocerte, mi vida se compuso <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s dosis <strong>de</strong> ilusión y esperanza; a laprimera, la reclamaba a través <strong>de</strong> tu mirada, recordando el día que me regalaste una sonrisa;a la segunda, sólo necesitaba cerrar los ojos y pensar en ti, el mejor <strong>de</strong> los antídotos posiblescontra mi <strong>de</strong>sesperanza.A ti, que lejos <strong>de</strong> la tierra quemada, siempre te imagino en la noche estrellada <strong>de</strong> unsolitario Puerto Calero. Allí, don<strong>de</strong> tú me arropabas <strong>de</strong>l ruido salvaje <strong>de</strong> las olas contra lasrocas <strong>de</strong> un pequeño acantilado, y don<strong>de</strong> yo me escapaba por las rendijas invisibles <strong>de</strong> misegunda grieta. Esa que tú nunca supiste encontrar.***A ti, que me engatusaste con tu mirada, que me enseñaste lo mejor <strong>de</strong>l amor, que meencontraste cuando te buscaba. Ahora te busco, pero no te encuentro. Estoy sola, perdidaen mitad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto en el que se ha convertido mi existencia, sin posibilidad <strong>de</strong> escaparpor una nueva grieta. Te busco entre matorrales, en un territorio sin nombre, en un lugardon<strong>de</strong> sólo hay espacio para el amor, pero apenas te siento. Te busco entre mis recuerdos,acariciando tus palabras con la complicidad <strong>de</strong> un viento cálido, ingrato y cargado <strong>de</strong> arena.Te busco en la caravana <strong>de</strong>l amor, y espero que vengas a mi encuentro, pero te has ido.Sólo me queda tu recuerdo, pero apenas soy capaz <strong>de</strong> recordarte. Hice un pacto con miimaginación y mi pasado, y lo <strong>de</strong>jé todo para venir a buscarte. Quería sentirte una vez máscon la intensidad <strong>de</strong> nuestro primer encuentro, pero tú no viniste. Tú también te escapaste.Recuerdo la noche que me prometiste sólo amor, sin artificios, sin adornos, amor a secas;en un territorio sin nombre, al que luego bautizaron con el nombre <strong>de</strong> una santa; en unacaravana perdida en medio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto <strong>de</strong> mi existencia, en un punto in<strong>de</strong>terminado entremi <strong>de</strong>seo y tus dudas. Pero ahora estoy sola, ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> tus recuerdos. Hoy he soñado queacabamos <strong>de</strong> compartir nuestros cuerpos, pero apenas te siento.***Anoche, mientras escuchaba la radio, te busqué en la oscuridad <strong>de</strong> la noche y no te encontré.Pensaba que bastaría con intentar recordarte para que tú vinieras hacia mí. No tenía más84
I <strong>Concurso</strong> <strong>de</strong> <strong>Textos</strong> <strong>Canarios</strong>oposición que la <strong>de</strong> mi propio pensamiento, pero tú no te acercaste. ¿Te habré perdido?Detuve mi mirada en la tenue luz <strong>de</strong>l aparato <strong>de</strong> radio que <strong>de</strong>sprendía notas musicalesacompañadas <strong>de</strong> la voz sensual <strong>de</strong> una cantante <strong>de</strong> jazz, como la <strong>de</strong> aquel local al queíbamos en Arrecife. Su voz me recordó a la mía cuando te dije que no te preocupases, quetodo iba bien. Seguí escuchándola y te volví a recordar, pero no encontré razón alguna parafiarme ni <strong>de</strong> ella ni <strong>de</strong> mí. Cuando la canción terminó, la cálida voz <strong>de</strong>l locutor me transmitióconfianza y esperanza, e incluso me arrancó una leve sonrisa sin saber muy bien por qué,como tú hiciste el día que intuiste que yo me iba por otra <strong>de</strong> mis incontables grietas; cuandofuiste consciente <strong>de</strong> que ya no encontraba razones para seguir a tu lado, cuando te distecuenta <strong>de</strong> mi necesidad <strong>de</strong> seguir huyendo, contra ti, contra vosotros, contra mi isla, contratodo. Es verdad que siempre te hablé <strong>de</strong> razones y no <strong>de</strong> sentimientos, pero los fugitivos sólopiensan y nunca sienten. Me inventé el aislamiento, el ahogo, la libertad, las costumbres, lafinitud, y te las mostré todas juntas en un paquete <strong>de</strong>l que sobresalía un billete <strong>de</strong> avión; <strong>de</strong>ida, pero no <strong>de</strong> vuelta.Antes <strong>de</strong> todo eso, hubo un tiempo en el que te escuchaba, incluso intenté borrartoda la tragedia que llenaba mi vida. En aquella época, tus palabras se parecían <strong>de</strong>masiadoa las <strong>de</strong> mi propia <strong>de</strong>rrota. Porque tu historia y la mía sólo son unas falsas tragedias griegasrevestidas <strong>de</strong> notas <strong>de</strong> isas cantadas al ritmo <strong>de</strong>l timple. Quizá por eso, anoche <strong>de</strong>cidí <strong>de</strong>jar<strong>de</strong> pensar en ti. A pesar <strong>de</strong> que hay algo que nos une y no soy capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rme <strong>de</strong> ello.Anoche encontré la verdad sin ir a buscarla, y por primera vez fui consciente <strong>de</strong>que te había perdido. A solas, sin nadie que me diera consuelo. En medio <strong>de</strong> mi constantehuida supe que tú también te habías ido, y lo hiciste por encima <strong>de</strong> mis pensamientos yvenciendo a mis recuerdos. Ahora <strong>de</strong>bo acostumbrarme a la soledad, a esa soledad quesignifica que ya no volverás a estar conmigo y que no habrá una nueva oportunidad. Ahora<strong>de</strong>bo acostumbrarme a no volver a ver tu sonrisa, por eso, antes <strong>de</strong>l amanecer, me alié conla oscuridad <strong>de</strong> la noche y me perdí con ella en el infinito <strong>de</strong> mis días, porque anoche tuveuna certeza, y esta vez intuyo que no voy a equivocarme.***Te busco con la mirada <strong>de</strong>l que lo quiere todo, buscarte y encontrarte a partes iguales. Perotú estás lejos. Yo me fui, pero no te abandoné. Sólo huí <strong>de</strong> mí y <strong>de</strong> mi pasado, pero no <strong>de</strong>ti. No quería haceros daño a tu padre y a ti, porque sabía que vuestro mundo sería mejorsi yo no estaba cerca. Soy la peor madre <strong>de</strong>l mundo, la antimadre <strong>de</strong> todas las madres. Aveces te busco, pero no te encuentro. Te recuerdo <strong>de</strong> bebé, ajena a mis miedos y a mi falta<strong>de</strong> voluntad. Te miraba y me olvidaba <strong>de</strong> todo. Lo que más me gustaba era tenerte entre misbrazos, estar solas tú y yo, a salvo <strong>de</strong> un mundo siempre ingrato. Incluso ahora, cuando terecuerdo, <strong>de</strong>sconecto. Necesito salir a la calle, respirar, no ahogarme, y más en estos díasdon<strong>de</strong> todo está a punto <strong>de</strong> concluir. No te preocupes, nadie lo sabe, esta vez mis ojos no me<strong>de</strong>latan. Es mi última huida, la grieta <strong>de</strong>finitiva. Hoy te he recordado mirando al mar, a eseinfinito océano que no es azul, y que sólo a ti y a mí nos pertenece. He salido <strong>de</strong> la oficina yme he acercado al acantilado que me separaba <strong>de</strong> la tierra firme, como cuando buscaba unanueva rendija por la que escapar. El viento me ha <strong>de</strong>speinado y ha apagado el cigarrillo queacababa <strong>de</strong> encen<strong>de</strong>r. He pensado en ti, y he creado tu vida a mi antojo; una existencia que<strong>de</strong>sconozco, pero no por ello inexistente. Te veo ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> personas que te quieren y tetratan con cariño. Por supuesto, veo a tu padre. Él es una gran persona, él no necesita huir, élno engaña… Alguien se ha acercado a mí, y me ha encendido el cigarrillo. Es un compañero<strong>de</strong> trabajo y también es mi amante. Debes saber que aquí no hay extranjeros, y que por eso85