24.08.2015 Views

I Concurso de Textos Canarios

Decargar Libro (PDF) - BienMeSabe.org

Decargar Libro (PDF) - BienMeSabe.org

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

BienMeSabe.org– Seguro.Sonrieron ambos y luego cada uno volvió a sus ocupaciones. Ella continuó bordandoy él volvió a colocar las manos bajo la nuca y a darle vueltas en la boca a la ramita mientras<strong>de</strong>volvía la mirada al cielo.Las nubes habían comenzado a correr vertiginosamente bajando <strong>de</strong>l monte <strong>de</strong>l Cedroy perdiéndose en la lejanía. Le extrañó tanta actividad ya que allí seguía reinando un tiempomuy apacible, claro que en el alto las cosas eran distintas, las corrientes podían ser muy altasy apenas notarse a ras <strong>de</strong> tierra o viceversa.De pronto le pareció escuchar un silbido, prestó atención y efectivamente pudoescuchar con claridad la respuesta que llegaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el otro lado <strong>de</strong>l barranco. Escuchó la“conversación” sintiéndose privilegiado al po<strong>de</strong>r participar, al menos como oyente, en una<strong>de</strong> las manifestaciones más antiguas <strong>de</strong> la isla.– Dime, Juan.– ¿Ya tu hermano regresó <strong>de</strong> Tenerife?– Sí, el lunes.– Y ¿cómo está?– Mejor, ya apenas siente algunas molestias.– Me alegro, dale recuerdos y dile que el domingo voy a verle.– Bueno, bueno, serán dados.Pensó interferir en la conversación y <strong>de</strong>cirle a Agapito que él también se alegraba<strong>de</strong> que su hermano estuviese mejor, pero <strong>de</strong>sistió por temor a molestar a los comunicantes,limitándose a agra<strong>de</strong>cer en su mente al viejo Isidro que le enseñara a enten<strong>de</strong>r el lenguaje<strong>de</strong>l silbo.Recordó cuando en la isla sólo había un teléfono al que llamaban <strong>de</strong>s<strong>de</strong> todos lados,y cómo a través <strong>de</strong>l silbo los recados llegaban hasta la persona requerida, y admiró aún mása sus antepasados que habían sabido crear un lenguaje que les permitía paliar las dificulta<strong>de</strong>sorográficas <strong>de</strong> la isla que impedían la comunicación entre las personas que habitaban lamisma, aisladas por profundos barrancos que les obligaban a caminar durante horas eincluso días para po<strong>de</strong>r trasladarse <strong>de</strong> un caserío a otro.El recuerdo <strong>de</strong> Isidro Ortiz le vino a la mente por asociación, él le había enseñadoa enten<strong>de</strong>r el lenguaje <strong>de</strong>l silbo hacía... ¿Cuántos años? ¿Veinte, quizá? Des<strong>de</strong> luego fuemucho antes <strong>de</strong> irse él a estudiar para Tenerife, don<strong>de</strong> luego se casó y se quedó a vivir. ¡IsidroOrtiz!... A cuántas personas habría enseñado aquel amante <strong>de</strong> las costumbres y tradiciones<strong>de</strong> su tierra el tan peculiar lenguaje gomero... A sus setenta y pico <strong>de</strong> años continuaba,según le habían dicho, enseñando a silbar en los colegios, don<strong>de</strong> afortunadamente se habíainstituido el aprendizaje <strong>de</strong>l silbo como obligatorio para los niños. Por fin los estamentosoficiales se habían dado cuenta <strong>de</strong> la importancia que aquel signo <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad tenía para44

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!