LOS DESEOS DE CAMBIO, O - Margarita Pisano
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seres no expresados y/o muy deshonestos, porque perdemos en este proceso lo<br />
que realmente somos, sentimos y pensamos.<br />
Lo Privado<br />
La familia es uno de los espacios más importantes y el primero donde<br />
aprendemos las relaciones de afecto, donde aprendemos a amar/odiar, donde<br />
aprendemos a relacionarnos con nosotros mismos y con los otros y es en la<br />
familia donde la corporalidad y lo íntimo están más controlados, es aquí donde<br />
las relaciones se jerarquizan en base a derechos asignados culturalmente y donde<br />
el orden simbólico le asigna a nuestra corporalidad los valores estancos de lo<br />
femenino y lo masculino. Es en este ámbito donde aprendemos rápidamente una<br />
pertenencia que está impregnada de propiedad.<br />
Los Hijos son de los Padres, los Padres son de los Hijos.<br />
El problema de la propiedad sobre vidas es el problema de nuestra civilización.<br />
Nos da licencia para exterminar pueblos enteros por salvajes y primitivos, nos da<br />
licencia para silenciar conocimientos e invisibilizar y justificar barbaries, da<br />
licencia para obligar a las mujeres a ayudar y servir a los hombres. La esclavitud<br />
hoy existe, no la hemos eliminado. Desde los continentes desarrollados se<br />
compran mujeres y niños (por partes o enteros, tráfico de órganos).<br />
Nacemos con un cuerpo diferente hombres y mujeres<br />
Esta diferencia la construimos culturalmente en diferencias estancos, signándole<br />
a cada sexo funciones, representaciones, modos de ser absolutamente cerrados y<br />
herméticos.<br />
A unos los declaramos legítimamente dominadores y les asignamos el espacio de<br />
lo público, del conocimiento y de la razón y por supuesto de la palabra.<br />
A otras las declaramos legítimamente sumisas, asignándoles el mundo de la<br />
comprensión, la intuición y el silencio/mudo.<br />
A unos los legitimamos por sus productos: cultura, ciencia.